Justo en ese momento, cuando ella se estaba cuestionando en sí esperar que Benjamín resolviera su problema, llegó Iván Alayón, con una amplia sonrisa, y comenzó a saludar al señor Smith.
—Señor Smith, no sé si me recuerda… yo soy Iván Alayón, primo de Lyon, un familiar del asistente principal del patriarca de los Grey, mucho gusto —saludó, extendiendo la mano—. Es un placer coincidir con una persona de su importancia —halagó al hombre y este se hinchó de orgullo—. No sabía que estaba en la ciudad, de haberlo sabido le habría dado el recibimiento que se merece, aunque puedo muy bien invitarlo a comer después que se desocupe de aquí —como lo vio serio frunció el ceño y lo interrogó— ¿Qué sucede? ¿Tiene algún problema? Si puedo ayudarlo, no dude en pedírmelo, estamos para servirle —pronunció con una expresión servil, que causó un poco de molestia en Ana Sofía, porque no le gustaba, adular a la gente, sin embargo, apretó la boca, para no dejar salir lo que pensaba.
—Señor Alayón, no recuerdo haberlo visto nunca. Y sí, estoy un poco liado, creí que los Celedón eran una familia sería… pero ahora, al estar frente a esta situación, he comprobado su ineficiencia, seguro el éxito que han tenido se lo deben a las generaciones pasadas, porque estas… —hizo un gesto despectivo hacia Ana Sofía y sus hermanos—… dejan mucho que desear, me abruman de tan decepciónate que son… lo mejor será que me vaya y no cierre ningún negocio con ellos, si apenas en esta fase, donde están interesados en firmar no demuestran seriedad, que pasará cuando ya estén contratados, lo sucedido es una clara muestra de lo poco confiable que son. Esta señora —mencionó señalando a Ana Sofía con una expresión despectiva—… no supo manejar el programa, ejecutó mal un comando y dañó todo el proyecto, no voy a darle ninguna oportunidad. Será mejor que me vaya, no pienso seguir perdiendo el tiempo con esta gente, pensé que eran diferentes.—Por favor, señor Smith, voy a pedirle un favor, la señora Ana Sofía es mi amiga, ¿Podría darle una oportunidad de hacer su presentación?
—Señor Alayón, no entendió que la exposición se interrumpió por un mal manejo del programa y ya no tengo tiempo que perder en este lugar, no es el único sitio donde estaré, tengo otros compromisos que cumplir, petición de la familia Grey y no puedo dejarlos en mal.
—No se preocupe, señor Smith, como le dije soy bastante cercano a los Grey, me encargaré de llamarlos y pedir una prórroga.
El hombre se retiró a hacer una llamada, y contactó a su familiar.
—Aló, Lyon, querido primo, necesito un favor tuyo, urgente… estoy interesado en ganarme la confianza de una distinguida dama, miembr0 de una de las familias más selectas de la ciudad… sabes que mis finanzas no están del todo bien, requiero inyectar un sustancioso capital y mis ojos están puestos en ella —se justificó frente a su primo.
—¿Quién es ella? ¿Acaso la conozco? —interrogó su interlocutor con curiosidad.
—Es la hija de Genaro Celedón.
—¡La desfigurada! ¡Estás loco hombre! Dicen que su rostro quedó deforme a consecuencia de un accidente, además, está casada, mejor te aconsejo buscar otra, hay mujeres de familias pudientes y con hijas menos feas.
—Mira, escuché que Celedón va a darle el poder a unos de sus hijos incluyéndola a ella, si la designa como CEO de su empresa, su esposo tendrá mucho poder incluso en la ciudad y en cuanto a su esposo actual… existe el divorcio y si no se puede también pueden ocurrir los accidentes… y quedar viuda… por eso quiero saber ¿Cómo estás con tu contacto dentro de la familia Grey? —interrogó, sin dejar de ocultar su ansiedad, pues veía allí la oportunidad de lograr obtener por lo menos el agradecimiento de Ana Sofía.
—Tendría que llamar a mi primo, porque es él quien conoce a alguien, que a su vez es amigo del ayudante de la mano derecha de la familia Grey. Dame media hora para contactarlo y te aviso —Habló la persona cortando la llamada, sin dejarlo replicar.
Iván se sintió frustrado, no podía esperar más tiempo, porque Smith se iría, y si no lograba resolver esta situación, la mujer no iba a confiar en él, apretó su boca en un gesto de molestia cuando vio la pantalla de la presentación reanudarse y esta vez una sonrisa de satisfacción surgió en su rostro, no sabía quién ni cómo se solucionó, pero esa era su oportunidad de hacerles creer a todos el poder que tenía frente a los Grey y con una sonrisa de satisfacción caminó hacia donde estaba el grupo quienes miraban sorprendidos la pantalla.
Por su parte, Benjamín logró reparar todos los archivos y poner en funcionamiento el programa desarrollado por su esposa, ante la curiosa mirada de su hijo, quien lo observaba como su supiera lo que su padre estaba haciendo.
—¿Viste pequeño? Y así es como el dúo, padre e hijo Grey, logran solucionar el problema de mamá, para que ella salga bien parada y nadie pueda cuestionar su profesionalismo —pronunció alegre mientras el pequeño Alejandro aplaudía emocionado a su padre—. Vamos a informarles que todo está listo, sin decir que fuimos nosotros… sabes que debemos mantener bajo perfil, ninguno debe saber de dónde venimos mi pequeño —señaló guiñándole el ojo al niño.
Lo tomó del asiento, se salió del sistema de las Empresas Grey, y borró todo rastro de que ingresó, para luego caminar dónde estaban los otros, lo que no esperó fue ver de nuevo a Iván Alayón, presumiendo ante los presentes, atribuyéndose la solución que había dado él, no obstante, se mantuvo alejado observando, estudiando la conveniencia o no de decir que fue quien solucionó el problema o mantenerse bajo perfil y enseguida las palabras de su madre llegaron a su mente de manera clara «Benjamín, procura siempre mantenerte bajo perfil, es preferible que la gente te subestime y te mire con desprecio, al exponer tu verdadera identidad, porque eso va a despertar la atención de la gente hacia ti y por ende de los enemigos, debes aprender a controlar tu carácter, tus emociones», esas palabras lo hicieron mantenerse al margen y dejar que los acontecimientos siguieran su curso, observó en silencio a Alayón.
—¡Ya está solucionado! Llamé a mi primo y él se encargó de ordenar al personal de la empresa y a control remoto restauraron el archivo —. La mirada de todos se voltearon a él sorprendido, incluso con admiración, mas eso no fue limitante para él y no perdió oportunidad para aprovecharse y enamorar a la mujer—. Señorita Celedón, para mí es un placer poderla ayudar, sabe cuáles son mis sentimientos … y que por usted soy capaz de mover cielo y tierra tan solo para complacerla, y no dejar que nada, ni nadie, la pueda perturbar —pronunció el hombre con aparente caballerosidad, mientras tomaba la mano de Ana Sofía y la besaba en su dorso.
Ana Sofía respiró profundo y retiró su mano, se encontraba en una disyuntiva, porque aunque el hombre no era para nada de su agrado, no podía hacerle un desplante después de haberla ayudado, por lo cual sonrió con amabilidad.
—De verdad, señor Alayón, que cuenta usted con mi absoluta gratitud, si necesita algo de mí, no dude en pedírmelo y con gusto, si está a mi alcance, cuente con ello —respondió con cortesía.
—Por supuesto, señorita Ana Sofía, usted tiene muchas cosas… que no solo necesito, sino también deseo —pronunció con doble sentido, causando un ligero rubor en el rostro de la chica.
Todos creyeron que fue quien solucionó y la escala de aceptación de los presentes hacia él, se elevó.
—Entiendo todas sus gestiones, sin embargo, también lamento mucho, no poder continuar viendo la presentación, tengo un compromiso con un cliente potencial y en verdad no puedo quedarme por más tiempo, todo está cronometrado.
El señor Smith, se despidió ante la tristeza de Ana Sofía y la sonrisa de satisfacción de sus hermanos, ella se recostó de la gran mesa, con un suspiro de frustración, al mismo tiempo que se pasaba la mano por la cabeza.
—Lo siento hermanita, así el señor Alayón te haya ayudado, no pudiste hacer nada. Has perdido un proyecto millonario y eso mi padre no te lo va a perdonar, quizás hoy mismo termines fuera de la empresa y de la casa de los Celedón. De verdad que me causa lástima tu situación, porque no sé qué será de tu vida y la de tu hijo, sin empleo, sin un techo y con un marido inútil… yo, siendo tú, estudiaría la posibilidad de divorciarte y ver la propuesta del señor Alayón —pronunció Montes justo en el momento cuando llegó Genaro Celedón.
—¿Cómo van? ¿Terminaste la presentación? —interrogó el hombre. Sus hermanos no perdieron oportunidad de acusarla.
