la Sala del Trono de la Luna, mi salón privado en el corazón del castillo. Mis hombres más leales, mis Lobos Alfa, están reunidos alrededor de mí, informándome sobre la seguridad del territorio.—Mi señor, hemos estado custodiando las afueras del territorio durante semanas —dice mi hombre de confianza—. No hemos visto señales de los lobos de Morax, tu peor enemigo. Parece que han desaparecido.No lo creo, los lobos de Morax le eran muy fiel a él, y sigo pensando que deben estar planeando algo muy grande si aun continúan escondidos. Me urge encontrarlos, y matarlos a todos.—¿Y eso te hace pensar que debemos bajar la guardia? —pregunto, mi voz baja y peligrosa.Mi hombre se encoge de hombros y no me gusta que tenga la guardia tan baja, que no se preocupe y piense que nuestro enemigo ya desistió de un nuevo ataque.—Mi señor, han pasado años sin que hayan hecho un movimiento. Es probable que hayan abandonado sus planes de venganza.Me río, un sonido bajo y amenazante.—No subestimes a
No respiroEstoy parado en mi habitación, aún tratando de procesar la sorpresa de ver a Ocaso sentada en una silla cerca de la ventana. Ella lleva una pijama transparente que deja poco a la imaginación, y su cabello blanco suelto cae como una cascada de seda sobre sus hombros. Su mirada es indomable, y puedo sentir la tensión en el aire.Mi cuerpo reacciona de inmediato, mi corazón late con fuerza y mi respiración se vuelve agitada. Trato de mantener la calma, pero es difícil cuando ella se levanta y se acerca a mí.—¿Qué haces aquí? —le pregunto, tratando de sonar firme, pero mi voz sale ronca y llena de emoción.Ella sonríe, y su mirada se vuelve aún más intensa.—Quería verte —dice, su voz suave y seductora.Me acaricia la cara, y su tacto es como un rayo de calor que me recorre todo el cuerpo. Luego, baja su mano y me acaricia el pecho, y puedo sentir mi corazón saliéndose de mi pecho.—Ocaso... —digo, tratando de resistirme, pero es demasiado tarde.Ella se acerca aún más, y su c
Me deslizo por los pasillos oscuros de las celdas, con mi corazón latiendo freneticamente sin saber que camino va a tomar todo esto. Me estoy jugando el todo por el todo, tomando lo que se me presente e ideando sobre la marcha. Pude ingresar con la misma excusa ya que no es el mismo lobo que está custodiando, por eso, la misma mentira funciono.Estoy enojada conmigo misma, intente con Venco pero no es un tipo fácil de manipular. Sigo, mi camino, Llego a la celda del prisionero enmascarado y me acerco a él, mi voz baja y urgente.—No he podido conseguir la llave —le digo, frustrada—. Venco la lleva siempre consigo, en su cuello. No he encontrado la manera de quitársela.El prisionero se mueve en la sombra, su máscara de cuero negro reflejando la luz de las antorchas. Su presencia me hace sentir un escalofrío en la espalda. El tiene algo, que no logro comprender, aun me pregunto porque me siento asi con el.Es raro lo que me hace sentir, no me gusta lo que emana, como esa frialdad, carg
Me siento frente al espejo, peinando mi cabello en dos trenzas mientras Lyra, mi prima, se sienta a mi lado, observándome con una mirada preocupada.—Ocaso, ¿no te parece extraño que ese preso tenga tanto conocimiento sobre el castillo y sobre la llave que abre todas las puertas? —pregunta Lyra, su voz llena de dudas—. ¿Cómo puede saber tantas cosas?Me detengo un momento, pensando en la pregunta. La verdad es que también me ha parecido raro, pero no tengo tiempo para investigar.—Sí, es extraño —admito—, pero no puedo permitir que eso me detenga ahora. Tengo que sacar a ese hombre para mañana o todos mis planes se derrumbarán.Lyra pone una mano en mi hombro, su contacto cálido y reconfortante.—Ocaso, por favor, reflexiona un momento. Analiza bien las cosas. ¿Estás segura de que puedes confiar en ese preso? ¿Qué sabes de él, realmente?Me vuelvo hacia ella, mirándola a los ojos. Lyra siempre ha sido mi confidente, mi amiga más cercana.—Lyra, no tengo otra opción —le explico—. Ese p
