— ¿Qué haces aquí? —pregunto, volviéndome hacia la figura que se acerca.Es Venco, un hombre que no esperaba encontrar aquí. Me mira con una sonrisa irónica y me responde:— No, quién hace las preguntas soy yo. Tú, ¿qué haces aquí?Me siento un poco incómoda, pero trato de mantener la calma.— Solo estaba paseando —digo, sonriendo ligeramente—. No esperaba encontrar a nadie aquí.Venco me mira durante un momento, su rostro indeciso. Luego, su expresión cambia, y me mira con una mezcla de curiosidad y desafío.— ¿Estás paseando? —pregunta Venco, su voz ligeramente irónica.Me vuelvo hacia él, sintiendo una ligera incomodidad.— Sí —respondo, sonriendo ligeramente—. Me gusta caminar por aquí.Venco me mira con curiosidad, su rostro iluminado por la luna.— Tiene algo de raro —dice, su voz llena de escepticismo—. ¿Cómo llegaste aquí?Me siento un poco incómoda, pero trato de mantener la calma.— ¿Qué es esto, un interrogatorio? —pregunto, sonriendo ligeramente.Venco se ríe suavemente y
Sus labios se posan sobre los míos, y un beso apasionado y profundo nos envuelve. Su boca es cálida y suave, y su aliento es fresco y embriagador.Me encantan, no puedo negarlo, me fascina como me besa.Mi corazón late con rapidez, y mi cuerpo se estremece de placer. Sus brazos me rodean, y me atrae hacia él, profundizando el beso. Su lengua explora mi boca, y yo respondo con igual pasión. El mundo a nuestro alrededor desaparece, y solo quedamos nosotros dos, perdidos en el beso. El tiempo se detiene, y todo lo que importa es el momento presente, el beso que compartimos.Pero de repente, recuerdo mis intenciones, y me doy cuenta de que debo mantener la distancia. Me separo de él, y lo miro con una sonrisa.—Recuerda que vamos despacio —le digo, tratando de sonar firme pero también suave.Venco sonríe y se detiene, su mirada aún llena de deseo.—Es verdad —dice—, pero es que contigo se me hace muy difícil.Se tira a mi lado y quedamos los dos viendo hacia el techo.—No creas que voy a
Me siento en la cama, con la carta de mi tío en la mano. Le pido a las empleadas que salgan y me dejen sola. Ellas se despiden de mí con una reverencia y una sonrisa, llamándome "princesa".—Hasta luego, princesa —dicen ellas en unisono.Abro la carta y comienzo a leer:"Querida Ocaso,Espero que esta carta te encuentre bien. Quiero informarte que hemos llegado bien al territorio de la manada, pero la situación es más complicada de lo que pensábamos. Lyra está muy enojada y decepcionada contigo. Ella piensa que tú fuiste la culpable de la muerte de su madre.No puedo creer que piense eso de ti. He intentado hablar con ella, explicarle que no fue tu culpa, pero no quiere escuchar. Está consumida por la ira y el dolor. Como alfa de la manada, he intentado controlarla, pero es difícil. Ella quiere venganza y no sé hasta cuándo podré contener su ira. Ten cuidado, Ocaso. No hagas nada que pueda provocarla. La situación es tensa aquí. Los miembros de la manada están preocupados por la segur
Me encuentro en una sala de cristal, rodeada de imágenes grabadas en las paredes de cristal. La sala está iluminada por una luz suave y cálida, y el aire está lleno de un aroma a madera y cuero. En el centro de la sala, hay una tarima de mármol con dos sillas principales, una para Venco y otra para mí. A cada lado de la tarima, hay cinco puestos ocupados por los 10 alfas de la manada.Me siento en mi silla y comienzo a observar a los alfas. La primera cosa que noto es que Kael, el lobo de la manada Luna Roja, no es el alfa. En su lugar, hay un chico mucho más joven, con ojos brillantes y una sonrisa confiada. Me pregunto qué pasó con Kael y por qué este chico es ahora el alfa.También noto que el guardia que me habló anteriormente no me estaba mintiendo. Hay un alfa de la manada de la Montaña Gris, un hombre alto y fuerte con ojos grises y una barba larga. Me siento un poco aliviada al ver que no me estaba mintiendo.Comienzo a observar a los demás alfas, intentando determinar quién pu
