—¿Por qué me pediste perdón?
Mi pregunta lo dejó descolocado. Juntó las cejas confundido. Me moví inquieta sobre mis pies. Tal vez aquellas palabras no tenían la importancia de yo les di. Pero aún así. Esta sería tu última oportunidad, Jack.
—¿De qué hablas?
—En Alemania. Una noche me dormí en el sillón. Tu me cargaste y me llevaste hasta la cama. Entonces besaste mi mejilla y me dijiste "Lo siento". ¿Qué querías decir con eso?
Sus ojos abiertos entendieron algo. Lo vi, pude ver que se acordaba de ello. Que se sentía culpable por algo y que incluso ahora lo siente.
Di un paseo por la ciudad mientras Marc se iba a su entrenamiento. Lo abracé antes de que se fuera, porque sentí que lo necesitaba. Ver sus bellos ojos tan perdidos me hacía sentir horrible. Y como no podía hacer nada para ayudarlo, sólo me quedaba esperar.Me detuve a mirar un parque de perros. Habían de todo tipo, grandes y pequeños corriendo con emoción y jugando. Pensé en lo mucho que extraño a Maya, quería verla pronto.—Emmabella. —su voz me crispó de la sorpresa. No podía ser posible... voltee despacio hasta encontrarme con su figura alta acercándose a mí. Traía jeans y camisa, su cabello dorado había comenzado a crecer y su sonrisa se mostró complacida de verme allí—. ¿Por
Me quedé con mis piernas elevadas en el sillón, el celular en la mano y los ojos bien abiertos. No noté que Marc había llegado hasta que estaba frente a mí. Levantó sus cejas y sonrió juguetón.—¿Qué haces? —preguntó. Me enderecé y bloquee mi celular.—Nada.—Mmm. —soltó aire incrédulo y siguió su camino hacia el pasillo. Cuando pensé que se había ido, relajé mis hombros, y tomé el celular de nuevo. No me di cuenta cuando había vuelto, me lo quitó de las manos y se echó a correr.—¡Dámelo! —exclamé, levantándome con
—¿Y no le dijiste te quiero de vuelta? eres lo peor.Abrí la boca confundida. Es cierto, lo olvidé. ¡AHGG! ¡POR QUÉ SIEMPRE HAGO TODO MAL! me tomé la cabeza desesperada y pataleé en el sillón. Marc se rió mientras pasaba de película en serie buscando algo para ver.—No pude. —suspiré. Recordé la cita de ayer y una mueca rara apareció en mi rostro tratando de esconder mi sonrisa—. Simplemente me cohibí. ¡Es que lo hubieras visto! su seriedad al decir esas cosas es abrumante.—Abrumante...—¡Sí! y yo no estoy acostumbrada a escuchar algo así.
—Siento que fuéramos a molestarte mientras estudiabas Ethan. —dije, mientras dejaba las cajas en el piso.—No importa... la verdad es que no he podido concentrarme últimamente... —admitió, acomodando sus lentes.—Yo tampoco. He estado fatal en las prácticas. —dijo Marc. Los dos se miraron y gritaron un: ¡Aww! para luego abrazarse dramáticamente. Solté una risita al verlos.—Mathan es Mathan, después de todo...—murmuré. Mi celular sonó con un mensaje nuevo. Arreglé mi cabello con solo ver el nombre en la pantalla.—¿Tu príncipe pelota de tenis? —preguntó Marc.
—Llegas al otro día, sin avisar ¿Y con un nuevo corte de pelo? ¡¿Qué estuviste haciendo?!Me encogí de hombros al ver la expresión indignada de Ethan. Le di unos golpecitos en el brazo y entré por la puerta.—Estaba con Ryan. —me detuve en el pasillo y volteé a verlo confundida—. Por cierto, no te había contado lo de nosotros. Y ni siquiera preguntaste.Acomodó su lentes y luego rascó su oreja.—Sí, bueno. Qué puedo decirte. Me lo imaginaba.—¿En serio?—Sí. —metió sus
Pasaron los días. Tranquilos y alegres. Hablé todos los días con mi mamá, que se había ido de viaje con Daniel. En las mañanas salía con Ryan, algunas noches me quedé a dormir con él también. A veces no hacíamos nada, sólo nos quedábamos ahí, conversando sobre la vida. Él es un persona muy especial, sus filosofías y pensamientos siempre me sorprenden. Ethan y Marc estaban bien, y por lo mismo, Marc estaba en su mejor momento en el fútbol. En las noches tomábamos cerveza y recordábamos cosas en la terraza. Quería que conocieran a Ryan, pero tal vez era algo pronto. Ellos que son mis mejores amigos, no podían olvidar con facilidad lo que pasó hace un año y medio. Y lo entiendo.Un día paseaba con Ryan por el puerto, como sie
Las noticias de la pelea recorrieron el mundo. Sería transmitida en más de 60 países, distintos horarios e idiomas, todos pendientes de la "nueva pelea del siglo" que se llevaría a cabo en el Madison Square Garden, el mismo lugar donde ocurrió la primera pelea del siglo hace 50 años, entre Muhammad ali y Joe Frazier. Las expectativas eran altísimas. Australia estaba preparándose para recibir victoriosa a Jack, y yo podía sentir sus nervios, aún a la distancia.Esa noche pude verlo. Jack caía a la lona cubierto de sangre. Su rostro herido e hinchado aparecía frente a mí."No estabas ahí" "Es tu culpa"me decía. Bajé la vista en esa oscuridad, mis manos temblorosas estaban manchadas de rojo. Su voz retumbaba en mis oídos una y otra vez. Detrás de
Round 2—Está muy enojado conmigo. Eres la única que puede ayudarlo.—Yo... haré lo que pueda.¡Comienza el segundo round!Marc gritó para llamar a Ethan, que llegó en segundos apresurado y subiéndose el cierre del pantalón. Mientras discutían si se había lavado las manos o no, me perdí en mis pensamientos. Nunca me gustó el boxeo. Pero me gustaba él, así que traté de entenderlo. Con el tiempo pasó a ser algo muy cool en mis ojos, pero ahora es otra la sensación. Sentía un nudo en la garganta acompañado de un miedo infundado. ¿Será po