El silencio es pesado, casi palpable, insostenible. Me siento como si estuviera suspendida en el tiempo, esperando a que algo suceda. El hombre no se mueve, pero siento que está esperando a que yo haga algo.Sigue de pie, pero la corpulencia me dice quién podría ser, el olor también, sin embargo el saber que están detrás de mi cabeza me juega en contra.Me quedo inmóvil, mi corazón latiendo con fuerza, mientras Venco da un paso adelante y la luz de la luna ilumina su rostro, destacando sus facciones angularidades y su mirada intensa. Es él, sin duda, y mi respiración se vuelve irregular, como si mi cuerpo estuviera anticipando algo.—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto, intentando mantener la calma, aunque mi voz tiembla ligeramente.Venco sonríe, su mirada penetrante y sensual, y se acerca a mí, su cuerpo cercano al mío, de manera que puedo sentir el calor de su piel y su aroma masculino, que me envuelve y me hace sentir débil.—No, yo hice la pregunta —dice, su voz baja y sensual, c
Sus labios se posan en mi clítoris dándole un suave beso que me pone a temblar el pecho por lo delicioso que se sintió. Parece que adora mi coño mientras la observa y aprieto las sabanas cuando abre la boca caliente, abarcando toda mi intimidad antes de dedicarse a chupar como un demente, un maldito moribundo el cual chupa con una intensidad que me sacude todo el cuerpo.—Venco—musito estremecida con la tibia sensación que avasalla todo mi sexo.No me dice nada, simplemente siento como sus pulgares separan mis pliegues untados de su saliva y mis fluidos. Abriéndolos, dándose mas acceso al sexo que lame con movimientos envolventes, vibrantes, enloquecedores que separan mi espalda de las sábanas de la cama.—Que delicia—musita y el aliento cálido que choca contra mi intimidad, crea una nueva sensación que me roba la respiración—lo sabía y quiero más.—¿Qué quieres de mí? —pregunto en medio del abismo.—Ya te lo dire.Contesta antes de volver a mi sexo, chupando con más ímpetu del que te
Su polla palpita en mi mano y restriego la punta contra el clítoris que hace pocos minutos saboreo como un animal. No se que pasara mas allá, no del todo, me han hablado de la primera vez, que duele un poco pero después dependiendo del amante se disfruta un montón y Venco hasta ahora ha demostrado ser capaz de proporcionar un placer inimaginable.—Marquena—vuelve a decirme así, revolviéndome las emociones—espera.Sostiene mi mano, y me voltea, sin embargo no suelto su polla, se siente demasiado bien, tenerlo en mis manos.—¿Por qué te detienes? —le pregunto, mi voz suave y seductora.Él me mira con ojos llenos de dudas y yo también tengo las mías, pero me concentro en que en unas horas morirá.—No quiero hacer algo que no estés segura de querer —responde.Me río suavemente y la boca se me hace agua, queriendo tener lo que agarro contra mis labios. saboreandolo mientras se contrae en mi boca, asi como en mi palma.—También lo deseo —digo—. No hay nada que temer. Somos lobos, una vez un
—¿Cuál es el menú especial para esta noche?La empleada se agacha ligeramente y responde:—Señora, hemos preparado un banquete especial para la ocasión. Comenzaremos con una sopa de tortuga, seguida de un pato asado con salsa de frutas y verduras frescas.—¿Y después? —pregunto, curiosa.—Luego tendremos ternera al horno con salsa de vino y hierbas frescas, acompañada de un plato de pescado fresco con salsa de limón y hierbas —explica la empleada.—Mmm, suena delicioso —digo, sonriendo.—Sí, señora. El chef ha preparado un menú especial para la ocasión —dice la empleada con orgullo.—¿Y los postres? —pregunto.—Tendremos pastel de frutas, tarta de crema y mousse de chocolate, acompañados de helado de vainilla y frutas frescas con crema chantillí —enumera la empleada.Me siento impresionada por la variedad y sofisticación del menú.—Está bien, gracias —digo, sonriendo.La empleada se inclina y sigue trabajando, mientras yo observo el bullicio de la cocina, tratando de mantener mi compo