Los besos en mi cuello me cierran los ojos y disfruto de las manos que están recorriendo mis caderas, mientras pierdo los ojos por el paisaje. Estamos parados en la ventana de mi habitacion y vino a darme los buenos días.— ¿En qué piensas, Ocaso? —pregunta, besándome el cuello y quiero detenerlo, mi subconsciente asi me lo pide.Sin mi mente se llena de imágenes de Venco, de su sonrisa, de sus ojos, de su piel cálida. Me siento atraída hacia él, como si fuera imposible resistir su presencia. Pienso en sus manos, en cómo se sienten sobre mi piel, en cómo me hacen sentir viva. Pienso en sus besos, en cómo me dejan sin aliento, en cómo me hacen sentir que estoy flotando.— Nada, solo disfrutando del silencio —respondo, sonriendo débilmente.También pienso que disfruto de sus besos, de la erección que esta contra mis nalgas y de la nada siento ganas de llorar.Mi cuerpo se siente cálido, sensible, como si estuviera esperando a que Venco me toque. Mi corazón late con fuerza, como si estuv
Mientras camino por el bosque, mis pensamientos se desvían hacia mi infancia. Recuerdo cuando tenía unos 8 años y jugaba con mis padres a escondidas y atrapar a la princesa. Era un juego que compartíamos con frecuencia, y yo era siempre la princesa que debía ser rescatada.Mi padre era el rey y mi madre era la reina, y ellos me escondían en diferentes lugares del jardín o del bosque. Yo debía esperar a que ellos me encontraran, y cuando lo hacían, me abrazaban y me decían que me habían rescatado.Recuerdo la emoción y la alegría que sentía en esos momentos. Me sentía como una verdadera princesa, y mis padres eran mis héroes.Pero ahora, mientras camino por el bosque, me doy cuenta de que la vida no es un juego. La realidad es mucho más complicada y peligrosa. Y yo, la princesa de mi infancia, ahora soy una mujer que busca la verdad y la justicia en un mundo lleno de secretos y mentiras. Sigo caminando por el bosque, determinada a encontrar lo que busco. La oscuridad se cierne sobre mí
De repente, él me agarra del cuello y me lleva contra la pared. Su mirada es intensa y su voz es baja y amenazante.— Tú a mí no me hablas como se te da la gana —me dice—. Tú me debes lealtad al Alfa.Me esfuerzo por controlar mi miedo y le respondo:— Mi único Alfa es Venco.Él se ríe y me dice, hablando muy cerca de mi cara:— El cual quieres matar.Me siento incómoda y le respondo:— Por razones personales.Él me mira intensamente y me dice:— Lo mío también es personal. Así que aguarda tu distancia y no me vuelvas a hablar como si yo fuera un igual. Un rey como yo no obedece a nadie. Así que mide tus palabras.Me sostiene la mirada durante un momento, como tratando de cortarme el paso. Pero no le respondo, no quiero darle la satisfacción de verme debilitada.Finalmente, él me suelta y yo vuelvo a recuperar el aliento. Me doy cuenta de que no debo responderle, no debo darle la oportunidad de atacarme. Soy inteligente y sé que debo mantener la calma en este momento. Así que me quedo
Estoy en la sala, enfrentando a Xylara, que me mira con una mezcla de curiosidad y desafío. La mamá de Venco se fue con Lyraea, dejándonos solas en un momento incómodo.Xylara se acerca a mí, su sonrisa juguetona y su mirada intensa. Me siento un poco incómoda, pero trato de mantener la calma.— ¿Cómo van las cosas? —me pregunta Xylara, su voz suave pero llena de ironía—. ¿Los preparativos para la competencia están yendo bien?Me encojo de hombros, tratando de parecer relajada.— De maravilla —le respondo—. Todo está saliendo según lo planeado.Xylara asiente, su sonrisa creciendo.— Me alegra saberlo —me dice—. ¿Y cómo te conociste a Venco?Me siento un poco incómoda con la pregunta, pero trato de responder de manera natural.— Cuando vine aquí —le digo—. Fue la primera vez que lo vi.Xylara me mira con una expresión pensativa, como si estuviera estudiando mi reacción.— Ah, sí —me dice—. Recuerdo que Venco me habló de ti. Me dijo que eras muy... interesante.Me siento un poco incómo