Dia pesadoMe siento exhausto después de esta reunión con los líderes de cada manada. La tensión es palpable y puedo sentir la ira y la frustración que me corroen por dentro.La presencia de Ocaso a mi lado es lo único que me ayuda a mantener la calma. Su tranquilidad y sabiduría son un bálsamo para mi alma agitada. Me siento tentado de perder la calma con los líderes de las manadas que me traicionaron anteriormente, pero Ocaso me recuerda que debo mantener la compostura y liderar con sabiduría.Los líderes de las manadas parecen más interesados en defender sus propios intereses que en trabajar juntos por el bien de la comunidad. Me siento como un mediador, intentando calmar los ánimos y encontrar un terreno común. Pero cada vez que parecemos avanzar, surge un nuevo desacuerdo o una nueva queja.Mi mente está agotada, mi cuerpo duele de la tensión, y mi paciencia está a punto de agotarse. Pero sé que no puedo rendirme. Debo encontrar una manera de unir a los líderes y hacer que trabaj
Me quedo paralizado en la puerta de mi habitación, viendo a Ocaso ponerse de pie en mi cama. Está vestida con un traje que me deja sin aliento. La ropa es de un tejido ligero y suave, con intrincados diseños que brillan en la luz de las velas. El traje es de un color intenso, casi púrpura, y se ajusta a su cuerpo de manera perfecta. La parte superior es ajustada, con una especie de corpiño que realza su figura. La parte inferior es una especie de falda larga y fluida que se mueve suavemente cuando ella camina.Ocaso se acerca a mí con pasos lentos y deliberados. Su mirada es intensa y me siento como si estuviera hipnotizado, atrapado y con las paredes cerrando a mi alrededor. Mi corazón late con fuerza en mi pecho y siento que mi respiración se vuelve más rápida. Me siento atraído hacia ella de manera irresistible, como si estuviera bajo un hechizo.Me quedo paralizado en la puerta de mi habitación, viendo a Ocaso ponerse de pie en mi cama. Está vestida con un traje que me deja sin ali
La rabia y el deseo arden en mis venas.—Esa boca—me dice.—¿Que?—pregunto.—Como me gusta.Venco es un hombre que irradia intensidad en cada movimiento, en cada mirada. Cuando me ve, siento que su atención es como un rayo láser que me atraviesa, que me hace sentir viva. Cuando me toca, su contacto es como un fuego que me quema, que me hace sentir deseada.Sus músculos, su cuerpo, todo parece estar centrado en mí, en este momento. Es como si el tiempo se hubiera detenido, y solo existiéramos nosotros dos. Su intensidad es abrumadora, pero al mismo tiempo, es emocionante. Me hace sentir que estoy viva, que estoy conectada con él de una manera profunda y primitiva.—Venco—su cuerpo esta caliente y me percato de como su ereccion palpita y lo peor es que la quiero tener en mis manos.—Sienteme como me tienes—se restriega contra mi, haciendome sentir su dureza y el acto me deja sin respiracion.Me siento confundida y frustrada conmigo misma. No entiendo cómo pude permitir que las cosas lle
Los besos en mi cuello me cierran los ojos y disfruto de las manos que están recorriendo mis caderas, mientras pierdo los ojos por el paisaje. Estamos parados en la ventana de mi habitacion y vino a darme los buenos días.— ¿En qué piensas, Ocaso? —pregunta, besándome el cuello y quiero detenerlo, mi subconsciente asi me lo pide.Sin mi mente se llena de imágenes de Venco, de su sonrisa, de sus ojos, de su piel cálida. Me siento atraída hacia él, como si fuera imposible resistir su presencia. Pienso en sus manos, en cómo se sienten sobre mi piel, en cómo me hacen sentir viva. Pienso en sus besos, en cómo me dejan sin aliento, en cómo me hacen sentir que estoy flotando.— Nada, solo disfrutando del silencio —respondo, sonriendo débilmente.También pienso que disfruto de sus besos, de la erección que esta contra mis nalgas y de la nada siento ganas de llorar.Mi cuerpo se siente cálido, sensible, como si estuviera esperando a que Venco me toque. Mi corazón late con fuerza, como si estuv