¡En la esquina azul, el retador, Jaaaaaaack el relámpago Callen! ¡Y el Qudos Bank se remese! Vaya poder que tiene el joven promesa de Riverlight. Así es Martín. Nadie esperaba que tal talento saliera de esa pequeña ciudad. ¡Y ahora está aquí! ¡En Sídney luego de un año de entrenamiento en Estados Unidos! En realidad fueron 13 meses... ¿pero quién cuenta? Miré la pantalla para admirar de más cerca su hermosura. Los gritos de tantas miles de personas juntas me dejaron sorda en poco tiempo. Llegó al ring y botó lejos la manta blanca que lo cubría. Así que de ahí viene su costumbre de tirar la ropa lejos...
¡Jackson Callen! ¡El relámpago! ¡Con s
—Emma. ¿No deberías estar gritando? —me dice Marc al notar mi seriedad.—Tienes razón. Es que sigo en shock. —respondí. No podía dejar de mirar esa sonrisa rebosante de confianza que había plasmada en el rostro de Jack. Me pareció tan diferente, tan inquietante. ¿Qué ha cambiado en él?Round 3El campeón se acercó al centro de la lona con el rostro hinchado y el cuerpo enrojecido. Jack brillaba como si no hubiese recibido ningún golpe directo. Y es porque no ha recibido ninguno.¡El campeón luce agotado! ¿Podrá resistir los siguientes tres minutos?sin darme cuenta apreté mis manos en el brazo de
Apoyé mi cabeza contra el ventanal mientras abrazaba mis piernas en el lujoso sillón de mis amigos.—Te traje un chocolate caliente. —la voz de Marc me hizo reaccionar. Lo miré con una sonrisa y sostuve la taza con ambas manos.—Gracias...Se sentó conmigo en el sillón y acarició delicadamente mis piernas.—¿Quieres hablar?Tomé un sorbo de su dulce chocolate caliente lleno de espuma y suspiré.—No sé muy bien sobre qué. —admití.—Te decepcionó.<
—Ayer... ¿Te refieres cuando hablamos por teléfono? —pregunté. Sus ojos brillaban rojizos con la luz del atardecer.—Sí. Como no respondías y eso.—Lo sé. Perdón por eso Jack. Enserio. Supongo que me sentí algo abrumada después de la pelea.—¿Por qué? ¿Porque ahora soy el campeón? no voy a cambiar sólo por eso. —me acerqué a él negando con la cabeza.—No es eso. Hace más de un año que no veía una pelea. Ni nada relacionado. Y esta en especifico... fue muy intensa. —admití. Vi como Jack se mordía el labio por dentro mientras asentía con
—¿Eso es un sí? —preguntó con ilusión. Golpee su duro pecho con mi puño.—¡Obvio que sí idiota! me iré contigo... —Tuve que desviar la mirada de la vergüenza. Jack me seguía viendo fijamente con una enorme sonrisa. Bajó de la reja y rodeó mi cintura con ambos brazos.—Gracias Emma... —levanté la vista y nos quedamos mirando unos segundos. Acarició mi cabeza con su mano y me atrajo hacia él. Su calor fue reconfortante. Apoyó su barbilla en mi hombro y susurró:—. Gracias.Me fui embobada todo el camino. Tenía tantas cosas en qué pensar y en ese momento no se me ocurría nada. Tuve que retar a Jack para que soltar
Eran casi las 1 de la mañana y Ethan y Jack no volvían. Di vueltas por el departamento nerviosa. Marc veía animé en su enorme plasma acostado en el sillón.—¡Cálmate ya Emma! ¡Deben estar bien! —me gritó. Me detuve en seco y lo miré furiosa.—¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?! ¡¿Y si se están pegando?!—Hey, ¿crees que Ethan es estúpido? jamás pelearía con el campeón de pesos pesados, no seas ridícula.—Tienes razón en eso... —continué dando vueltas y me senté en la terraza a ver las hermosas luces nocturnas mientras esperaba. Mir
Me detuve antes de llegar a la casa. Me agaché junto con Maya y acaricié su cabeza.—¿Qué voy a hacer con Maya? —suspiré. Jack se puso a mi lado y tomó su patita.—Lo que creas que es mejor. No sé cuánto tiempo estaremos en Alemania. Pero si prefieres llevarla, no hay problema.—¿De verdad?—Claro. Yo feliz de tenerla con nosotros. —tomó el cabello largo de la cabeza de Maya y la zamarreó de un lado a otro juguetón—. Además, no quiero separarlas.Maya nos miró jadeando y sonreí. Tiene razón. Me regalaron a Maya cuando mis padres se
Después de 16 horas de vuelo llegamos a una Alemania pintada de blanco. Envuelto en nieve de un invierno que estaba por terminar. Fuimos a buscar a Maya y las maletas. Jack arrendó un auto y salimos del aeropuerto muertos de frío. Enseguida quedé encantada con los paisajes. Los puentes, las casas, los árboles nevados, todo parecía sacado de un cuento de princesas. Era mi primera vez en otro país, y no podía creer lo hermoso que sería.Jack entró por unas rejas de unos 4 metros de alto, rodeadas de arbustos frondosos hasta un castillo inmenso con una bandera de amarillo, rojo y negro en la cima. Lo miré con mi boca abierta sin entender nada aún. Él levantó las cejas.—Este es el hotel. —aclaró.
Desperté apoyada en el pecho de Jack. Antes de poder abrir bien los ojos, recordé cada beso, cada caricia y todas las miradas que intercambiamos anoche. Sonreí inevitablemente al darme cuenta que había sido real. Froté mis manos en mis ojos y me levanté a medias. Desde la ventana se podía observar un paisaje completamente blanco. Escuché unas patitas emocionadas desde el pasillo. Maya empujó la puerta y saltó para subirse a la cama con nosotros. Le di unos golpecitos en su cabeza y suspiré. Jack se movió estirando sus brazos.—¿Ves? lo despertaste. —le hablé despacio a mi perra que jadeaba. Deslicé las mantas en un intento de salir, pero Jack tomó mi muñeca.—No te vayas... —dijo con una voz ronc