Me siento incómodo en mi silla, algo que no me había pasado en mucho tiempo. Mi amiga Xylara y mi prometida Ocaso me han puesto en una situación difícil, obligándome a escoger con quién voy a competir. Sin embargo, yo tengo muy claro quién es mi elección.Xylara se acerca a mí, su sonrisa radiante, pero también un poco presionante.— ¿A quién vas a escoger, Venco? —me pregunta, su voz llena de expectativa.Me tomo un momento para responder, sabiendo que mi elección puede afectar a ambas mujeres.— Lo siento, Xylara —le digo—. Somos amigos desde pequeños, pero si es de competir con mi prometida, competiré con ella.Miro a Ocaso, viendo cómo ella suelta una pequeña sonrisita de satisfacción. Me siento aliviado de haber tomado la decisión correcta. Luego, miro a Xylara, y veo cómo su sonrisa se desvanece. Su expresión se amarga, y puedo sentir la tensión en el aire.Me doy cuenta de que mi elección ha causado una gran incomodidad en Xylara, y me siento un poco culpable por haberla herido
— Señor, anoche, bajo la luz de la luna, la señora Ocaso salió del castillo y se dirigió al bosque este —dice, su voz baja y cautelosa.¿Qué estaba haciendo Ocaso en el bosque a esa hora?— ¿Qué crees que estaba haciendo allí? —le pregunto al guardia, intentando mantener la calma.El guardia me mira con una expresión incómoda.— No lo sé, señor. Pero parecía que estaba buscando algo... o alguien.Estas son las cosas que no me gustan de ella… ¿Qué podría estar buscando Ocaso en el bosque?— ¿La viste hablar con alguien? —le pregunto al guardia, intentando obtener más información.El guardia me mira con una expresión pensativa.— No, señor. Pero parecía que estaba esperando a alguien... o algo.Me siento un poco confundido. ¿Qué podría estar pasando?— ¿Cómo te pareció su comportamiento? —le pregunto al guardia, intentando obtener una impresión más clara de lo que sucedió.El guardia me mira con una expresión seria, tambien se siente la tension, esta nervioso porque no es facil confesar
Me quedo allí, perdida en mis pensamientos, hasta que Xylara aparece y me saca de mi ensimismamiento.—¿Problemas en el paraíso? —me dice con una sonrisa sarcástica.Me vuelvo hacia ella, sintiendo una mezcla de irritación y frustración. Me choca que este aquí y lo peor es que tengo que aguantarla.— No te metas en donde nadie te llama, Xylara —le digo, intentando mantener la calma.Ella se acerca a mí con su sonrisa cada vez más amplia, la cual quiero borrar de una patada.— Pensé que eras una élite —me dice, su voz llena de ironía.Le doy la espalda y comienzo a caminar hacia la puerta, pero ella me detiene.— Pensé que tú y Venco eran una pareja feliz —me dice, su voz llena de sarcasmo.Me vuelvo hacia ella, sintiendo una mezcla de irritación y frustración.— Como todas las parejas, tenemos problemas —le digo, intentando mantener la calma.— Problemas ahora, empezando —me dice—. No me imagino cuando estén casados.quiero romperle la cara por su comentario, pero trato de mantener la
PROLOGOMe desperté sobresaltada por la algarabía que llenaba el aire. Gritos, murmullos, desespero..Olor a sangre, a muerto y desolacion.Mi corazón latía con fuerza mientras me acercaba a la ventana para ver qué estaba pasando. ¿Qué está sucediendo? Pensé con el corazón en la garganta.La imagen me devasto y era como si me atrevesaran una estaca en el centro de mi pecho.Mi manada, mi pueblo, estaba siendo atacado. La escena era caótica, con figuras oscuras corriendo y gritando por todas partes.Sangre, gritos, caos. mi cabeza iba a explotar mientras absorbía la imagen que me desgarraba por dentro.Mi mente se llenó de pánico mientras corría hacia la puerta, mi único pensamiento era llegar a mis hermanitos gemelos. Tengo que protegerlosLa mansión estaba siendo invadida, podía escuchar los gritos y el ruido de espadas chocando contra las paredes.Intenté correr más rápido, pero un consejero me atrapó por detrás, cubriendo mi boca con su mano. lo conocia, sabia quien era, pero aun a