¡Aquí no pasó nada!

Las luces de linternas nos cegaron a los dos. Jack gritaba mi nombre. Parecía preocupado. Todo de repente pareció un sueño. ¿Y si en realidad nos morimos congelados e imaginamos todo el rescate? debía ser real, porque Mía nos regañó el resto del camino mientras cargaban nuestro auto con una grúa. La tormenta se había detenido por fin. Y el señor que nos salvó, nos gritó en alemán que somos unos turistas idiotas por no revisar el clima. Tiene razón.

En pocos minutos llegamos al centro de esquí y al hostal. Estaba iluminado con cientos de luces, un lugar de película en medio de un espeso bosque. Parecía una ilusión incluso cuando por fin pude tomarme una ducha caliente en la habitación. Sumergí mi rostro en la tina y abracé mis piernas en

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo