Mientras Inna camina hacia su Jeep, puede sentir como la brisa ya está comenzando a tornarse fría y anunciando el cambio de estaciones, el invierno comenzará pronto. Las llaves del jeep tintinean en su mano. Tal vez un viaje rápido al mercado del pueblo le sirva para despejar su mente de la reciente conversación que sostuvo con Arman. Pero antes de que pueda abrir la puerta del auto, una voz se deja escuchar a su espalda.—¿Inna? —llama con suavidad.Deteniéndose al momento, Inna se da la vuelta para encontrar a Layeska de pie cerca de la entrada, con su cabello oscuro desordenado por el viento y un ligero puchero en sus labios. —¿Qué ocurre, Layeska? —pregunta con una sonrisa amable, y sintiendo ternura ante el puchero de la pequeña. La niña da un par de pasos hacia ella, apretando las manos nerviosamente. —¿Puedo ir contigo? Inna la observa, sintiendo como esa punzada de ternura aumenta, pero rápidamente sacude la cabeza. —Nena, no puedo llevarte sin permiso de tu papá. Dmitr
Inna ayuda a Layeska a bajar del Jeep con cuidado, asegurándose de que la pequeña no tropiece al pisar el empedrado. La pequeña sonríe con emoción al ver el bullicio del mercado, su entusiasmo volviéndose casi contagioso. Acomodando un mechón del rebelde cabello de la pequeña, Inna cierra la puerta del auto, activa la alarma con un clic y extiende su mano para que Layeska la tome. —No te sueltes, ¿de acuerdo? —le dice con una sonrisa mientras toma su mano de forma dulce.Juntas, caminan hacia la entrada del mercado público. Inna toma uno de los carritos metálicos y comienza a recorrer los puestos coloridos, llenos de frutas frescas, vegetales, especias y dulce típicos. Layeska mira todo con emoción, su mirada deteniéndose en los dulces apilados en un puesto cercano, pero se limita a no decir nada. —¿Quieres algo? —pregunta Inna deteniendo sus pasos al notar su interés. Layeska levanta su rostro hacia Inna y niega con la cabeza, aunque sus ojos brillan con anhelo. Inna sonríe para
Al salir de la iglesia, Nikolay ajusta su abrigo oscuro mientras el aire fresco acaricia da sobre su rostro. Aunque como siempre, su expresión es serena, después de la conversación que acaba de tener con el sacerdote, su pensamiento se vuelve más calculador que antes.Si bien aceptó la reunión con el padre, había sido más por la insistencia de Alexey que porque é realmente quisiera reunirse con el hombre, para él, el sacerdote no es más que un viejo que está comenzando a debatirse con su conciencia, y él no tiene tiempo para perderlo en arrepentimientos absurdos. El viejo no es más que una pieza en su tablero, y si comienza a estorbarle, no dudará en sacarlo del juego.Esa son las ideas que se encuentran pasando por su cabeza, pero cuando llega al final de la escalinata que lleva a la iglesia, su mirada se dirige hacia la plaza abierta que bordea el lago, más por un instinto que porque busque algo o alguien, pero lo que su mirada encentra, le hace sonreír con malicia. Cerca del borde
La luz del sol de la tarde se filtra a través de las persianas del pequeño apartamento. Sentado en la mesa del comedor, lee con calma los documentos que tiene frente a él. Al llegar al departamento encontró los documentos en el buzón, pero debido a que tuvo que ir a ver a Vera a la clínica, solo hasta ahora pudo dedicarles el tiempo necesario.Desde que la hija de Inna fue secuestrada, n ha parado de buscar información sobre la enfermera, pero hasta ahora solo había encontrado las cosas relacionada con su muerte, por suerte, había logrado encontrar algo de información. Aunque en un principio los registros de la enfermera son una mezcla de información médica y datos personales, aparentemente inservibles. Pero cuando lee nuevamente las líneas, presta un poco más de atención y nota como estas mencionan su empleo previo, rápidamente reconoce el nombre del hospital como el mismo donde estuvo internada Vera.Arman se reclina en su silla, tamborileando con los dedos sobre el borde de la mesa
