La luz del sol de la tarde se filtra a través de las persianas del pequeño apartamento. Sentado en la mesa del comedor, lee con calma los documentos que tiene frente a él. Al llegar al departamento encontró los documentos en el buzón, pero debido a que tuvo que ir a ver a Vera a la clínica, solo hasta ahora pudo dedicarles el tiempo necesario.Desde que la hija de Inna fue secuestrada, n ha parado de buscar información sobre la enfermera, pero hasta ahora solo había encontrado las cosas relacionada con su muerte, por suerte, había logrado encontrar algo de información. Aunque en un principio los registros de la enfermera son una mezcla de información médica y datos personales, aparentemente inservibles. Pero cuando lee nuevamente las líneas, presta un poco más de atención y nota como estas mencionan su empleo previo, rápidamente reconoce el nombre del hospital como el mismo donde estuvo internada Vera.Arman se reclina en su silla, tamborileando con los dedos sobre el borde de la mesa
༻ MOSCÚ ༺El sonido del timbre del apartamento de Arman resuena por tercera vez antes de que los golpes insistentes sobre la puerta comiencen a llenar el pasillo. Al no recibir una respuesta rápida, Inna cruza los brazos con impaciencia, su pie marcando un ritmo involuntario en el suelo mientras espera a obtener una respuesta. Tienen que pasar unos tres minutos más antes de que escuche movimientos apresurados tras la puerta, por lo que vuelve a dejar unos golpes más sobre la puerta.—¡Ya voy, ya voy! —escucha la voz de Arman, misma que llega amortiguada desde el interior—. ¡Por el amor de Dios, les daré una buena propina solo tenía que esperar un minuto más! —agrega con cansancio.Cuando la puerta finalmente se abre, las palabras de Arman se desvanecen al verla, al igual que el color de cara. Cuando su mirada se encuentra con la mirada de Inna, esta al momento enarca una ceja en un gesto inequívoco de sorpresa ante la apariencia que le muestra.Frente a ella, se muestra un Arman que e
༻ ABRAU DURSO ༺—¿Moscú? —al escuchar las palabras de Tania, Dmitry se detiene en seco y se gira hacia la mujer mayor—. ¿Pasó algo?—Nada —es la rápida respuesta de la mujer—. La señora solo dijo que estaría fuera algunos días, pero confía en que usted puede controlar la hacienda y el pago de los nuevos ejemplares.Dmitry se queda en silencio por un momento y al final solamente termina asintiendo mientras cambia de dirección y elige ir al redondel, pero antes de hacerlo, levanta la mano y la extiende hacia Tania y le ofrece el pastel de manzana que traía con él.—¿Señor? — pregunta, mientras toma la bolsa que contiene el pastel.—Layeska la compró para Inna, es absurdo dejar que se pierda.Y tras esas palabras termina de encaminarse hacia el patio trasero.Por su parte, Tania de le queda viendo mientras Dimitri se aleja, en su rostro se dibuja una sonrisa en el momento que se fía en la bolsa en sus manos y solamente camina hacia la cocina, tal vez si lo refrigera a tiempo aquella reban
Aún cuando en el lugar no hay nadie más que él, Grigori se mueven a lo largo del apartamento de una manera casi silenciosa, como si temiera ser descubierto. Su mirada observando cada rincón con detalle, no queriendo dejar pasar absolutamente nada. Aunque le moleste aceptarlo, su conciencia no deja de reprocharle su comportamiento, el husmear en los asuntos de Arman, mucho más después de que la noche anterior, le asegurara a este que su acercamiento no tenía dobles intenciones. Pero la realidad es más compleja de lo que él quisiera admitir. No tiene problemas en aceptar que toda esta situación es ventajosa para él, ya que le permitió volver a acercarse al abogado después de tanto tiempo, pero también sabe que tiene una obligación con Dmitry que debe cumplir y que aunque él lo quisiera, no puede dejar de lado sus responsabilidades.Con ese pensamiento en busca si vencer a su conciencia, y una vez más comienza a revisar con aun mayor meticulosidad cada carpeta, cajón y estante que se cr
