Tres meses transcurrieron rápidamente desde que Eloise había regresado a casa junto a los seres que amaba, su vida había vuelto a la felicidad habitual, a los días de amor junto a Leo y sus hijos, y las noches apasionadas en brazos del millonario que tanto amaba. Amaba la manera en la que Leonardo descubría diversas y nuevas maneras de amarla, la manera en la que descubría tantas y tantas formas de hacerla feliz. Él se había convertido en un fiel devoto de su cuerpo, de su amor, de la apasionada locura que encontraba en el ritmo que marcaban sus caderas... Quién podría imaginar que aquella historia de amor había iniciado una oscura noche en aquel bar, con una mujer traicionada, dispuesta a devolver el engaño, y un apasionado hombre que había encontrado su presa. Las cosas no salieron como esperaban, no, habían salido mucho mejor, habían enfrentado diversas dificultades, dolores, adversidades, pero todo había servido para poder afianzar un amor que a diario alimentaba su llama con be
Eloise, observó su imagen frente al espejo y parpadeó un par de veces ahuyentando las lágrimas que sin poder evitar llegaron a sus ojos. —¡Eres la novia más bonita del mundo!— exclamó Jeannette desde un costado. —Preciosa— afirmó Giulia.— mi hermano estará loco de felicidad en cuánto te vea. —sonrió con amabilidad — Gracias Eloise, Leonardo es mucho más feliz desde que llegaste a su vida. —De hecho, todos lo somos— suspiró Chiara— no solo haces feliz a mi hijo, sino que también nos entregaste a Florencia y a Enzo, sé que nuestra relación empezó bastante mal, pero estoy feliz de que lo hayamos solucionado, estoy feliz de que seas Eloise Pocaterra — a Eloise se le formó un nudo en la garganta ante las emotivas palabras de su suegra. —La relación con mis padres siempre fue difícil—dijo ella con voz temblorosa—no tengo hermanos, ni parientes muy cercanos, así que no imaginan lo feliz que me hace sentirme parte de ustedes. Les agradezco tanto cariño y...—¡No llores!— exclamó Giulia so
Amores míos, realmente quiero agradecer con todo mi corazón a las personas que me acompañaron en esta historia, a los que iniciaron conmigo, a los que se sumaron después y a todos los que irán llegando. Gracias por darme una oportunidad de llegar a ustedes con esta historia, gracias porque a pesar d ellos capítulos difíciles, se quedaron aquí, apoyándome, no tienen una idea de lo hermoso que es para mí cada comentario, cada reseña que me deja ver lo mucho que disfrutan lo que pasa por está cabecita mía. Gracias por acompañar a Eloise y a Leonardo, en esta historia de amor. ¡Gracias!También quiero aprovechar la oportunidad para comentarles que iniciaré una nueva historia, que se titula; SEDUCIDA, es el segundo libro de la trilogía pasión, será la historia de la dulce pelirroja Gilliam, para quienes no conocen el personaje, pueden leer mi historia PROVOCAME, es corta, ligera y rápida de leer, además le prometo que amarán a este trío de amigas. Así que, para mí sería increíble si me a
—Cariño, tenemos que hablar—aquellas palabra la habían petrificado, y no por las palabras en sí, sino por el tono en el que habían sido pronunciadas. La cuchara que movía el guiso para acompañar el pollo, se detuvo. Eloise, frunció el ceño preocupada. —¿Ahora?— preguntó ella— podría esperar a que termine la cena, cinco minutos y... —Debe ser ahora mismo, Eloise, no puede esperar— su tono de voz mostraba inflexibilidad, lo cual denotaba que debía ser en aquel momento, ni un segundo después —Bien— ella apagó la estufa y se giró hacia su esposo— ¿Qué sucede?, ¿Qué es tan importante como para detener la cena? —Vamos a la sala— sugirió Jonas y así lo hicieron, Jonas, se sentó frente a ella y la miró si ningún tipo de expresion en el rostro. —Estás asustandome, Jonas. — dijo sincera. —Necesito que hablemos de algo muy importante. Eloise, llevamos nueve años de matrimonio, los cuales han sido... Buenos, como cualquier pareja hemos tenido altas y bajas, pero hemos logrado sobrellevarlo
