—Señor, usted no puede escucharlos a ellos sin antes esperar que mi esposa termine su presentación, ella es la mejor en su campo y… —sus palabras fueron interrumpidas por un burlesco Horacio.
—¿La mejor en su campo? ¿Qué sabes tú de proyectos de simuladores arquitectónicos, de diseños? Tú no eres más que el marido que papá le compró a mi hermana para evitarnos la vergüenza cuando Paolo Anderson se negó a casarse con ella. ¡No eres nadie! Un muerto de hambre arrimado, que ni siquiera tiene la capacidad de ganarse el pan que se lleva a la boca.
—¡Ya basta, Horacio! Deja de meterte en mi vida y estar diciendo esas cosas… —el hombre la volvió a interrumpir.
—¡¿Es mentira?! ¡¿Qué es un inútil?! ¿Qué lo mantienes?
—Eso no es problema tuyo ni de nadie, si lo mantengo o no es solo asunto de Benjamín y mío, además no es un tema que estemos tratando aquí… no te creas que no sé qué están haciendo esto para ridiculizarme y ustedes quedarse con la cuenta, pero no se los voy a permitir —declaró la chica molesta, apretando las manos para controlar su carácter.
—¿Si y cómo piensas evitarlo? —se sonrió con malicia.
—Yo voy a ayudarla, —expresó Benjamín tragando grueso y tomando su teléfono.
—Veremos aquí al poderoso Benjamín Grey —se mofó Horacio con grandes carcajadas a las cuales lo acompañó su hermano Montes.—Sí, el pobre piensa que porque tiene el mismo apellido de la familia más poderosa del país, lo hace pariente y tiene el poder de arreglar el problema de Ana Sofía, ¡idiota! Y más ella si le cree.
Ante las burlas, Benjamín los ignoró después de todo durante esos años, su paciencia, tranquilidad y control, habían sido probadas con la familia Celedón, se alejó de donde ellos estaban, lo pensó por un par de segundos y tomó una decisión; de todas maneras desde que recibió la llamada de Sirio Robert, era cuestión de tiempo para hacer sus preparativos y regresar, porque si su padre estaba tan enfermo, no podía darle la espalda, así haya sido el responsable de tenerlo allí.
Sentó al pequeño Alejandro a un lado de su asiento, el bebé estaba balbuceando jugando con la saliva, haciendo trompetas.—Ale —pronunció.
El niño fijo su mirada inocente, de esos ojos chocolates tan parecidos a los suyos, eso lo hizo recordar, cuando todo empezó, que a pesar de no encontrarse cómodo con ese matrimonio, al saber de la llegada de su hijo, todo cambió porque incluso le hizo sentir admiración por su esposa, al verla como día a día crecía su vientre, y todos los padecimientos sufridos en su embarazo, para poco después convertirse en amor y hoy día podía decir que la amaba y si aguantaba más de lo debido, era por estar con ella.
—Voy a dejarte un momento sentado, mientras realizó una llamada, no puedes bajarte, ni hacer ningún escándalo ¿Entiendes? —ante su pregunta el bebé escupió un chorro de saliva y soltó la carcajada, lo cual Benjamín tomó como un sí.
Respiró profundo y marcó el número que conocía muy bien, no debió esperar mucho para ser atendido, porque al primer repique, escuchó la voz de la mano derecha de su padre.
—Señor Grey, es para mí una agradable noticia atender su llamada, Dígame ¿Reflexionó y tomó la decisión de regresar? —interrogó el hombre, sin poder simular mucho el tono de ansiedad en su voz, lo cual fue notorio para Benjamín, lo que le hizo pensar que realmente les urgía su presencia.
—Aún no lo tengo del todo claro —señaló sin querer negarse de manera abrupta a la petición, de todas maneras no sabía cuándo podría necesitar a la familia, porque últimamente los parientes de su esposa, habían intensificado su burla y su ataque hacia ellos, a pesar de que siempre lo hicieron, ahora, no tenían reparo en humillarlos frente a los terceros, lo que hacía levantar sospechas en él, sin embargo, después pensaría en sus razones.