Aunque ya se encuentran cerca del mediodía el del cambio de estación se hace notar en cada uno de los pasos que da para cruzar el jardín y poder llegar hasta el vivero donde se encuentra su madre. Al llegar hasta que el pequeño lugar ubicado en un rincón apartado del jardín, toma el pomo de la puerta y lo abre con sumo cuidado mientras ingresa en el lugar. La luz del sol se cuela a través del techo de cristal del vivero, iluminando las rosas que se extienden en líneas perfectas a lo largo de tres largas hileras, como un océano de colores follaje de un verde vivo moteado con el hermoso color rojo de las rosas en flor. Inna camina con pasos lentos y cautelosos, escuchando el leve crujir de la grava bajo sus zapatos mientras entra en el espacio cerrando la puerta tras de ella. El aroma floral, dulce y penetrante, la golpea de inmediato, trayéndole recuerdos de su infancia, de esos días despreocupados en los que su madre la sentaba sobre la mesa de trabajo y le enseñaba a podar los rosa
Sentado detras de su escritorio, Dmitry se mantiene con su ceño ligeramente fruncido. Desde qué sostuvo aquel breve intercambio de palabras con grigori durante la mañana, el peli negro ha estado sintiendo como su día se ha tornado en uno verdaderamente pesado. Después de lo ocurrido el día anterior al enterarse que uno de sus hombres había elegido delatarlo y trabajar para Nikolay, se había hecho la idea de cuidar a Inna de cualquier intriga que estuviera formando El bastardo de su medio hermano pero ahora no sabe realmente si debe cuidarla o preocuparse de lo que es realmente capaz de hacer ella. Si bien el mejor que nadie sabe que muchas veces las personas no enseñan todo de sí, es más que claro que Inna es de ese tipo que es más lo que oculta que lo que dice, lo cual no sería un problema de no ser porque lo que está ocultando es algo relacionado con ese cierre que necesita darle su vida y en la memoria de la mujer que amó. Su cabeza se encuentra ideando tantos planes como pu
༺ Abrau-Dyurso / Rusia. ༻ ༻ Siete Años Atrás. ༺ ¿Cómo es que todo esto había podido pasar? Anastasia apenas siente el frío metal de las esposas rodeando sus muñecas. Las luces de los flashes la ciegan una y otra vez, pero no de la manera que ella lo había soñado. El vestido de encaje blanco que eligió con tanto cuidado, que debía ser el símbolo de su felicidad, ahora está cubierto de manchas intensamente rojas. La sangre, la misma sangre que cubre sus manos, tiñe de carmesí la tela inmaculada. Su mente no puede procesar lo que está sucediendo; unas horas atrás, estaba riendo, emocionada por su nueva vida, por el futuro que iba a compartir con el hombre que amaba. Ahora, todo lo que queda es el eco sordo de su respiración entrecortada, su mirada vacía y el caos a su alrededor. —¡¿Señorita Ivanova?! ¡Anastasia! —grita uno de los periodistas mientras las cámaras estallan a su alrededor, como si el horror frente a ellos fuera solo otro espectáculo para cubrir. Ellos no ven lo que ella
El sonido monótono de los ventiladores en la sala de juicio apenas es audible sobre el murmullo de los asistentes. Es el quinto día del juicio, y la tensión se vuelve cada vez mayor a medida que impregna el aire como una tormenta a punto de estallar. Anastasia está sentada en el banquillo de los acusados, sus manos frías y temblorosas descansan sobre sus rodillas, y la marca roja de las esposas marca su piel, aunque ya no las lleva puestas.El traje negro que lleva es otorgado por la prisión, su corazón duele al pensar que en esos días su madre no se ha acercado a ella, ni siquiera ha asistido a las sesiones del juicio. Eso le deja en claro que, para su madre, ella es la culpable, y esa es la única sentencia que le marca.Hoy es el último día del juicio, el día en que Nikolay testificará. El hombre al que ama, al que alcanzó a darle el sí antes de que la tormenta comenzara. El único que puede salvarla de esta pesadilla. Anastasia había esperado este momento como un quien espera un sal