De repente, él me agarra del cuello y me lleva contra la pared. Su mirada es intensa y su voz es baja y amenazante.— Tú a mí no me hablas como se te da la gana —me dice—. Tú me debes lealtad al Alfa.Me esfuerzo por controlar mi miedo y le respondo:— Mi único Alfa es Venco.Él se ríe y me dice, hablando muy cerca de mi cara:— El cual quieres matar.Me siento incómoda y le respondo:— Por razones personales.Él me mira intensamente y me dice:— Lo mío también es personal. Así que aguarda tu distancia y no me vuelvas a hablar como si yo fuera un igual. Un rey como yo no obedece a nadie. Así que mide tus palabras.Me sostiene la mirada durante un momento, como tratando de cortarme el paso. Pero no le respondo, no quiero darle la satisfacción de verme debilitada.Finalmente, él me suelta y yo vuelvo a recuperar el aliento. Me doy cuenta de que no debo responderle, no debo darle la oportunidad de atacarme. Soy inteligente y sé que debo mantener la calma en este momento. Así que me quedo
Estoy en la sala, enfrentando a Xylara, que me mira con una mezcla de curiosidad y desafío. La mamá de Venco se fue con Lyraea, dejándonos solas en un momento incómodo.Xylara se acerca a mí, su sonrisa juguetona y su mirada intensa. Me siento un poco incómoda, pero trato de mantener la calma.— ¿Cómo van las cosas? —me pregunta Xylara, su voz suave pero llena de ironía—. ¿Los preparativos para la competencia están yendo bien?Me encojo de hombros, tratando de parecer relajada.— De maravilla —le respondo—. Todo está saliendo según lo planeado.Xylara asiente, su sonrisa creciendo.— Me alegra saberlo —me dice—. ¿Y cómo te conociste a Venco?Me siento un poco incómoda con la pregunta, pero trato de responder de manera natural.— Cuando vine aquí —le digo—. Fue la primera vez que lo vi.Xylara me mira con una expresión pensativa, como si estuviera estudiando mi reacción.— Ah, sí —me dice—. Recuerdo que Venco me habló de ti. Me dijo que eras muy... interesante.Me siento un poco incómo
Me siento incómodo en mi silla, algo que no me había pasado en mucho tiempo. Mi amiga Xylara y mi prometida Ocaso me han puesto en una situación difícil, obligándome a escoger con quién voy a competir. Sin embargo, yo tengo muy claro quién es mi elección.Xylara se acerca a mí, su sonrisa radiante, pero también un poco presionante.— ¿A quién vas a escoger, Venco? —me pregunta, su voz llena de expectativa.Me tomo un momento para responder, sabiendo que mi elección puede afectar a ambas mujeres.— Lo siento, Xylara —le digo—. Somos amigos desde pequeños, pero si es de competir con mi prometida, competiré con ella.Miro a Ocaso, viendo cómo ella suelta una pequeña sonrisita de satisfacción. Me siento aliviado de haber tomado la decisión correcta. Luego, miro a Xylara, y veo cómo su sonrisa se desvanece. Su expresión se amarga, y puedo sentir la tensión en el aire.Me doy cuenta de que mi elección ha causado una gran incomodidad en Xylara, y me siento un poco culpable por haberla herido
— Señor, anoche, bajo la luz de la luna, la señora Ocaso salió del castillo y se dirigió al bosque este —dice, su voz baja y cautelosa.¿Qué estaba haciendo Ocaso en el bosque a esa hora?— ¿Qué crees que estaba haciendo allí? —le pregunto al guardia, intentando mantener la calma.El guardia me mira con una expresión incómoda.— No lo sé, señor. Pero parecía que estaba buscando algo... o alguien.Estas son las cosas que no me gustan de ella… ¿Qué podría estar buscando Ocaso en el bosque?— ¿La viste hablar con alguien? —le pregunto al guardia, intentando obtener más información.El guardia me mira con una expresión pensativa.— No, señor. Pero parecía que estaba esperando a alguien... o algo.Me siento un poco confundido. ¿Qué podría estar pasando?— ¿Cómo te pareció su comportamiento? —le pregunto al guardia, intentando obtener una impresión más clara de lo que sucedió.El guardia me mira con una expresión seria, tambien se siente la tension, esta nervioso porque no es facil confesar
