༻ ABRAU DURSO ༺La tensión entre Inna y Dmitry es realmente fácil de notar. Mientras ambos permanecen en el redondel, ninguno dice algo que pueda romper el silencio, aun cuando para ambos es incómodo. Inna, se mantiene recargada contra las barandas, mientras, mira de reojo al pelinegro que, aunque no lo admite, es claro que está aún más molesto de lo que inicialmente se atrevió a mostrar.Por su parte, Dmitry mantiene su postura firme, los brazos cruzados sobre el pecho y su ceño ligeramente fruncido mientras se encuentra de pie a unos tres metros de Inna, su expresión y su postura lo hacen parecer una estatua imponente y poco accesible. Inna respira profundamente, tratando de encontrar las palabras adecuadas para comenzar su disculpa y calmar el ambiente. —Mira, Dmitry, creo que… —comienza, pero las risas emocionadas de Layeska interrumpen su intento de disculpa. Ambos se giran hacia la pequeña, quien regresa al redondel montada sobre el pequeño pony. Oscar, camina a su lado, guia
༻ RUBLYOVKA - MOSCÚ ༺༻ 10:45 PM༺A esa hora, la cafetería está medio vacía, el murmullo de las conversaciones apenas logra romper el silencio cómodo del lugar. Grigori se encuentra sentado en una mesa junto a la ventana, con una taza de café frente a él y su teléfono en la mano. Mira su reloj por tercera vez en cinco minutos: las agujas marcan un cuarto para las once, para ese momento, la enfermera debería haber llegado hace media hora. A pesar de su habitual paciencia, para ese punto, Grigori ya comienza a inquietarse. Jugando con la cuchara de café, la gira dentro de la taza, tratando así de distraerse mientras mantiene la vista fija en la puerta de entrada. Pero tras un par de minutos más de espera, finalmente, la figura de la mujer aparece.La enfermera entra en la cafetería con pasos apresurados, mirando a su alrededor con nerviosismo antes de dirigirse a la mesa de Grigori la espera. —Lo siento por el retraso —dice mientras se sienta frente a él, no es difícil notar la agitac
༻ ABRAU DURSO ༺ ༻ 11:11 PM ༺ La noche ya ha caído completamente sobre la hacienda, y el único sonido que rompe el silencio es el eco distante de los truenos que anuncian una tormenta próxima. Dmitry toma aquello como su señal de salida, por lo que cierra el libro de control, dejando el bolígrafo sobre la mesa con un gesto totalmente automático. Ese día sí que lo ha sentido como el de una larga jornada, así que el cansancio comienza a hacerse presente en su cuerpo. Sin embargo, se toma un momento para recostarse en la silla y cerrar sus ojos, permitiéndose así un momento de tranquilidad. Cuando siente que el sueño está comenzando a ganarle, abre sus ojos y se levanta de la silla, apagando las luces de la oficina antes de salir al pasillo principal. No le sorprende encontrarse con los corredores totalmente vacíos, solo iluminados solo por las lámparas que cuelgan a lo largo de las paredes, proyectando sombras suaves que se alargan con cada parpadeo de las luces. Debido a la soledad
Aquella petición toma a Dmitry por sorpresa, su mirada se clava en la imagen indefensa de Inna recostada sobre su cama, su cuerpo contraído tanto como puede, su mano tomando su muñeca con fuerza, sus ojos llenos de lágrimas y su mirada suplicante. Dmitry no dice nada y solo se termina se mueve para poder tomar asiento en la cama, apoyando su espalda contra el cabecero de la cama y abrazando a Inna contra su pecho.Ninguno sabe decir cuánto tiempo exacto pasan en esa posición, pero la entrada de la Tania les indica que es el suficiente como para que la mujer pudiera preparar el té para los nervios que Dmitry le pidió. Acercándose a la cama, la mujer no dice nada cuando ve la posición en la que se encuentran Dmitry e Inna, solo se limita a extender la bandeja y es Dmitry quien, con su brazo libre, lo extiende para tomar la taza humeante y acercarla a Inna, pero ella solo sigue con su rostro escondido contra su pecho.—Toma un poco—dice mientras intenta separar a la pelinegra de su pecho