—¡Ay papá! Solamente a ti se te ocurre confiar en Ana Sofía, a ella se le está pegando lo inútil de su marido… Corrió a Smith y perdió la cuenta —mencionó Horario, mientras el rostro de Genaro se teñía, de Carmesí producto de la cólera.
—Dime Ana Sofía, ¿Acaso fuiste capaz de perder esa negociación? —la muchacha se quedó en silencio sin pronunciar palabra y su padre repitió —. Te hice una pregunta, ¡¡¡Respóndela!!! —exclamó con violencia haciendo saltar a todos con su grito.
Benjamín, al ver como estaba tratando su padre a Ana Sofía, se molestó, su primer impulso era frenarlo, decirle que debía respetar a su hija, pero no era conveniente hacerlo, porque eso molestaría a Ana Sofía y le buscaría más problemas, por lo cual luego de pensarlo un par de segundos se contuvo, la solución más efectiva sería hacer regresar a Smith, por eso sin pérdida de tiempo envío un mensaje a Sirio.Enviado a número sin identificar.«Ustedes han enviado a un tal señor Smith, a sostener una negociación con la familia Celedón, se fue sin escuchar la presentación de mi esposa, haga que regrese, le pida disculpas y acepte financiar el proyecto. Todas las negociaciones con los demás Celedón, que sea duro y no firme ningún contrato con ellos; donde esté Ana Sofía en la negociación, debe aprobarla sin ninguna objeción»Recibido de número sin identificar«¿Es su primera instrucción como CEO de las empresas de la familia?»Enviado a número sin identificar«Aún no he aceptado. Tómelo com
Cuando salieron Ana Sofía lo guió hacia donde estaba su auto, un BMW, M3, Sport Evolution antiguo, ella abrió los seguros y antes de que ella se montara, Benjamín le abrió la puerta del auto, haciendo un gesto caballeroso con una mano para que subiera, la mujer miró a los lados como si le avergonzara que alguien estuviera viendo la galantería de su esposo, cuando no vio a nadie dio un suspiro de alivio. —Sabes, no tienes porque hacer eso, me avergüenzas —pronunció de manera recriminatoria, mientras subía al auto, sin embargo, Benjamín sonrió. —Si lo hago, es porque me nace hacerlo... sabes que eres importante para mi Ana Sofía y no tienes idea lo que soy capaz de hacer por ti —respondió el hombre. —Pues, no es mucho lo que me has demostrado... Benjamín no me gustan las mentiras, no tienes que inventar, que ibas a llamar a alguien conocido para resolver lo de la presentación... no tienes que dártela de importante, porque sé que no lo eres y precisamente por eso es que hoy eres mi es
Ana Sofía entrecerró los ojos y después, con un tono de irritación, le respondió.—Por favor Benjamín, no sé qué has comido hoy que amaneciste bromista ¿Acaso piensas que puedes tomarme el pelo? ¿Crees que puedes engañarme diciendo esas estupideces? Si claro, el hijo perdido de una familia poderosa… te olvidaste que me dijiste que te criaste solo con tu madre en los suburbios de Wollemia y que por cumplir una promesa que le hiciste a ella antes de morir, te trasladaste a Villa Madera… sabes tus intentos de chiste no me dan risas, sino lo contrario, me causan mucha irritación.—Ana Sofía, espera —se apretó el puente de la nariz—. Si te dijera que te mentí que inventé todo eso para poder casarme contigo y no pudieras rechazarme y si en verdad tengo dinero y soy un millonario —insistió con vehemencia, como ya habían arrancado el auto, ella aparcó a orilla de la calzada y se quedó viéndolo con rabia.—Si eso que dices es verdad y yo descubriera que me han engañado durante este tiempo, sim
El anfitrión se quedó un poco sorprendido esperando instrucciones.—Sí, llévenos a una mesa, vamos a hablar de… negocios —agregó Benjamín arrastrando las palabras en un tono firme.A Ana Sofía no le agrado, que Benjamín la presentara como una socia comercial, de hecho le causó bastante irritación, sin embargo, a la luz de lo sucedido hacía un momento, no tenía derecho a hacerle ningún reclamo, no obstante, segundos después, sucedieron dos cosas que las consideró de su completo desagrado y aumentó su enfado, por primera vez, lo vio caminar delante de ella, sin prestarle atención y la sensación fue de abandono y segundo, cuando iba caminando con el niño, se tropezó con una hermosa y elegante mujer.—Disculpe, señor —cuando la mujer levantó la mirada, vio al pequeño y se sonrió—. ¡¡¡Qué bebé tan hermoso!!! —exclamó y el pequeño Alejandro sonrió dejando ver sus cuatro dientitos, la chica acarició con suavidad una de las mejillas del pequeño y el bebé terminó aplaudiendo feliz.—¿Cómo se
