—Ayer... ¿Te refieres cuando hablamos por teléfono? —pregunté. Sus ojos brillaban rojizos con la luz del atardecer.
—Sí. Como no respondías y eso.
—Lo sé. Perdón por eso Jack. Enserio. Supongo que me sentí algo abrumada después de la pelea.
—¿Por qué? ¿Porque ahora soy el campeón? no voy a cambiar sólo por eso. —me acerqué a él negando con la cabeza.
—No es eso. Hace más de un año que no veía una pelea. Ni nada relacionado. Y esta en especifico... fue muy intensa. —admití. Vi como Jack se mordía el labio por dentro mientras asentía con
—¿Eso es un sí? —preguntó con ilusión. Golpee su duro pecho con mi puño.—¡Obvio que sí idiota! me iré contigo... —Tuve que desviar la mirada de la vergüenza. Jack me seguía viendo fijamente con una enorme sonrisa. Bajó de la reja y rodeó mi cintura con ambos brazos.—Gracias Emma... —levanté la vista y nos quedamos mirando unos segundos. Acarició mi cabeza con su mano y me atrajo hacia él. Su calor fue reconfortante. Apoyó su barbilla en mi hombro y susurró:—. Gracias.Me fui embobada todo el camino. Tenía tantas cosas en qué pensar y en ese momento no se me ocurría nada. Tuve que retar a Jack para que soltar
Eran casi las 1 de la mañana y Ethan y Jack no volvían. Di vueltas por el departamento nerviosa. Marc veía animé en su enorme plasma acostado en el sillón.—¡Cálmate ya Emma! ¡Deben estar bien! —me gritó. Me detuve en seco y lo miré furiosa.—¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?! ¡¿Y si se están pegando?!—Hey, ¿crees que Ethan es estúpido? jamás pelearía con el campeón de pesos pesados, no seas ridícula.—Tienes razón en eso... —continué dando vueltas y me senté en la terraza a ver las hermosas luces nocturnas mientras esperaba. Mir
Me detuve antes de llegar a la casa. Me agaché junto con Maya y acaricié su cabeza.—¿Qué voy a hacer con Maya? —suspiré. Jack se puso a mi lado y tomó su patita.—Lo que creas que es mejor. No sé cuánto tiempo estaremos en Alemania. Pero si prefieres llevarla, no hay problema.—¿De verdad?—Claro. Yo feliz de tenerla con nosotros. —tomó el cabello largo de la cabeza de Maya y la zamarreó de un lado a otro juguetón—. Además, no quiero separarlas.Maya nos miró jadeando y sonreí. Tiene razón. Me regalaron a Maya cuando mis padres se
Después de 16 horas de vuelo llegamos a una Alemania pintada de blanco. Envuelto en nieve de un invierno que estaba por terminar. Fuimos a buscar a Maya y las maletas. Jack arrendó un auto y salimos del aeropuerto muertos de frío. Enseguida quedé encantada con los paisajes. Los puentes, las casas, los árboles nevados, todo parecía sacado de un cuento de princesas. Era mi primera vez en otro país, y no podía creer lo hermoso que sería.Jack entró por unas rejas de unos 4 metros de alto, rodeadas de arbustos frondosos hasta un castillo inmenso con una bandera de amarillo, rojo y negro en la cima. Lo miré con mi boca abierta sin entender nada aún. Él levantó las cejas.—Este es el hotel. —aclaró.
Desperté apoyada en el pecho de Jack. Antes de poder abrir bien los ojos, recordé cada beso, cada caricia y todas las miradas que intercambiamos anoche. Sonreí inevitablemente al darme cuenta que había sido real. Froté mis manos en mis ojos y me levanté a medias. Desde la ventana se podía observar un paisaje completamente blanco. Escuché unas patitas emocionadas desde el pasillo. Maya empujó la puerta y saltó para subirse a la cama con nosotros. Le di unos golpecitos en su cabeza y suspiré. Jack se movió estirando sus brazos.—¿Ves? lo despertaste. —le hablé despacio a mi perra que jadeaba. Deslicé las mantas en un intento de salir, pero Jack tomó mi muñeca.—No te vayas... —dijo con una voz ronc
Hay muchas cosas de Jack que aún no conozco. Como por ejemplo que cuando tenía apenas 10 vino a Alemania a entrenar por 2 años. Y que se haría amigo de un niño rubio llamado Alexander Mayer. De seguro no esperaban que 15 años después ambos se convertirían en los campeones de su país. Me contaron que el gimnasio era el mismo de ese entonces, (solo que más moderno) y podía imaginarlos allí entrenando. Corriendo por los pasillos rodeados de adultos.—Estoy muy feliz de conocerte Emma. —soltó Alexander. Estábamos sentados en una habitación, (al parecer de los entrenadores) conversando. Llegamos aquí buscando algo de privacidad, ya que todos los chicos del gimnasio se acercaban a Jack a saludarlo y pedirle autógrafos—. Eres la primera novia de Jack que conoz
Todo lo vivido aquella noche volvió a mí como una película con solo ver su rostro. ¿Qué mierda está haciendo Ryan Nolan en Berlín? ¿Y por qué no está en la cárcel o en rehabilitación? antes de seguir cuestionándome todo eso, noté que tenía un golpe en su cabeza que no dejaba de sangrar. Me saqué mi chaleco y lo presioné contra la herida esperando a la ambulancia, que llegaron minutos después. Allí lo pusieron rápidamente en una camilla y se lo llevaron. Luego llegó la policía, el hombre que manejaba el camión estaba llorando mientras le explicaba lo que pasaba. Un oficial se acercó a mí y me preguntó algo en alemán. Y aunque no entendí nada, supuse que me pidió ser de testigo, así que me fui con él.
Trató de acomodarse en la cama pero lo detuve. Se notaba súper incómodo. Hasta asustado con mi presencia.—¿Cómo te sientes? —pregunté. Él se tomó la cabeza y asintió.—Estoy bien... ¿Qué pasó?—Te atropelló un camión. Saliste volando y te golpeaste la cabeza. Te hicieron 8 puntos. Pero el doctor dijo que todo salió bien, por suerte. —Negó con la cabeza y me miró a los ojos. Como si me estuviese penetrando con ese verde opaco. Lo sentí. Lo sentí en mi pecho y quise huir.—Yo te vi. —soltó confundido, con la vista perdida en una esqu