El sol se filtra débilmente a través de las cortinas de la habitación, bañando el espacio con una luz tenue pero cálida, casi como si la fuerte lluvia de la noche anterior no hubiera existido. Inna abre los ojos lentamente, sintiendo el peso del cansancio aún aferrado a su cuerpo. Una punzada leve en su cabeza le hace fruncir su seño, y mientras lleva una mano a su frente, se sienta al borde de la cama, sus pies descalzos tocando el frío suelo de madera. Cerrando los ojos nuevamente, trata de ordenar sus pensamientos en medio de la bruma de su despertar.De pronto, una imagen llega a su mente, nítida y shokeante: ella, aferrándose con fuerza a Dmitry, su rostro escondido contra su pecho, el miedo al pensar que la dejaría sola, su mano tomándole con fuerza mientras una súplica clara sale de sus labios "No me dejes… por favor”, escucha en su mente, y una maldición escapa de sus labios.—Carajos… —murmura, llevándose ambas manos a la cara.La sola idea de haber mostrado esa vulnerabilida
༻ 7 AÑOS ATRÁS ༺༻ PRISIÓN DE KRASNY SVET – MOSCÚ ༺La habitación de visitas está tan fría como el invierno que extiende sobre Moscú. Las paredes grises y negras parecen absorber la luz que se cuela por las rejillas de las ventanas alta.Anastasia se sienta en una de las mesas de metal, sus manos restringidas por las esposas entorno a sus muñecas. Su figura se encuentra cubierta por el uniforme naranja identificado con su número de control, un atuendo que en nada se parece a los vestidos florales o las ropas de siembra que tanto disfruta vestir.Estrechando una mano contra otra, trata de calmar sus nervios. Es la primera vez en tres meses que alguien la visita, o por lo menos alguien que no es doctor Volkov o Arman. Desde su arresto, no ha recibido ni una carta ni una señal de vida de su familia. Pero, hoy esa soledad parece romperse. Frente a ella, la puerta metálica se abre con un chirrido. Un guardia entra, y tras de él entra su querida Lena. Anastasia ve como su hermana menor ent
༺ Abrau-Dyurso / Rusia. ༻ ༻ Siete Años Atrás. ༺ ¿Cómo es que todo esto había podido pasar? Anastasia apenas siente el frío metal de las esposas rodeando sus muñecas. Las luces de los flashes la ciegan una y otra vez, pero no de la manera que ella lo había soñado. El vestido de encaje blanco que eligió con tanto cuidado, que debía ser el símbolo de su felicidad, ahora está cubierto de manchas intensamente rojas. La sangre, la misma sangre que cubre sus manos, tiñe de carmesí la tela inmaculada. Su mente no puede procesar lo que está sucediendo; unas horas atrás, estaba riendo, emocionada por su nueva vida, por el futuro que iba a compartir con el hombre que amaba. Ahora, todo lo que queda es el eco sordo de su respiración entrecortada, su mirada vacía y el caos a su alrededor. —¡¿Señorita Ivanova?! ¡Anastasia! —grita uno de los periodistas mientras las cámaras estallan a su alrededor, como si el horror frente a ellos fuera solo otro espectáculo para cubrir. Ellos no ven lo que ella
El sonido monótono de los ventiladores en la sala de juicio apenas es audible sobre el murmullo de los asistentes. Es el quinto día del juicio, y la tensión se vuelve cada vez mayor a medida que impregna el aire como una tormenta a punto de estallar. Anastasia está sentada en el banquillo de los acusados, sus manos frías y temblorosas descansan sobre sus rodillas, y la marca roja de las esposas marca su piel, aunque ya no las lleva puestas.El traje negro que lleva es otorgado por la prisión, su corazón duele al pensar que en esos días su madre no se ha acercado a ella, ni siquiera ha asistido a las sesiones del juicio. Eso le deja en claro que, para su madre, ella es la culpable, y esa es la única sentencia que le marca.Hoy es el último día del juicio, el día en que Nikolay testificará. El hombre al que ama, al que alcanzó a darle el sí antes de que la tormenta comenzara. El único que puede salvarla de esta pesadilla. Anastasia había esperado este momento como un quien espera un sal