Benjamín se quedó mirando a los hombres, ajustó las correas del portabebés tipo canguro, porque no estaba dispuesto a dejarse atrapar, defendería a su hijo con su vida si es necesario.—Perdón, no creo haberlos conocido antes, ¿Por qué debería ir con ustedes? —dijo uno de ellos, rodeándolos.—¿Es usted o no el señor Grey? —interrogó uno de los hombres que lo rodeaba.Antes de poder responderle, aparecieron cuatro hombres más con una mujer, no se había cuenta de quién era hasta escucharla hablar.—¿A qué Grey buscan ustedes? ¿Al heredero de la familia más poderosa del país? Porque si es así tienen al hombre equivocado, este no es. Quien está frente a ustedes es mi esposo y no tiene dinero… tampoco es heredero de ninguna fortuna… quien tiene el dinero soy yo —expresó la mujer con seguridad, los hombres dudaron, uno de ellos se rascó la cabeza sintiéndose impotente.—Es que alguien llamó y dijo que un hombre con un bebé, es el heredero de la familia Grey, incluso, usó un pase especial y…
Benjamín vio a Liana agarrar un pollo con rabia y darle puñaladas con el cuchillo, no pudo evitar tragar grueso porque se veía siniestra y por un momento sintió algo de temor, no porque no pudiera dominarla, era lo suficientemente fuerte para hacerlo, sino porque si ella enloquecía y lo atacaba, de seguro sería una escena macabra y eso no le gustaba cuando tenía a Alejandro cerca, por eso decidió poner distancia entre ellos, se alejó como si le estuviera huyendo y realmente, eso no estaba lejos de la verdad, llegó casi hasta el otro extremo de la cocina y desde allí le habló. —Se me olvidó decirte… soy vegetariano —pronunció tratando de ocultar su nerviosismo. La mujer se quedó viéndolo con los ojos entrecerrados, estudiando su actitud y vio que la mirada del hombre estaba en sus manos, el cuchillo y el pollo, y cuando se dio cuenta lo que pasaba, soltó una gran carcajada. —No me digas ¿Acaso me creíste capaz de darte así como le estoy dando al pollo? —no esperó respuesta y continú
—¡Eres un monstruo Ana Sofía! Por eso todos te rechazan y cuando tu hijo y Benjamín vean tu verdadero rostro, también te van a despreciar.Se miró al espejo y comenzó a golpearlo con las palmas de sus manos de manera seguida, no quería ver el reflejo de su rostro recordándole lo repugnante que era, no le importó que sus manos se estaban lastimando, que la sangre brotara, no pudo soportar verse así, se limpió la sangre en su ropa, sin dejar de llorar, se colocó de nuevo la máscara, no se dio cuenta de que le quedó floja porque no se la ajustó bien y esta vez se tiró en la cama a llorar.Los recuerdos de lo ocurrido en ese momento llegaron a su mente, pese a ello, las imágenes del instante cuando le arrojaron el ácido no eran claras, producto del inclemente dolor sentido.«Se preparaban para celebrar sus logros, aunque también ese día su padre había tenido la intención de anunciar la existencia de un compromiso con Paolo Anderson, lo cual ella desconocía y que no era más que una estrate
Benjamín quedó horrorizado con las gotas de sangre en suelo, el vidrio partido de la peinadora, mientras que en la cama, su esposa yacía hecha un ovillo, se acercó a ella rápidamente con preocupación, tratando de contener los latidos acelerados de su corazón, pasó la palma de su mano por la nariz y así supo que estaba dormida, trató de hacer el mínimo ruido para no molestarla, observó sus manos heridas, se acercó, como no vio ningún indicio de gravedad, la dejó seguir durmiendo, le acostó a Alejandro a un lado porque se quedó dormido en el camino de regreso a la casa.De inmediato arregló el desastre, luego se duchó colocándose de nuevo su disfraz, tomó un botiquín y toallitas húmedas y comenzó a limpiarle las manos, ella apenas se movió, después se dirigió a su rostro, le limpió las lágrimas y se dio cuenta de que la máscara estaba floja.Durante esos dos años juntos, nunca tuvo una cercanía como esa con Ana Sofía, de hecho eran contadas las veces que ella entraba a su habitación y c