ack se congeló apenas lo vio. Habían pasado meses, y el término de su relación no había sido la mejor. Puse mi mano en su espalda para calmarlo. Luego reaccionó y caminó los pocos pasos que nos faltaban para llegar a él.
—Papá...
Habíamos salido temprano con Jack a pasear a Maya, queríamos recorrer nuestra ciudad un poco antes de irnos de nuevo a otro país. A mi perra le dio por llevarnos por calles pequeñas, aunque la mayoría de las veces prefiere quedarse frente al río. Así que la seguimos, sin darle demasiada importancia a dónde nos dirigíamos. Al doblar en una calle se detuvo, moviendo su cola. Y enseguida Jack se paralizó.
Nos miró con s
Todo pasó más rápido de lo que imaginé. Esos pocos días con mi mamá fueron realmente cortos. Me prometió pedir vacaciones en invierno, para salir a algún lado nosotras solas. Pero para eso aún faltaban tres meses. Lo demás fueron muchos abrazos y besos. Me dio gusto ver que estaba feliz, y que además había encontrado a alguien bueno, como se merece. Tal vez por lo mismo estaba más relajada con lo de Jack y yo. Dijo que me notaba más madura, y que eso la tranquilizaba, aunque no sé qué tan así sea en realidad.Lloré y seguí llorando en el taxi, todo el camino hasta el aeropuerto. Dejar a Maya me costó mucho más de lo que pensé. Es mi compañera, mi única amiga que me acompañó en todos los momentos difíciles. Pero sabía que ir viajando de país en país no es fácil pa
Me fui caminando al hotel, que de suerte quedaba cerca del estadio. Me detuve a ver el paisaje a momentos, sin enfocar ningún lugar en particular. Seguía en shock por todo lo ocurrido en la pelea.Las redes sociales estaban en llamas."Jack Callen"era tendencias número uno a nivel mundial. ¿Cómo es posible que acabe la pelea con tal facilidad contra el tercer boxeador más fuerte del mundo? los comentarios estaban divididos entre los mismos fans. Aquellos que lo apoyaban y celebraban su victoria, y esos otros que decían no reconocer a su ídolo, y sentirse avergonzados de la forma en la que sacaron al campeón ruso inconsciente del cuadrilátero.Yo estaba dentro del segundo grupo.Luego de una camina
—¿Por qué me pediste perdón?Mi pregunta lo dejó descolocado. Juntó las cejas confundido. Me moví inquieta sobre mis pies. Tal vez aquellas palabras no tenían la importancia de yo les di. Pero aún así. Esta sería tu última oportunidad, Jack.—¿De qué hablas?—En Alemania. Una noche me dormí en el sillón. Tu me cargaste y me llevaste hasta la cama. Entonces besaste mi mejilla y me dijiste "Lo siento". ¿Qué querías decir con eso?Sus ojos abiertos entendieron algo. Lo vi, pude ver que se acordaba de ello. Que se sentía culpable por algo y que incluso ahora lo siente.
Di un paseo por la ciudad mientras Marc se iba a su entrenamiento. Lo abracé antes de que se fuera, porque sentí que lo necesitaba. Ver sus bellos ojos tan perdidos me hacía sentir horrible. Y como no podía hacer nada para ayudarlo, sólo me quedaba esperar.Me detuve a mirar un parque de perros. Habían de todo tipo, grandes y pequeños corriendo con emoción y jugando. Pensé en lo mucho que extraño a Maya, quería verla pronto.—Emmabella. —su voz me crispó de la sorpresa. No podía ser posible... voltee despacio hasta encontrarme con su figura alta acercándose a mí. Traía jeans y camisa, su cabello dorado había comenzado a crecer y su sonrisa se mostró complacida de verme allí—. ¿Por
Me quedé con mis piernas elevadas en el sillón, el celular en la mano y los ojos bien abiertos. No noté que Marc había llegado hasta que estaba frente a mí. Levantó sus cejas y sonrió juguetón.—¿Qué haces? —preguntó. Me enderecé y bloquee mi celular.—Nada.—Mmm. —soltó aire incrédulo y siguió su camino hacia el pasillo. Cuando pensé que se había ido, relajé mis hombros, y tomé el celular de nuevo. No me di cuenta cuando había vuelto, me lo quitó de las manos y se echó a correr.—¡Dámelo! —exclamé, levantándome con
—¿Y no le dijiste te quiero de vuelta? eres lo peor.Abrí la boca confundida. Es cierto, lo olvidé. ¡AHGG! ¡POR QUÉ SIEMPRE HAGO TODO MAL! me tomé la cabeza desesperada y pataleé en el sillón. Marc se rió mientras pasaba de película en serie buscando algo para ver.—No pude. —suspiré. Recordé la cita de ayer y una mueca rara apareció en mi rostro tratando de esconder mi sonrisa—. Simplemente me cohibí. ¡Es que lo hubieras visto! su seriedad al decir esas cosas es abrumante.—Abrumante...—¡Sí! y yo no estoy acostumbrada a escuchar algo así.
—Siento que fuéramos a molestarte mientras estudiabas Ethan. —dije, mientras dejaba las cajas en el piso.—No importa... la verdad es que no he podido concentrarme últimamente... —admitió, acomodando sus lentes.—Yo tampoco. He estado fatal en las prácticas. —dijo Marc. Los dos se miraron y gritaron un: ¡Aww! para luego abrazarse dramáticamente. Solté una risita al verlos.—Mathan es Mathan, después de todo...—murmuré. Mi celular sonó con un mensaje nuevo. Arreglé mi cabello con solo ver el nombre en la pantalla.—¿Tu príncipe pelota de tenis? —preguntó Marc.
—Llegas al otro día, sin avisar ¿Y con un nuevo corte de pelo? ¡¿Qué estuviste haciendo?!Me encogí de hombros al ver la expresión indignada de Ethan. Le di unos golpecitos en el brazo y entré por la puerta.—Estaba con Ryan. —me detuve en el pasillo y volteé a verlo confundida—. Por cierto, no te había contado lo de nosotros. Y ni siquiera preguntaste.Acomodó su lentes y luego rascó su oreja.—Sí, bueno. Qué puedo decirte. Me lo imaginaba.—¿En serio?—Sí. —metió sus