—Espero pronto pueda tenerlo, hay ciertos asuntos que debe saber y que amenazan la tranquilidad de la familia, e incluso pueden ponerlo en peligro a Usted y a su hijo —mencionó Sirio en un tono serio y sin ocultar su preocupación.
Al escuchar eso las alarmas de Benjamín se encendieron, porque no quería que su familia estuviera en riesgo, por ellos sería capaz de dejar esa doble… interrumpió sus pensamientos, al darse cuenta de que se estaba poniendo introspectivo y volvió a la conversación con el hombre.
—Quiero que me expliques bien esa situación de la cual me estás hablando, aunque primero, me urge resolver un asunto de suma importancia para mí en este momento, necesito que ordenes a la gente de la empresa arquitectónica, darme acceso a los programas arquitectónicos desarrollados —pidió con voz firme y con una seguridad que hubiese dejado boquiabiertos a cualquiera de los miembros de la familia Celedón.
La petición del joven sorprendió a Sirio, en un principio, quiso responderle tal y como lo pensó, no obstante, después de un par de segundos analizando, no le pareció conveniente decirlo, tal vez esa petición serviría para ayudar a su jefe a lograr lo que estaba pidiendo de Benjamín, por eso terminó respondiendo de manera diferente.
—Entendido, señor Benjamín, déjeme consultarlo con su padre.
Benjamín, no debió esperar mucho porque el hombre le regresó la llamada en escasos segundos.
—Su padre no entiende las razones por las cuales usted no accedió directamente al sistema por su cuenta, sin embargo, si quiere que nosotros le demos el acceso, lo haremos con una condición, debe aceptar venir a ver a su padre, la situación es bastante crítica y lo necesitamos.
Benjamín se quedó por un momento pensándolo, aunque le hubiese gustado negarse, si quería ayudar a su esposa no tenía más opción que aceptar esa condición.
—Está bien, dile a mi padre que iré, solo debe escoger el día y la hora, o esperar que yo pueda sacar algún tiempo disponible —se justificó.
—Señor Benjamín, ¿Acaso no sabe que lo sabemos todo de usted? Tiene todo el tiempo disponible, porque no trabaja, no hace nada, solo se dedica, digamos… —el hombre hizo una pequeña pausa—. A ser amo de casa.
—¿Y quién le dijo que ser amo o ama de casa no es hacer nada? Todo lo contrario Sirio, tienes hora de levantarte más, no de acostarte, porque no es fácil tener una casa funcionando y el cuidado de los hijos y menos cuando tiene menos de un año y medio, adicional a ello, por más que hagas siempre la gente termina diciendo que no haces nada y que eres un sin oficio porque solo trabajas en la casa… Sirio ahora debó centrarme en el motivo de mi llamada, necesito que me den por fin acceso al sistema —pidió una vez más con voz tranquila, sin ninguna expresión en su voz.
—Le envío la información en un mensaje —respondió Sirio. Benjamín colgó la llamada y esperó el mensaje del asistente con la información necesaria, no habían pasado ni siquiera treinta segundos desde que cortó, cuando recibió el mensaje del hombre con toda la información necesaria.
Una vez recibido, accedió al sistema del programa GreyBen y comenzó a restaurar los archivos.
*****
Entretanto, los hermanos de Ana Sofía siguieron burlándose de ella.
—Date por rendida hermanita, te queda mejor reconocer que cometiste un error en la configuración de tu programa y así quedarás con un poco de dignidad, porque demostrarás el grado de responsabilidad con la empresa —habló Montes.
—De verdad, ¿Crees que él podrá hacer algo por ti? Eres una ilusa, nadie puede recuperar tus archivos… ningún programador podrá hacerlo, a menos que hable directamente con el fabricante y no creo que ninguno tenga contacto directo con el genio de los Grey o algún miembro de la familia, así que prepárate a perder —habló burlonamente Horacio.
Mientras tanto Ana Sofía miraba hacia donde vio salir a Benjamín preguntándose «¿Puedo confiar en que mi marido por primera vez haga algo bien?», se preguntó sin poder controlar esa mezcla de duda y expectación, deseando en el fondo que por un milagro, él por primera vez pudiera ayudarla.
