KELLENYa me urgía regresar a Seattle, llevaba más días de la cuenta aquí y tenía muchísimas ganas de ver a Breen. Algunas noches llamé a Acosta, me aseguró que todo se encontraba en orden. Breen ya se había acostumbrado a estar ahí la mayor parte del tiempo a solas, bueno, acompañada por Acosta. Sé que le agradará la compañía de la nana, aunque espero que esta última no haga muchas preguntas al respecto sobre Breen, porque no sabré cómo responderlas, quizá tenga que mentirle.Por supuesto, hablé con mi madre, una vez que Amina nos aclaró un par de detalles, no todos obviamente, pero sí lo indispensable; además, con la información que pronto obtendría con ayuda de Adam, todo resultaría más fácil y solo así mi madre me daría las respuestas que necesito escuchar. Ashton, también quedó advertido.No había tenido ninguna llamada de García, y no sé por qué, pero presiento que regresará con muy malas noticias. Por lo regular, me mantiene informado de los avances que lleva, pero ahora inclus
KELLENLa verdad es que no pensaba decirle nada; sin embargo, creo que se merece saber la verdad, sobre todo porque me ayudará a hacerle compañía a Breen. De todas formas, no creo que vaya a contarle a alguien sobre ella.—¿Y por qué piensas que tienes que ir a cuidar a alguien? —Primero tenía que saber de dónde saco esa teoría—. Yo jamás mencioné nada parecido.—No hace falta que lo hicieras —espetó— los conozco como la palma de mi mano, sé cuándo me ocultan cosas, inclusive cuando mienten, así que desembucha, anda, de todas maneras, será un vuelo largo y sé que en cuanto lleguemos a la cabaña, te harás el desentendido y no me dirás nada, por eso, mejor dímelo ahora.—De acuerdo, iras a hacerle compañía a una chica, cuando yo no me encuentre en Seattle, solo para que no se sienta sola y también para que nos prepares buena comida.—¿Y se puede saber quién es esa chica?, ¿de dónde la conoces?, ¿por qué la mantienes en ese sitio?, ¿por qué me pediste a mí hacerle compañía y no a alguien
BREENYa me estaba acostumbrando a pasar la mayoría del tiempo en soledad. Kellen iba y venía y no entendía por qué es que no lo podía acompañar. Bueno, es obvio, pero también necesito salir de este lugar. A pesar de que es un lugar demasiado grande y espacioso y puedo llevar a cabo diversas actividades, pues, aun así, me aburro.Además, he tratado de hacer que Acosta converse conmigo, pero su falta de entusiasmo me ha hecho desistir, solo responde con monosílabos o uno que otro escueto “mmmm”, con esa falta de interés, prefiero no hacerle la plática.Aunque solo quería que me respondiera cuando es que Kellen estaría de regreso, sé que solo lleva un par de días allá, pero lo extraño y eso no está para nada bien. Se supone que solo me metí en la cama con él por culpa del idiota de Randy, no que empezaría a enamorarme de él. ¡Oh por Dios! Creo que todo está yendo en la dirección equivocada, quizá sea mejor que no regrese en un par de días más.Me retiré a mi habitación sin cenar, hasta
BREENSu voz gutural llenó la habitación, mi piel se erizó en cuanto lo escuché, pero presté atención a cada palabra que él dijo.—Primero, comenzaras tocándote tus tetas, te pellizcaras esos pezones y enseguida recorrerás tu abdomen hasta llegar a tu coño, el cual con dos de tus dedos ayudaras a abrir para que pueda ver mejor, después te tocaras hasta que termines, quiero escucharte y quiero que me mires a los ojos cuando te toques, no debes cerrar los ojos en ningún momento, ¿entendiste? —asentí y sonreí, ¡Dios!, no puedo creer lo que estoy a punto de hacer, aunque me genera cierto morbo el hacerlo frente a Kellen, sin que se pierda ningún detalle —comienza— anunció y me puse a trabajar en ello.Primero pasé mis manos por mi cuello, fui bajando lentamente, hasta llegar a mis tetas; las amasé, apreté y pellizqué mis pezones, y como él me pidió, no deje de mirarlo a los ojos; su mirada iba de mis tetas a mis ojos; sin embargo, yo jamás dejé de mirarlo. Después, mis manos empezaron su
