Las luces de linternas nos cegaron a los dos. Jack gritaba mi nombre. Parecía preocupado. Todo de repente pareció un sueño. ¿Y si en realidad nos morimos congelados e imaginamos todo el rescate? debía ser real, porque Mía nos regañó el resto del camino mientras cargaban nuestro auto con una grúa. La tormenta se había detenido por fin. Y el señor que nos salvó, nos gritó en alemán que somos unos turistas idiotas por no revisar el clima. Tiene razón.
En pocos minutos llegamos al centro de esquí y al hostal. Estaba iluminado con cientos de luces, un lugar de película en medio de un espeso bosque. Parecía una ilusión incluso cuando por fin pude tomarme una ducha caliente en la habitación. Sumergí mi rostro en la tina y abracé mis piernas en
Sus gestos al hablar. Tiene más hábitos de los que parece. Sus manos se mueven cuando te está contando algo. Al rodar los ojos da la impresión que se tornan de un verde oscuro y luego vuelve al claro. Tiene un lunar bajo el ojo izquierdo, pero la mayoría del tiempo está escondido bajo sus pestañas claras.Ya olvidé de lo que hablamos.Su nariz y sus ojos se arrugan al reír. Lleva la cabeza atrás cada vez que algo le parece divertido. Luego vuelve, me mira de nuevo, como si estuviese analizando cada detalle en mi rostro. Pero no me incomoda. Me contó la vez que se hizo el tatuaje de fenix. Fue la primera vez que ganó una pelea oficial. Tenía dieciséis años.Lo olvidé de nuevo.
Caminamos por los pasillos los tres. Mía no soltó el brazo de Ryan mientras volvíamos a nuestras habitaciones. Al mismo tiempo lo golpeaba y se quejaba de su actitud con Jack.¡No lo provoques más! ¡Mira que para Emma y para mi es bastante incómodo que ustedes no se lleven bien! ¡Vinimos de vacaciones!le dijo. Haciéndolo disculparse con facilidad. Ellos entraron a su habitación entre risas y bromas. Me despedí con la mano y me detuve frente a mi puerta. La cena se había arruinado por completo. Y en parte fue porque yo salí corriendo. Abrí la puerta y me rodeó instantáneamente un silencio penetrante. De seguro muy distinto a como es enfrente.Me encontré a Jack mirando hacia el ventanal. Me detuve detrás de él y levanté mis talones de
—¿Cómo convenciste a Jack? —pregunté, tratando de no pestañear mientras Mía me delineaba.—No fue tan difícil en realidad. Sólo le dije que tu querías ir.—Qué mentira. —se alejó de mí y me miró atenta. Sacó una paleta dehighlightde su estuche y comenzó a palpar con una brocha.—¿No quieres entonces?—No lo digo por eso... —murmuré. Deslizó la brocha en mis pómulos y asintió orgullosa.—Perfecta. Vamos a divertirnos.Lo má
Fuimos al baño luego de quedar agotadas con tanto baile. Me tambalee hasta el espejo. Mi maquillaje seguía intacto, y yo me seguía viendo bien. Lavé mis manos y ordené mi cabello. Salí buscando a Mía y la encontré en el pasillo hablando por teléfono. Cuando me acerqué ya había colgado.—¿Quién era? —pregunté. Ella bajó su celular y me miró unos segundos.—Era Jackson. Te está buscando.—¿Enserio? ¿Dónde está?—Tercer piso. En los sillones.—Vale, ¡Iré por él! —anuncié emo
Último día. Hoy iríamos a unas termas al aire libre que están cerca del hotel. Nos encontramos los cuatro en el lobby para desayunar. Nadie parecía diferente, sentí que yo era la única rara después de lo de ayer. Evité mirar a los ojos a Ryan, y me sentí incómoda cuando Mía me miraba. ¿Cómo es que los adultos pueden fingir tan bien? incluso cuando Jack me tomaba la mano yo empezaba a gritar internamente. ¿Cómo lo hace la gente que tiene amantes? yo con un solo beso quería llorar y confesarle todo. Y lo haría. Le tenía que decir. Y si no lo hacía ahora, no tendría tiempo cuando volvamos a Berlín porque estará muy ocupado con su pelea. Mierda. ¿Y si por mi culpa lo desconcentro en su pelea? ¿Y si pierde por mi? ¿No sería mejor decirle una vez que termine?
Jack se bajó del auto para ayudar a los rubios con sus bolsas. Mía le dio las gracias y lo abrazó. Yo me quedé en el auto mientras veía a Ryan alejarse. Volteó a verme con una sonrisa melancólica, al mismo tiempo Jack volvía al auto y yo desviaba la mirada. Algo me molestó en mi pecho. No lo vería más. Quería despedirme y no podía hacerlo. Tuve que reprimir todas esas ganas porque estaba mal. No debía sentir eso por él. Y repetí eso en mi cabeza mil veces para tratar de convencerme.Llegamos al hotel y Maya nos recibió tan emocionada que se hizo pipí en la alfombra. La abracé con fuerzas. Jack la tomó en brazos y jugueteó con ella. Me dejé caer en el sillón con un suspiro.&mdas
Había llegado el día de la pelea. Fui con Jack a la arena, era la más grande de Berlín, y a pesar de ser en otro país, era como si estuviésemos caminando por los mismo pasillos de siempre. Pero los hombres que nos rodeaban no eran los de antes. El staff entero había cambiado, y era ciertamente incómodo que me mirasen como si no tuviesen idea de quién era.—Charlotte está en el palco. —me dijo, antes de detenerse en la habitación que tenía su nombre escrito en una placa dorada. Asentí. Jack me miró unos segundos. Los del staff habían entrado a la habitación y lo estaban esperando.—Señor Callen. —le dijeron.—Un segundo. —respondi&oac
¡JAAAAAAACK CALLEEEEN!fue todo lo que entendí de los comentaristas. El referí levantó el puño de Jack y miles de voces alemanas se escucharon lamentarse. ¿Jack ganó? ¿En serio ganó?Vi los ojos de Charlotte llenos de lágrimas y me sorprendió. Ella se acercó darme un abrazo apenas cruzamos miradas.—Fue una gran pelea. —afirmó. Asentí con una sonrisa. No podía creerlo. En serio ganó en su primera pelea a nivel mundial como peso pesado. Alex se acercó a él para darle la mano, Jack la tomó y lo abrazó. El público entero se convirtió en aplausos. Ambos sonreían, y aunque trataban de actuar profesionalmente, su amistad de años era evidente.