Justo en ese momento, cuando ella se estaba cuestionando en sí esperar que Benjamín resolviera su problema, llegó Iván Alayón, con una amplia sonrisa, y comenzó a saludar al señor Smith. —Señor Smith, no sé si me recuerda… yo soy Iván Alayón, primo de Lyon, un familiar del asistente principal del patriarca de los Grey, mucho gusto —saludó, extendiendo la mano—. Es un placer coincidir con una persona de su importancia —halagó al hombre y este se hinchó de orgullo—. No sabía que estaba en la ciudad, de haberlo sabido le habría dado el recibimiento que se merece, aunque puedo muy bien invitarlo a comer después que se desocupe de aquí —como lo vio serio frunció el ceño y lo interrogó— ¿Qué sucede? ¿Tiene algún problema? Si puedo ayudarlo, no dude en pedírmelo, estamos para servirle —pronunció con una expresión servil, que causó un poco de molestia en Ana Sofía, porque no le gustaba, adular a la gente, sin embargo, apretó la boca, para no dejar salir lo que pensaba. —Señor Alayón, no re
Benjamín, al ver como estaba tratando su padre a Ana Sofía, se molestó, su primer impulso era frenarlo, decirle que debía respetar a su hija, pero no era conveniente hacerlo, porque eso molestaría a Ana Sofía y le buscaría más problemas, por lo cual luego de pensarlo un par de segundos se contuvo, la solución más efectiva sería hacer regresar a Smith, por eso sin pérdida de tiempo envío un mensaje a Sirio.Enviado a número sin identificar.«Ustedes han enviado a un tal señor Smith, a sostener una negociación con la familia Celedón, se fue sin escuchar la presentación de mi esposa, haga que regrese, le pida disculpas y acepte financiar el proyecto. Todas las negociaciones con los demás Celedón, que sea duro y no firme ningún contrato con ellos; donde esté Ana Sofía en la negociación, debe aprobarla sin ninguna objeción»Recibido de número sin identificar«¿Es su primera instrucción como CEO de las empresas de la familia?»Enviado a número sin identificar«Aún no he aceptado. Tómelo com
Cuando salieron Ana Sofía lo guió hacia donde estaba su auto, un BMW, M3, Sport Evolution antiguo, ella abrió los seguros y antes de que ella se montara, Benjamín le abrió la puerta del auto, haciendo un gesto caballeroso con una mano para que subiera, la mujer miró a los lados como si le avergonzara que alguien estuviera viendo la galantería de su esposo, cuando no vio a nadie dio un suspiro de alivio. —Sabes, no tienes porque hacer eso, me avergüenzas —pronunció de manera recriminatoria, mientras subía al auto, sin embargo, Benjamín sonrió. —Si lo hago, es porque me nace hacerlo... sabes que eres importante para mi Ana Sofía y no tienes idea lo que soy capaz de hacer por ti —respondió el hombre. —Pues, no es mucho lo que me has demostrado... Benjamín no me gustan las mentiras, no tienes que inventar, que ibas a llamar a alguien conocido para resolver lo de la presentación... no tienes que dártela de importante, porque sé que no lo eres y precisamente por eso es que hoy eres mi es
Ana Sofía entrecerró los ojos y después, con un tono de irritación, le respondió.—Por favor Benjamín, no sé qué has comido hoy que amaneciste bromista ¿Acaso piensas que puedes tomarme el pelo? ¿Crees que puedes engañarme diciendo esas estupideces? Si claro, el hijo perdido de una familia poderosa… te olvidaste que me dijiste que te criaste solo con tu madre en los suburbios de Wollemia y que por cumplir una promesa que le hiciste a ella antes de morir, te trasladaste a Villa Madera… sabes tus intentos de chiste no me dan risas, sino lo contrario, me causan mucha irritación.—Ana Sofía, espera —se apretó el puente de la nariz—. Si te dijera que te mentí que inventé todo eso para poder casarme contigo y no pudieras rechazarme y si en verdad tengo dinero y soy un millonario —insistió con vehemencia, como ya habían arrancado el auto, ella aparcó a orilla de la calzada y se quedó viéndolo con rabia.—Si eso que dices es verdad y yo descubriera que me han engañado durante este tiempo, sim