Me quedo allí, perdida en mis pensamientos, hasta que Xylara aparece y me saca de mi ensimismamiento.—¿Problemas en el paraíso? —me dice con una sonrisa sarcástica.Me vuelvo hacia ella, sintiendo una mezcla de irritación y frustración. Me choca que este aquí y lo peor es que tengo que aguantarla.— No te metas en donde nadie te llama, Xylara —le digo, intentando mantener la calma.Ella se acerca a mí con su sonrisa cada vez más amplia, la cual quiero borrar de una patada.— Pensé que eras una élite —me dice, su voz llena de ironía.Le doy la espalda y comienzo a caminar hacia la puerta, pero ella me detiene.— Pensé que tú y Venco eran una pareja feliz —me dice, su voz llena de sarcasmo.Me vuelvo hacia ella, sintiendo una mezcla de irritación y frustración.— Como todas las parejas, tenemos problemas —le digo, intentando mantener la calma.— Problemas ahora, empezando —me dice—. No me imagino cuando estén casados.quiero romperle la cara por su comentario, pero trato de mantener la
— ¿Quién fue el hombre o la persona que lideró esa rebelión de las manadas contra Venco? —le pregunto a Rea, ansiosa por saber la verdad.Rea nota que me pongo nerviosa y me mira con curiosidad.— ¿Cómo es posible que no lo sepas? —me pregunta, como si estuviera sorprendida de que no tenga conocimiento sobre el tema.Me encojo de hombros, sintiendo un poco de frustración.— He estado preguntándole a Venco y a algunos de su familia, pero realmente no tengo respuesta —le digo—. Es como si todo el mundo hubiera hecho un voto de silencio.Rea asiente con la cabeza, como si entendiera la situación.— Si es así, yo no puedo decirte nada —me dice—. Si el Alfa no te ha dicho nada o no ha permitido que nadie te diga nada, es por algo.Me siento un poco enojada, ansiosa por saber la verdad.— ¿Por qué tanto misterio? —le pregunto, mi voz un poco más alta de lo que pretendía.Rea me mira con seriedad.— Si el Alfa no te ha dicho nada, es porque hay algo que no quiere que sepas —me dice—. Y si no
Me quedo sentado en mi silla, con la mirada fija en la pared frente a mí. La discusión que tuve con Ocaso sigue resonando en mi mente, y no puedo evitar sentirme enojado y frustrado.Me levanto de la silla y comienzo a caminar de un lado a otro de la habitación, tratando de desahogar mi ira. No entiendo por qué Ocaso no puede entenderme, por qué no puede ver que solo estoy tratando de protegerla.La imagen de Ocaso se me aparece en mi mente, y me siento un poco culpable por haberla decepcionado. Me doy cuenta de que mis palabras y acciones la hirieron profundamente, y que mi falta de confianza en ella la hizo sentir mal. Me siento arrepentido por haberla decepcionado de esa manera, y me pregunto cómo puedo hacer para arreglar las cosas con ella.Me siento un poco más calmado ahora, y comienzo a pensar en cómo puedo arreglar las cosas con Ocaso. Me doy cuenta de que no puedo seguir así, luchando contra ella y tratando de controlarla. Necesito encontrar una manera de trabajar juntos, de
—Ocaso, espera—le digo, intentando mantener el ritmo—déjame explicarte, no fue lo que parecía.Ella no se detiene, sigue caminando sin mirarme.—Espera—insisto, tomándola de la mano. Se detiene y me mira con una furia que no le había visto nunca.—No tengo nada que escuchar—dice con voz firme y dura.—Ocaso, por favor, escúchame—le digo, intentando calmarla—. No fue mi culpa, fue un malentendido. Xylara se metió en mi habitación y pensé que eras tú. No sabía que era ella.Ella me mira con desprecio y dolor en sus ojos.—Eres un desgraciado, hipócrita y mentiroso—dice con voz temblando de rabia—. Así es como me tratas, con desprecio y falta de respeto.—Ocaso, no es cierto—le digo, intentando defenderme—. Te juro que no sabía que era Xylara. Me equivoqué, lo siento.Ella se vuelve y se aleja de mí, me quedo pensando si es buena idea seguirla, esta muy enojada y tiene toda la razón pero no es lo que piensa y mucho menos lo que acaba de ver.La alcanzo y la tomo de la mano, intentando de