—¿Te decidiste? —preguntó enseguida. Caminé por el pasillo hasta entrar a la habitación de Marc. Me apoyé contra la puerta y solté un pequeño suspiro.
—Después de que termine la pelea. ¿No?
—Ya lo sé. Es sólo que la espera me está matando. No sé qué pensar. Y me da miedo en realidad. —contó sus preocupaciones con tal facilidad que sentí que había cambiado mucho. Que de verdad estaba intentando ser sincero.
—¿Crees que para mi ha sido fácil? estamos igual Jack. —hable con voz baja para que los chicos no me escucharan.
—Lo sé. Para ti ha sido todav&iac
Sonó el timbre y yo corrí a abrir la puerta. Apareció un hombre de unos 30 años con un sobre. Le di las gracias y volví saltando hacia donde estaban los demás. Me miraron confundidos.—¿Pediste pizza? —preguntó Ethan. Negué con la cabeza y abrí el sobre. Saqué de ahí las entradas y las mostré por sobre mi rostro con una sonrisita.—¿No quieren ir a ver la pelea mañana?Marc enseguida se levantó y tomó las entradas.—Mierda. ¡Mierda, mierda, mierda! —exclamó emocionado—. ¡Son las más caras!—Ni loco v
¡En la esquina azul, el retador, Jaaaaaaack el relámpago Callen! ¡Y el Qudos Bank se remese!Vaya poder que tiene el joven promesa de Riverlight.Así es Martín. Nadie esperaba que tal talento saliera de esa pequeña ciudad. ¡Y ahora está aquí! ¡En Sídney luego de un año de entrenamiento en Estados Unidos!En realidad fueron 13 meses... ¿pero quién cuenta? Miré la pantalla para admirar de más cerca su hermosura. Los gritos de tantas miles de personas juntas me dejaron sorda en poco tiempo. Llegó al ring y botó lejos la manta blanca que lo cubría. Así que de ahí viene su costumbre de tirar la ropa lejos...¡Jackson Callen! ¡El relámpago! ¡Con s
—Emma. ¿No deberías estar gritando? —me dice Marc al notar mi seriedad.—Tienes razón. Es que sigo en shock. —respondí. No podía dejar de mirar esa sonrisa rebosante de confianza que había plasmada en el rostro de Jack. Me pareció tan diferente, tan inquietante. ¿Qué ha cambiado en él?Round 3El campeón se acercó al centro de la lona con el rostro hinchado y el cuerpo enrojecido. Jack brillaba como si no hubiese recibido ningún golpe directo. Y es porque no ha recibido ninguno.¡El campeón luce agotado! ¿Podrá resistir los siguientes tres minutos?sin darme cuenta apreté mis manos en el brazo de
Apoyé mi cabeza contra el ventanal mientras abrazaba mis piernas en el lujoso sillón de mis amigos.—Te traje un chocolate caliente. —la voz de Marc me hizo reaccionar. Lo miré con una sonrisa y sostuve la taza con ambas manos.—Gracias...Se sentó conmigo en el sillón y acarició delicadamente mis piernas.—¿Quieres hablar?Tomé un sorbo de su dulce chocolate caliente lleno de espuma y suspiré.—No sé muy bien sobre qué. —admití.—Te decepcionó.<
—Ayer... ¿Te refieres cuando hablamos por teléfono? —pregunté. Sus ojos brillaban rojizos con la luz del atardecer.—Sí. Como no respondías y eso.—Lo sé. Perdón por eso Jack. Enserio. Supongo que me sentí algo abrumada después de la pelea.—¿Por qué? ¿Porque ahora soy el campeón? no voy a cambiar sólo por eso. —me acerqué a él negando con la cabeza.—No es eso. Hace más de un año que no veía una pelea. Ni nada relacionado. Y esta en especifico... fue muy intensa. —admití. Vi como Jack se mordía el labio por dentro mientras asentía con
—¿Eso es un sí? —preguntó con ilusión. Golpee su duro pecho con mi puño.—¡Obvio que sí idiota! me iré contigo... —Tuve que desviar la mirada de la vergüenza. Jack me seguía viendo fijamente con una enorme sonrisa. Bajó de la reja y rodeó mi cintura con ambos brazos.—Gracias Emma... —levanté la vista y nos quedamos mirando unos segundos. Acarició mi cabeza con su mano y me atrajo hacia él. Su calor fue reconfortante. Apoyó su barbilla en mi hombro y susurró:—. Gracias.Me fui embobada todo el camino. Tenía tantas cosas en qué pensar y en ese momento no se me ocurría nada. Tuve que retar a Jack para que soltar
Eran casi las 1 de la mañana y Ethan y Jack no volvían. Di vueltas por el departamento nerviosa. Marc veía animé en su enorme plasma acostado en el sillón.—¡Cálmate ya Emma! ¡Deben estar bien! —me gritó. Me detuve en seco y lo miré furiosa.—¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?! ¡¿Y si se están pegando?!—Hey, ¿crees que Ethan es estúpido? jamás pelearía con el campeón de pesos pesados, no seas ridícula.—Tienes razón en eso... —continué dando vueltas y me senté en la terraza a ver las hermosas luces nocturnas mientras esperaba. Mir
Me detuve antes de llegar a la casa. Me agaché junto con Maya y acaricié su cabeza.—¿Qué voy a hacer con Maya? —suspiré. Jack se puso a mi lado y tomó su patita.—Lo que creas que es mejor. No sé cuánto tiempo estaremos en Alemania. Pero si prefieres llevarla, no hay problema.—¿De verdad?—Claro. Yo feliz de tenerla con nosotros. —tomó el cabello largo de la cabeza de Maya y la zamarreó de un lado a otro juguetón—. Además, no quiero separarlas.Maya nos miró jadeando y sonreí. Tiene razón. Me regalaron a Maya cuando mis padres se