༻ MOSCÚ ༺El sonido del timbre del apartamento de Arman resuena por tercera vez antes de que los golpes insistentes sobre la puerta comiencen a llenar el pasillo. Al no recibir una respuesta rápida, Inna cruza los brazos con impaciencia, su pie marcando un ritmo involuntario en el suelo mientras espera a obtener una respuesta. Tienen que pasar unos tres minutos más antes de que escuche movimientos apresurados tras la puerta, por lo que vuelve a dejar unos golpes más sobre la puerta.—¡Ya voy, ya voy! —escucha la voz de Arman, misma que llega amortiguada desde el interior—. ¡Por el amor de Dios, les daré una buena propina solo tenía que esperar un minuto más! —agrega con cansancio.Cuando la puerta finalmente se abre, las palabras de Arman se desvanecen al verla, al igual que el color de cara. Cuando su mirada se encuentra con la mirada de Inna, esta al momento enarca una ceja en un gesto inequívoco de sorpresa ante la apariencia que le muestra.Frente a ella, se muestra un Arman que e
༻ ABRAU DURSO ༺—¿Moscú? —al escuchar las palabras de Tania, Dmitry se detiene en seco y se gira hacia la mujer mayor—. ¿Pasó algo?—Nada —es la rápida respuesta de la mujer—. La señora solo dijo que estaría fuera algunos días, pero confía en que usted puede controlar la hacienda y el pago de los nuevos ejemplares.Dmitry se queda en silencio por un momento y al final solamente termina asintiendo mientras cambia de dirección y elige ir al redondel, pero antes de hacerlo, levanta la mano y la extiende hacia Tania y le ofrece el pastel de manzana que traía con él.—¿Señor? — pregunta, mientras toma la bolsa que contiene el pastel.—Layeska la compró para Inna, es absurdo dejar que se pierda.Y tras esas palabras termina de encaminarse hacia el patio trasero.Por su parte, Tania de le queda viendo mientras Dimitri se aleja, en su rostro se dibuja una sonrisa en el momento que se fía en la bolsa en sus manos y solamente camina hacia la cocina, tal vez si lo refrigera a tiempo aquella reban
Aún cuando en el lugar no hay nadie más que él, Grigori se mueven a lo largo del apartamento de una manera casi silenciosa, como si temiera ser descubierto. Su mirada observando cada rincón con detalle, no queriendo dejar pasar absolutamente nada. Aunque le moleste aceptarlo, su conciencia no deja de reprocharle su comportamiento, el husmear en los asuntos de Arman, mucho más después de que la noche anterior, le asegurara a este que su acercamiento no tenía dobles intenciones. Pero la realidad es más compleja de lo que él quisiera admitir. No tiene problemas en aceptar que toda esta situación es ventajosa para él, ya que le permitió volver a acercarse al abogado después de tanto tiempo, pero también sabe que tiene una obligación con Dmitry que debe cumplir y que aunque él lo quisiera, no puede dejar de lado sus responsabilidades.Con ese pensamiento en busca si vencer a su conciencia, y una vez más comienza a revisar con aun mayor meticulosidad cada carpeta, cajón y estante que se cr
Aunque ya se encuentran cerca del mediodía el del cambio de estación se hace notar en cada uno de los pasos que da para cruzar el jardín y poder llegar hasta el vivero donde se encuentra su madre. Al llegar hasta que el pequeño lugar ubicado en un rincón apartado del jardín, toma el pomo de la puerta y lo abre con sumo cuidado mientras ingresa en el lugar. La luz del sol se cuela a través del techo de cristal del vivero, iluminando las rosas que se extienden en líneas perfectas a lo largo de tres largas hileras, como un océano de colores follaje de un verde vivo moteado con el hermoso color rojo de las rosas en flor. Inna camina con pasos lentos y cautelosos, escuchando el leve crujir de la grava bajo sus zapatos mientras entra en el espacio cerrando la puerta tras de ella. El aroma floral, dulce y penetrante, la golpea de inmediato, trayéndole recuerdos de su infancia, de esos días despreocupados en los que su madre la sentaba sobre la mesa de trabajo y le enseñaba a podar los rosa