No podía creerlo. ¿Cómo? ¿Por qué? cuando pensé que no lo vería más, aparece justo frente a mi ojos. Estaba trotando, llevaba una camiseta y unos shorts deportivos. Se quitó sus airpods y caminó hacia mí con una sonrisa. Retrocedí un paso hasta chocar contra la cerca de metal. Sus ojos brillaban. El sudor corría por su frente y nuca.
—Vaya sorpresa... —soltó, sus ojos se arrugaron de lo feliz que estaba. En cambio yo, solo podía mantener mi expresión de shock. Tragué saliva antes de hablar.
—¿Qué haces aquí...? —pregunté apenas. Sentí tantas emociones al ver su rostro que me quedé inmóvil.
—Entonces... te gusta pero no harás nada al respecto. —concluyó Ethan.—¿Ni siquiera pensaste en terminar con Jack?Mis ojos fueron de los de Ethan a lo de Marc varias veces. Terminé bajando la cabeza abrumada.—Jamás pensé eso... —admití.—Pero si te gusta Nolan, quieres estar con él, ¿No es así?Yo... ¿Quiero estar con él? no pensé en esa posibilidad. No puedo. No puedo ¿No? nadie apoyaría eso. Creerían que estoy loca. Pero si pienso sólo por mi misma, un futuro con él. Imaginé muchas cosas que podrían conver
—Entonces mañana le responderás. —repitió Ethan.—¿Y qué le dirás?Miré los ojos se Marc y me tomé la cabeza desesperada.—No tengo idea. No sé porqué le dije eso.—Mejor piénsalo bien. Porque al parecer él va en serio contigo.Intercambiaron miradas entre ellos y asintieron resignados. Tienen razón... debía ser sincera con él. La seriedad con la que me afirmó que le gustaba era abrumadora. Y en todo caso, ¿Por qué le gusto? Ni siquiera he pensando en ello. ¿Y por qué a mí me gusta Ryan? si trato de buscar raz
Maquillé mis ojos tratando imitar lo que Mía hizo la vez pasada. Me quedó bastante decente para ser la primera vez. Deslicé con una brocha el iluminador por mis pómulos y la punta de mi nariz. Ethan se apoyó en la puerta y silbó al verme.—Vaya amiga, que divina. —soltó. Sonreí al verlo a través del espejo. Guardé el maquillaje en mi cosmetiquero y volteé hacia él.—¿Y tu? —pregunté. Le quité sus gruesos lentes dejándolo con un gesto de confusión—. Et, te ves genial. ¿Por qué no intentas ir así hoy?Me los quitó y se los puso de nuevo rápidamente.
—Hola belleza, ¿Estás sola?No otra vez. Sentí que hace mucho tiempo no me pasaba esto. Supieran que soy la novia del campeón, no se atreverían a acercarse. Levanté la cabeza y miré sus rostros asquerosos uno por uno.—Fuera. —gruñí, haciéndolos intercambiar miradas sorprendidas.—Qué ruda... —soltó uno de ellos. Eran tres. Mayores que yo. Se acercaron más.—Hey, solo venimos a invitarte unas copas.—Pues no me interesa. Lárguense. —me crucé de brazos y los miré con desinterés. Al parecer eso los enojó, porque su
Me siguió sin decir nada. Bajamos el ascensor en silencio, vi mi reflejo en el espejo y sonreí con nostalgia. Su camiseta que me quedaba como vestido. Observé su espalda mientras caminaba detrás de él. Mi celular sonó con una llamada de Marc.—¿Emma? ¿Dónde estás?—Los espero en la salida. —respondí. Y corté enseguida. Ryan se detuvo en la esquina y volteó a verme con las manos en los bolsillos.—Ahí está la entrada. —afirmó.—Gracias... —caminé unos pasos y me detuve frente a él. Mañana en la noche me iría a Riverlight. No lo vería más. Ahora sí es real. Miré sus o
Corrí hasta sus brazos sorprendiéndolo. Me afirmó fuerte de la cintura dando vueltas, quiso pronunciar mi nombre, pero se lo impedí besando sus labios. Un beso largo y profundo, ese que ya conocemos, pero al mismo tiempo se sintió como algo nuevo. Me separé de él y vi sus ojos brillando, con una inevitable sonrisa inocente. Qué bien se veía. Qué lindo es. Pensé, pegando mi rostro en su pecho. Entrelacé mis dedos apenas detrás de su gran espalda. Él acarició mi cabello.—¿Cómo has estado? —preguntó. Lo miré molesta y él abrió los ojos confundido.—¿Por qué no me dijiste que venías? ¿Qué pasó, no encontraste al campeón de ruso?—No, sí lo encontré. Íbamos a entrenar, pero le dije que me me tomaría una semana. Tení
Se dejó caer en una banca con vista al río. Juntó sus manos ensangrentadas y bajó la cabeza. Ni siquiera quería verme a la cara. Boté aire y me paré frente a él.—Tenemos que hablar. —dije, haciendo que me viera a los ojos por unos segundos.—Qué quieres que diga.—Por qué lo hiciste. —pregunté, bajó la cabeza de nuevo, sin responder—. Lo viste paseando por ahí, en su ciudad, y pensaste, oh, Debo golpearlo ¿Es en serio?—No lo entiendes.—No, no lo entiendo. En absoluto. Y no es la primera vez. Sabes a la perfección que no me gusta el boxeo. Te ha apoyado, he tratado de aprender, de entender. Pero pelear en la calle así nada más. ¿Golpear a alguien que ni siquiera se estaba defendiendo para dejarlo en el piso ensangrentado? claro que no lo entiendo. Y sobretodo porque eres t&ua
—¡Emma! —me desperté al escuchar mi nombre y los golpeteos de la puerta. Jack me miró confundido, traté de moverme pero la pereza me ganaba—. ¡Voy a entrar!Y la puerta de la habitación se abrió, y apareció Marc sólo con shorts y su cabello ondulado en cualquier dirección. Arrastró sus pies hacia nosotros y me enseñó la pantalla de su celular.—Supongo que aún no lo han visto. Está por todos lados. —Era una pagina online de noticias, con fotos de dos personas besándose. Cuando me di cuenta de quienes era, di un salto para sentarme en la cama y quitarle el celular.—Mierda. ¡Somos nosotros! —Era Jack y yo, en el momento en que nos