BREENUn mes después…A partir de la llegada de Elsie, la nana, a la cabaña, todo mejoró, no porque me llevara mal con Kellen, sino porque ya no estaba tan aburrida durante el día, en el poco tiempo que llevaba aquí, me había enseñado bastantes recetas de todo tipo, tanto dulces como saladas, algunos postres y una infinidad de cosas más.Al principio me costó un poco de trabajo el poder confiar en ella; sin embargo, al paso de los días las cosas empezaron a fluir y Elsie se fue ganando tanto mi confianza, como mi cariño y respeto, a tal punto que terminé de confesarme con ella, sobre cierto temor que no había abandonado mi cabeza y el cual ya venía dando vueltas y vueltas desde antes de que Kellen regresara junto a ella. Pero desgraciadamente no tenía la forma de saberlo sin que él se enterara, por lo menos no hasta estar segura y antes necesito saber qué es lo que él piensa al respecto.Unos días antes de que Elsie viajara de regreso a Chicago, empezó a hacer unas pequeñas observacio
BREENMe encuentro demasiado ansiosa por conocer la verdad, aunque también tengo un poco de miedo porque no tengo ni idea de cómo es que va a reaccionar Kellen, ¿y si él no quiere tener bebes?, ¿qué es lo que haré?, ¡ay por Dios!, primero necesito saber si la prueba es positiva o negativa, todo dependerá de eso.Preparé un desayuno rápido, la verdad es que hasta el hambre ya se me había ido de paseo, ya no tenía ganas de comer nada, es más, hasta el estómago revuelto sentía, pero no sabía si era por conocer la realidad o por simples nervios. Trate de calmarme, pero por más que lo intentaba no podía, mi mente solo pensaba en cómo estaba por cambiar el rumbo de mi vida, al igual que el de Kellen.Sinceramente, tenía bastante miedo por lo que se avecinaba, pero sea cual sea el resultado, estaré feliz por ello. No quiero hacerme nudos en la cabeza, mucho menos quiero crearme falsas expectativas, así que es mejor esperar.Escuche los pasos de Kellen, respire hondo un par de veces, dejando
BREENMe encontraba bastante nerviosa por contarle a Kellen, que muy pronto seríamos padres. Como no tenía idea de cuánto tiempo más estaría aquí y sé que dentro de un par de semanas más, no habría forma de ocultarlo, preferí decirle ahora.Estaba esperando a que terminara la llamada, porque si me muevo de aquí, sé que no regresaré a decirle nada. Entonces, lo escuché.—Sé lo que te estoy diciendo y tampoco lo estoy negando, es solo que… —lo escuché levantarse de su asiento— no puedo, no estoy hecho para eso y tú mejor que nadie lo sabe —guardo un momento silencio, supongo que escuchando la respuesta de la persona con la que se encontraba hablando y en seguida prosiguió— pero yo jamás podré enamorarme de absolutamente nadie, no sirvo para amar, mucho menos a ella.Fruncí el ceño, ¿de quién se encontrará hablando?, ¿será que tiene otra mujer? Sentí cómo mi corazón se partía en miles de pedazos al escuchar esas palabras—No puedo amar a ese tipo de mujer, jamás lo haré, únicamente la es
BREENEscuché cómo Acosta salía del auto, también sus pasos al alejarse y supongo que, en cuanto él ya no podía verme, Amina salió del auto, y me ayudó a salir del maletero. Rápidamente, entramos a comprar el pasaje, para que Acosta no nos viera. Obviamente, ella pagó todo, al igual que me dio unos cuantos dólares y me dio su móvil, para poder llamar a alguien una vez aterrizara en Chicago.Nos despedimos con un abrazo y subí de última hora al vuelo de regreso a casa, sin saber lo que me esperaba una vez que pusiera un pie ahí, a lado de la persona que creí que me amaba y de la cual jamás imagine lo peor.KELLENCuando me fui de la cabaña, no esperé irme como lo hice, volé a Chicago, para reunirme con Adam y García, puesto que tenía nueva información, que, según él, jamás esperó encontrar. Pero me fui de la peor manera, la verdad es que no entiendo a Breen, no entiendo por qué se puso de esa manera. Comenzó a poner excusas estúpidas, para no tener relaciones, empezamos a discutir y to