Hay muchas cosas de Jack que aún no conozco. Como por ejemplo que cuando tenía apenas 10 vino a Alemania a entrenar por 2 años. Y que se haría amigo de un niño rubio llamado Alexander Mayer. De seguro no esperaban que 15 años después ambos se convertirían en los campeones de su país. Me contaron que el gimnasio era el mismo de ese entonces, (solo que más moderno) y podía imaginarlos allí entrenando. Corriendo por los pasillos rodeados de adultos.
—Estoy muy feliz de conocerte Emma. —soltó Alexander. Estábamos sentados en una habitación, (al parecer de los entrenadores) conversando. Llegamos aquí buscando algo de privacidad, ya que todos los chicos del gimnasio se acercaban a Jack a saludarlo y pedirle autógrafos—. Eres la primera novia de Jack que conoz
Todo lo vivido aquella noche volvió a mí como una película con solo ver su rostro. ¿Qué mierda está haciendo Ryan Nolan en Berlín? ¿Y por qué no está en la cárcel o en rehabilitación? antes de seguir cuestionándome todo eso, noté que tenía un golpe en su cabeza que no dejaba de sangrar. Me saqué mi chaleco y lo presioné contra la herida esperando a la ambulancia, que llegaron minutos después. Allí lo pusieron rápidamente en una camilla y se lo llevaron. Luego llegó la policía, el hombre que manejaba el camión estaba llorando mientras le explicaba lo que pasaba. Un oficial se acercó a mí y me preguntó algo en alemán. Y aunque no entendí nada, supuse que me pidió ser de testigo, así que me fui con él.
Trató de acomodarse en la cama pero lo detuve. Se notaba súper incómodo. Hasta asustado con mi presencia.—¿Cómo te sientes? —pregunté. Él se tomó la cabeza y asintió.—Estoy bien... ¿Qué pasó?—Te atropelló un camión. Saliste volando y te golpeaste la cabeza. Te hicieron 8 puntos. Pero el doctor dijo que todo salió bien, por suerte. —Negó con la cabeza y me miró a los ojos. Como si me estuviese penetrando con ese verde opaco. Lo sentí. Lo sentí en mi pecho y quise huir.—Yo te vi. —soltó confundido, con la vista perdida en una esqu
Debía contarle a Jack. Ahora sentí que podía. Esa conversación fue más sanadora de lo que me imaginaba. Y aunque me preguntaba si realmente su doble personalidad estaría controlada, quise creer en él.Llegó la noche y Jack volvía al hotel después de su entrenamiento. Entró y me dio un beso en la frente, quise llamarlo pero rápidamente se fue a la habitación. Lo seguí por el pasillo y me detuve en el umbral de la puerta.—Jack...—¿Cómo te fue en las tiendas? —preguntó, sin apartar su vista del closet mientras sacaba ropa.—Ah. Bien.
No suelo ser prejuiciosa con la gente. Pero con esta loca empezamos mal. ¿Qué se cree? ¿Enserio alguien así es la novia de Ryan? ¿Ese Ryan que prometió ser siempre libre y no tener ataduras? Solté su mano bruscamente y rodé los ojos. Tenía muchas ganas de huir de allí pero sentí que si me marchaba ahora perdería. No sé muy bien qué, pero perdería. Ella me miró desde arriba con un permanente expresión de superioridad que me hizo arder la cabeza. Pasó a mi lado y se sentó en la silla que estaba yo ocupando hace unos segundos. Tomó la mano de Ryan y sonrió.—¿Cómo te sientes mi amor? —preguntó con una voz mucho más dulce que la anterior. Él cerró sus ojos con cansancio. Cuando los volvi&
¿Lo siento? ¿Lo siento y noTe amo?¿Por qué? ¿Por qué lo siente? me sentí confundida y desesperada. Justo cuando pensé que se acostaría a mi lado en la cama se fue por el pasillo y cerró la puerta. ¿Ahora a dónde va? tenía miedo. Tenía miedo de que se alejará de mí otra vez. Pensé en ello varias veces. En que si esto no funcionaba siempre podía volver a mi vida antigua y seguir adelante. Así como lo hice cuando se fue. Así de fuerte, porque ya lo viví. Ya no era la misma niña de antes. Me conozco más. Tengo más confianza. Eso pensé, pero unas simples palabras en secreto despertaron toda mi ansiedad. Quise levantarme y correr. Buscarlo y gritar: ¡QUÉ MIERDA SIGNIFICA ESO! ¿ACASO TE IRÁS? ¿ME DEJARÁS SOLA DE
Ordené mi cabello lacio, (aunque no había mucho que pudiera hacer) y me puse el vestido. Uno azul rey de terciopelo hasta las rodillas y con hombros descubiertos. Salí del baño afirmando mis senos con mi mano hasta llegar frente a Jack, quien arreglaba las mangas de su camisa. Me di media vuelta y él deslizó el cierre de mi vestido rozándome con sus dedos suavemente, desde mi espalda baja hasta por sobre mis omóplatos. Di una vueltita y sonreí.—¿Qué tal? —pregunté. Jack ladeó su cabeza y levantó las cejas.—Estás bellísima.Llegamos a un hermoso edificio antiguo, con luces amarillas que reflejaban a las personas desde adentro. Jack le entregó las lla
La incomodidad no cesó con el pasar de las horas. Me quedé con el vestido puesto acurrucada junto con Maya en el sillón. Poco me importó que mi hermoso vestido se llenara de pelos de perro. Jack llegó por el pasillo, me quiso decir algo, pero se detuvo. Se fue otra vez a la habitación y volvió minutos después.—Emma... ven a dormir. —suplicó cansado. Escuchar su voz estrujó mi pecho. Quise correr a sus brazos y decirle que todo está bien. Pero no era así. Y estaba dispuesta a esperar a que él me contara todo. Así yo también podría decirle lo de Ryan. No quise verlo al rostro, porque de hacerlo supe que me olvidaría de todo, y seguiríamos como siempre, guardando cosas en una caja que en algún momento colapsaría y destruiría nuestra
Me encaminé al hospital con una rara sensación de culpa en el pecho. ¿Es acaso porque no fui a visitarlo los últimos dos días? es ridículo. Aunque se haya distraído conmigo al cruzar la calle, no es lo mismo a que yo lo haya atropellado, por ejemplo. Sin avisar en recepción, (ya me conocían) subí por el ascensor hasta su habitación. Abrí la puerta despacio pidiendo permiso, y casi choco contra un hombre alto.—Perdón... —dije, levantando la cabeza. Su sonrisa se formó apenas me vio. Era Ryan. Con ropa de calle y de pie frente a mí. Aún tenía la venda cruzando su frente, pero el color de su rostro había vuelto a un dorado perfecto.—Hola Emma.&