—Hola belleza, ¿Estás sola?
No otra vez. Sentí que hace mucho tiempo no me pasaba esto. Supieran que soy la novia del campeón, no se atreverían a acercarse. Levanté la cabeza y miré sus rostros asquerosos uno por uno.
—Fuera. —gruñí, haciéndolos intercambiar miradas sorprendidas.
—Qué ruda... —soltó uno de ellos. Eran tres. Mayores que yo. Se acercaron más.
—Hey, solo venimos a invitarte unas copas.
—Pues no me interesa. Lárguense. —me crucé de brazos y los miré con desinterés. Al parecer eso los enojó, porque su
Me siguió sin decir nada. Bajamos el ascensor en silencio, vi mi reflejo en el espejo y sonreí con nostalgia. Su camiseta que me quedaba como vestido. Observé su espalda mientras caminaba detrás de él. Mi celular sonó con una llamada de Marc.—¿Emma? ¿Dónde estás?—Los espero en la salida. —respondí. Y corté enseguida. Ryan se detuvo en la esquina y volteó a verme con las manos en los bolsillos.—Ahí está la entrada. —afirmó.—Gracias... —caminé unos pasos y me detuve frente a él. Mañana en la noche me iría a Riverlight. No lo vería más. Ahora sí es real. Miré sus o
Corrí hasta sus brazos sorprendiéndolo. Me afirmó fuerte de la cintura dando vueltas, quiso pronunciar mi nombre, pero se lo impedí besando sus labios. Un beso largo y profundo, ese que ya conocemos, pero al mismo tiempo se sintió como algo nuevo. Me separé de él y vi sus ojos brillando, con una inevitable sonrisa inocente. Qué bien se veía. Qué lindo es. Pensé, pegando mi rostro en su pecho. Entrelacé mis dedos apenas detrás de su gran espalda. Él acarició mi cabello.—¿Cómo has estado? —preguntó. Lo miré molesta y él abrió los ojos confundido.—¿Por qué no me dijiste que venías? ¿Qué pasó, no encontraste al campeón de ruso?—No, sí lo encontré. Íbamos a entrenar, pero le dije que me me tomaría una semana. Tení
Se dejó caer en una banca con vista al río. Juntó sus manos ensangrentadas y bajó la cabeza. Ni siquiera quería verme a la cara. Boté aire y me paré frente a él.—Tenemos que hablar. —dije, haciendo que me viera a los ojos por unos segundos.—Qué quieres que diga.—Por qué lo hiciste. —pregunté, bajó la cabeza de nuevo, sin responder—. Lo viste paseando por ahí, en su ciudad, y pensaste, oh, Debo golpearlo ¿Es en serio?—No lo entiendes.—No, no lo entiendo. En absoluto. Y no es la primera vez. Sabes a la perfección que no me gusta el boxeo. Te ha apoyado, he tratado de aprender, de entender. Pero pelear en la calle así nada más. ¿Golpear a alguien que ni siquiera se estaba defendiendo para dejarlo en el piso ensangrentado? claro que no lo entiendo. Y sobretodo porque eres t&ua
—¡Emma! —me desperté al escuchar mi nombre y los golpeteos de la puerta. Jack me miró confundido, traté de moverme pero la pereza me ganaba—. ¡Voy a entrar!Y la puerta de la habitación se abrió, y apareció Marc sólo con shorts y su cabello ondulado en cualquier dirección. Arrastró sus pies hacia nosotros y me enseñó la pantalla de su celular.—Supongo que aún no lo han visto. Está por todos lados. —Era una pagina online de noticias, con fotos de dos personas besándose. Cuando me di cuenta de quienes era, di un salto para sentarme en la cama y quitarle el celular.—Mierda. ¡Somos nosotros! —Era Jack y yo, en el momento en que nos
Terminamos de desnudarnos cuando llegó a mi lado. Toqué su cuerpo endurecido con ansías. Quería más, no quería que termine allí. Admiré sus ojos ilusionados y lo besé hasta morder la comisura de sus labios. Tomó mis piernas, agarrando mis muslos con fuerza para atraerme hasta sus caderas. Me miró una vez más con una sonrisa coqueta, antes de penetrarme con fuerzas. Deslicé mis manos por su espalda, enterrando mis uñas en su piel. Cerré los ojos tratando de aguantarme los sonidos que se me podían escapar.Su mano tocó mi mejilla con delicadeza, provocando un cosquilleo.—Mírame. —pidió.Vi sus pupilas brillar y solté aire con dificultad.
ack se congeló apenas lo vio. Habían pasado meses, y el término de su relación no había sido la mejor. Puse mi mano en su espalda para calmarlo. Luego reaccionó y caminó los pocos pasos que nos faltaban para llegar a él.—Papá...Habíamos salido temprano con Jack a pasear a Maya, queríamos recorrer nuestra ciudad un poco antes de irnos de nuevo a otro país. A mi perra le dio por llevarnos por calles pequeñas, aunque la mayoría de las veces prefiere quedarse frente al río. Así que la seguimos, sin darle demasiada importancia a dónde nos dirigíamos. Al doblar en una calle se detuvo, moviendo su cola. Y enseguida Jack se paralizó.Nos miró con s
Todo pasó más rápido de lo que imaginé. Esos pocos días con mi mamá fueron realmente cortos. Me prometió pedir vacaciones en invierno, para salir a algún lado nosotras solas. Pero para eso aún faltaban tres meses. Lo demás fueron muchos abrazos y besos. Me dio gusto ver que estaba feliz, y que además había encontrado a alguien bueno, como se merece. Tal vez por lo mismo estaba más relajada con lo de Jack y yo. Dijo que me notaba más madura, y que eso la tranquilizaba, aunque no sé qué tan así sea en realidad.Lloré y seguí llorando en el taxi, todo el camino hasta el aeropuerto. Dejar a Maya me costó mucho más de lo que pensé. Es mi compañera, mi única amiga que me acompañó en todos los momentos difíciles. Pero sabía que ir viajando de país en país no es fácil pa
Me fui caminando al hotel, que de suerte quedaba cerca del estadio. Me detuve a ver el paisaje a momentos, sin enfocar ningún lugar en particular. Seguía en shock por todo lo ocurrido en la pelea.Las redes sociales estaban en llamas."Jack Callen"era tendencias número uno a nivel mundial. ¿Cómo es posible que acabe la pelea con tal facilidad contra el tercer boxeador más fuerte del mundo? los comentarios estaban divididos entre los mismos fans. Aquellos que lo apoyaban y celebraban su victoria, y esos otros que decían no reconocer a su ídolo, y sentirse avergonzados de la forma en la que sacaron al campeón ruso inconsciente del cuadrilátero.Yo estaba dentro del segundo grupo.Luego de una camina