El anfitrión se quedó un poco sorprendido esperando instrucciones.—Sí, llévenos a una mesa, vamos a hablar de… negocios —agregó Benjamín arrastrando las palabras en un tono firme.A Ana Sofía no le agrado, que Benjamín la presentara como una socia comercial, de hecho le causó bastante irritación, sin embargo, a la luz de lo sucedido hacía un momento, no tenía derecho a hacerle ningún reclamo, no obstante, segundos después, sucedieron dos cosas que las consideró de su completo desagrado y aumentó su enfado, por primera vez, lo vio caminar delante de ella, sin prestarle atención y la sensación fue de abandono y segundo, cuando iba caminando con el niño, se tropezó con una hermosa y elegante mujer.—Disculpe, señor —cuando la mujer levantó la mirada, vio al pequeño y se sonrió—. ¡¡¡Qué bebé tan hermoso!!! —exclamó y el pequeño Alejandro sonrió dejando ver sus cuatro dientitos, la chica acarició con suavidad una de las mejillas del pequeño y el bebé terminó aplaudiendo feliz.—¿Cómo se
Benjamín se quedó mirando a los hombres, ajustó las correas del portabebés tipo canguro, porque no estaba dispuesto a dejarse atrapar, defendería a su hijo con su vida si es necesario.—Perdón, no creo haberlos conocido antes, ¿Por qué debería ir con ustedes? —dijo uno de ellos, rodeándolos.—¿Es usted o no el señor Grey? —interrogó uno de los hombres que lo rodeaba.Antes de poder responderle, aparecieron cuatro hombres más con una mujer, no se había cuenta de quién era hasta escucharla hablar.—¿A qué Grey buscan ustedes? ¿Al heredero de la familia más poderosa del país? Porque si es así tienen al hombre equivocado, este no es. Quien está frente a ustedes es mi esposo y no tiene dinero… tampoco es heredero de ninguna fortuna… quien tiene el dinero soy yo —expresó la mujer con seguridad, los hombres dudaron, uno de ellos se rascó la cabeza sintiéndose impotente.—Es que alguien llamó y dijo que un hombre con un bebé, es el heredero de la familia Grey, incluso, usó un pase especial y…
Benjamín vio a Liana agarrar un pollo con rabia y darle puñaladas con el cuchillo, no pudo evitar tragar grueso porque se veía siniestra y por un momento sintió algo de temor, no porque no pudiera dominarla, era lo suficientemente fuerte para hacerlo, sino porque si ella enloquecía y lo atacaba, de seguro sería una escena macabra y eso no le gustaba cuando tenía a Alejandro cerca, por eso decidió poner distancia entre ellos, se alejó como si le estuviera huyendo y realmente, eso no estaba lejos de la verdad, llegó casi hasta el otro extremo de la cocina y desde allí le habló. —Se me olvidó decirte… soy vegetariano —pronunció tratando de ocultar su nerviosismo. La mujer se quedó viéndolo con los ojos entrecerrados, estudiando su actitud y vio que la mirada del hombre estaba en sus manos, el cuchillo y el pollo, y cuando se dio cuenta lo que pasaba, soltó una gran carcajada. —No me digas ¿Acaso me creíste capaz de darte así como le estoy dando al pollo? —no esperó respuesta y continú
—¡Eres un monstruo Ana Sofía! Por eso todos te rechazan y cuando tu hijo y Benjamín vean tu verdadero rostro, también te van a despreciar.Se miró al espejo y comenzó a golpearlo con las palmas de sus manos de manera seguida, no quería ver el reflejo de su rostro recordándole lo repugnante que era, no le importó que sus manos se estaban lastimando, que la sangre brotara, no pudo soportar verse así, se limpió la sangre en su ropa, sin dejar de llorar, se colocó de nuevo la máscara, no se dio cuenta de que le quedó floja porque no se la ajustó bien y esta vez se tiró en la cama a llorar.Los recuerdos de lo ocurrido en ese momento llegaron a su mente, pese a ello, las imágenes del instante cuando le arrojaron el ácido no eran claras, producto del inclemente dolor sentido.«Se preparaban para celebrar sus logros, aunque también ese día su padre había tenido la intención de anunciar la existencia de un compromiso con Paolo Anderson, lo cual ella desconocía y que no era más que una estrate