No supo cuánto tiempo estuvo llorando en el sofá, sintiéndose miserable, pero se sorprendió cuando apareció Jonas, duchado, se había cambiado y olía a su loción favorita. —¿A dónde crees que vas?— preguntó enojada, mirándolo con ojos empequeñecidos. —Iré a tomar un trago— respondió con una enorme sonrisa.— aprovechar de nuestra primera noche como un matrimonio diferente. —Nosotros no somos un matrimonio diferente, Jonas y no hemos aclarado éste asunto todavía, creo que he sido bastante clara con el hecho de que no apruebo tu loca idea.— le dijo sin comprender la actitud de su esposo, parecía un extraño frente a ella. —No hay nada que aclarar, amor mío, cuando lo pienses, verás lo satisfactorio que resultará para ambos, seguramente hasta tu querrás tomar una ducha y salir por un trago para pasar un buen rato— le regaló una enorme sonrisa. —¡Por supuesto que no!— le dijo enojada. —También pensé en actividades que podamos hacer en conjunto, ya sabes ir a un club de intercambio, pod
Eloise estaba furiosa, al revisar su cuenta en común y descubrir que su esposo había acabando con la mayoría de los ahorros, las cuentas registraban la compra de algunos vestidos, zapatos, y joyas, todo por precios exhorbitantes. Era obvio que su propuesta de tener un matrimonio no convencional era para justificar, no su deseo de estar con alguien más, sino intentar tapar el hecho de que ya tenía una amante. ¡Por Dios, desde cuándo le veía la cara de tonta! ¡Era una idiota, Jonas tenía a otra!Y no solo le indignaba el hecho de que la engañara, también le indignaba saber que por años, se privó de compras, de salidas, con la intensión de ahorrar todo lo posible, y Jonas no había dudado en gastar todo el dinero con otra mujer, porque esas joyas, esos zapatos, esos costosos vestidos y cenas en restaurantes de lujos no habían sido con ella. —¡Idiota Eloise, eres una idiota!— se dijo frustrada, mientras las lágrimas bañaban sus mejillas. Lloró de frustración, por años se había dedica
Eloise salió del bar en compañía de Leonardo, caminaron juntos hasta subir a un elegante auto, ella frunció un poco el ceño, no era el auto del común promedio. Pensó en que ni siquiera sabía el nombre del hombre, y acababan de salir juntos del bar y estaba por subirse a su auto e irse con él, lo ideal para aparecer en las noticias del día siguientes, era obvio que todo lo que estaba haciendo estaba mal, irse de un bar con un hombre que no era su marido, pero la ira la cegaba y era la furia la que dirigia sus acciones. Subió al auto con ayuda de él, y luego el hombre subió tomándo el lugar del conductor. —¿Me dirás tu nombre, preciosa?— su profunda voz varonil inundó sus oídos. —Eloise...—le respondió tranquilamente.—¿Sin apellido?— preguntó sonriendo. —Sin apellido, por ahora. ¿Cuál es tu nombre?—Leonardo— sonrió, y Eloise pensó que aquel hombre parecía una pantera, con un aura de poder, parecía depredador al acecho, era un hombre muy atractivo, muy alto, de profundos ojos oscu
Jonas, terminó de peinarse frente al hermoso espejo de la habitación, Meredith, lo miraba desde la cama con el rubio cabello revuetlto y el ceño levemente fruncido.—¿Seguro que no quieres quedarte?— indagó nuevamente ella. —Seguro, cariño, ya es tarde, dbeo volver a casa.—Pero mañana es domingo, no debes trabajar— se quejó la rubia.—Lo sé, sin embargo, necesito hacer algo para tranquilizar a Eloise— suspiró— sigue muy enojada y sin mirar con agrado esta idea. Necesito que vuelva a estar tranquila, ya ni se preocupa por mi comida, debo irme al trabajo sin siquiera haber tomado café, está muy enojada— dijo triste— necesito que nuevamente sea feliz con su vida.—¿Quien sería feliz con una vida de ama de casa, Jonas?— preguntó con burla.—Evidentemente tu no, cariño, pero Eloise lo era.—Te preocupas demasiado por ella, como para no quererla— le dijo enarcándo una de sus perfectas cejas, Jonas se giró hacia ella y la miró con el ceño fruncido.—¿Quien a dicho que no la quiero?, yo ado