Jack se bajó del auto para ayudar a los rubios con sus bolsas. Mía le dio las gracias y lo abrazó. Yo me quedé en el auto mientras veía a Ryan alejarse. Volteó a verme con una sonrisa melancólica, al mismo tiempo Jack volvía al auto y yo desviaba la mirada. Algo me molestó en mi pecho. No lo vería más. Quería despedirme y no podía hacerlo. Tuve que reprimir todas esas ganas porque estaba mal. No debía sentir eso por él. Y repetí eso en mi cabeza mil veces para tratar de convencerme.
Llegamos al hotel y Maya nos recibió tan emocionada que se hizo pipí en la alfombra. La abracé con fuerzas. Jack la tomó en brazos y jugueteó con ella. Me dejé caer en el sillón con un suspiro.
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Había llegado el día de la pelea. Fui con Jack a la arena, era la más grande de Berlín, y a pesar de ser en otro país, era como si estuviésemos caminando por los mismo pasillos de siempre. Pero los hombres que nos rodeaban no eran los de antes. El staff entero había cambiado, y era ciertamente incómodo que me mirasen como si no tuviesen idea de quién era.—Charlotte está en el palco. —me dijo, antes de detenerse en la habitación que tenía su nombre escrito en una placa dorada. Asentí. Jack me miró unos segundos. Los del staff habían entrado a la habitación y lo estaban esperando.—Señor Callen. —le dijeron.—Un segundo. —respondi&oac
¡JAAAAAAACK CALLEEEEN!fue todo lo que entendí de los comentaristas. El referí levantó el puño de Jack y miles de voces alemanas se escucharon lamentarse. ¿Jack ganó? ¿En serio ganó?Vi los ojos de Charlotte llenos de lágrimas y me sorprendió. Ella se acercó darme un abrazo apenas cruzamos miradas.—Fue una gran pelea. —afirmó. Asentí con una sonrisa. No podía creerlo. En serio ganó en su primera pelea a nivel mundial como peso pesado. Alex se acercó a él para darle la mano, Jack la tomó y lo abrazó. El público entero se convirtió en aplausos. Ambos sonreían, y aunque trataban de actuar profesionalmente, su amistad de años era evidente.
¿Yo? ¿Enamorándome de Ryan? negué con la cabeza enseguida. Jack me miraba atento.—¿Estás loco?—¿Lo estoy?Apreté mis labios con frustración.—Jack. Yo te amo a ti. —mi voz se quebró al decirlo. Él esbozó una pequeña sonrisa melancólica—. Eso no volverá a pasar. No lo veré nunca más. Por eso... perdón. Perdón. —bajé mi cabeza para que no me viera. Él estiró su mano hacia mí.—Levántate. Ven aquí.La tomé y me se
No podía creerlo. ¿Cómo? ¿Por qué? cuando pensé que no lo vería más, aparece justo frente a mi ojos. Estaba trotando, llevaba una camiseta y unos shorts deportivos. Se quitó susairpodsy caminó hacia mí con una sonrisa. Retrocedí un paso hasta chocar contra la cerca de metal. Sus ojos brillaban. El sudor corría por su frente y nuca.—Vaya sorpresa... —soltó, sus ojos se arrugaron de lo feliz que estaba. En cambio yo, solo podía mantener mi expresión de shock. Tragué saliva antes de hablar.—¿Qué haces aquí...? —pregunté apenas. Sentí tantas emociones al ver su rostro que me quedé inmóvil.
—Entonces... te gusta pero no harás nada al respecto. —concluyó Ethan.—¿Ni siquiera pensaste en terminar con Jack?Mis ojos fueron de los de Ethan a lo de Marc varias veces. Terminé bajando la cabeza abrumada.—Jamás pensé eso... —admití.—Pero si te gusta Nolan, quieres estar con él, ¿No es así?Yo... ¿Quiero estar con él? no pensé en esa posibilidad. No puedo. No puedo ¿No? nadie apoyaría eso. Creerían que estoy loca. Pero si pienso sólo por mi misma, un futuro con él. Imaginé muchas cosas que podrían conver
—Entonces mañana le responderás. —repitió Ethan.—¿Y qué le dirás?Miré los ojos se Marc y me tomé la cabeza desesperada.—No tengo idea. No sé porqué le dije eso.—Mejor piénsalo bien. Porque al parecer él va en serio contigo.Intercambiaron miradas entre ellos y asintieron resignados. Tienen razón... debía ser sincera con él. La seriedad con la que me afirmó que le gustaba era abrumadora. Y en todo caso, ¿Por qué le gusto? Ni siquiera he pensando en ello. ¿Y por qué a mí me gusta Ryan? si trato de buscar raz
Maquillé mis ojos tratando imitar lo que Mía hizo la vez pasada. Me quedó bastante decente para ser la primera vez. Deslicé con una brocha el iluminador por mis pómulos y la punta de mi nariz. Ethan se apoyó en la puerta y silbó al verme.—Vaya amiga, que divina. —soltó. Sonreí al verlo a través del espejo. Guardé el maquillaje en mi cosmetiquero y volteé hacia él.—¿Y tu? —pregunté. Le quité sus gruesos lentes dejándolo con un gesto de confusión—. Et, te ves genial. ¿Por qué no intentas ir así hoy?Me los quitó y se los puso de nuevo rápidamente.
—Hola belleza, ¿Estás sola?No otra vez. Sentí que hace mucho tiempo no me pasaba esto. Supieran que soy la novia del campeón, no se atreverían a acercarse. Levanté la cabeza y miré sus rostros asquerosos uno por uno.—Fuera. —gruñí, haciéndolos intercambiar miradas sorprendidas.—Qué ruda... —soltó uno de ellos. Eran tres. Mayores que yo. Se acercaron más.—Hey, solo venimos a invitarte unas copas.—Pues no me interesa. Lárguense. —me crucé de brazos y los miré con desinterés. Al parecer eso los enojó, porque su