Landon les dio la espalda a ambos y empezó a caminar en dirección a su coche, a lo que la joven siguió sus pasos y lo detuvo con la voz.—¡Espera! —dijo y se plasmó una sonrisa en los labios del hombre, el cual Arantza no pudo apreciar.Landon notó que tenía cierta ventaja sobre Noah, pues la muchacha decidió ir tras él a pesar de lo furioso que su amigo se veía.—Lo siento, discúlpame por toda esta situación —expresó ella.—No es tu culpa, pero no quisiera que tuvieras un problema mayor con tu… pareja —Landon sabía que era mentira, pero ansiaba que Arantza se lo confirmara.—Noah y yo no tenemos nada más que una simple amistad —declaró—. Sus reclamos estuvieron fuera de lugar, así que, te ruego que lo disculpes.—No deberías pedir disculpas en su nombre, ni dar la cara por él. Es un adulto que debe aprender a responsabilizarse de sus propias acciones —estableció—. Ya es hora de que me retire, espero que puedas arreglar las cosas con tu amigo —tomó la mano de Arantza y la besó en el d
Arantza no refutó, a lo que Noah lanzó una corta risa amarga.—Esto es increíble. ¿Ni siquiera intentarás negarlo? —soltó, pasando la mano por su pelo—. ¿Cómo puedes confiar en él? El hecho de que un completo desconocido apareciera y que le dieras el poder de cambiar el rumbo de las circunstancias es tan… injusto.—Yo… nunca quise lastimarte.—No me digas eso, Arantza. No me tengas compasión —señaló—. De todos modos, fui yo quien eligió arriesgarse. Desafortunadamente no obtuve nada.—Tienes mi amistad y siempre podrás contar conmigo. —Claro, amistad… —volvió a sonreír con amargura—. Quizás te enfade lo que te diré, pero eso no me basta. Sin embargo, no te preocupes. Ya entendí que toda mi lucha ha sido en vano y no tengo ninguna chance de ganarme tu amor.—Noah, en verdad lo siento. No quisiera perderte, eres muy importante para mí. No tienes idea de cuánto daría por poder corresponder a tus sentimientos, pero no puedo obligar a mi corazón a que se enamore de ti —manifestó, angustia
La muchacha permaneció observándolo desde su posición, sin poder ocultar su asombro. Sus ojos recorrieron el cuerpo atlético del hombre y se fijó en la forma en que realizaba las técnicas a la perfección.Landon traía puesto una camiseta sin mangas, la cual estaba totalmente empapada de sudor, junto con unos shorts deportivos. Un par de guantes protegían sus manos y lucía sumamente concentrado en sus movimientos.—¿Qué está haciendo él aquí? —le preguntó Arantza a su amigo.—No lo sé —se encogió de hombros—. Ni siquiera sé cómo encontró este lugar, está muy lejos de la zona de los millonarios.—Pero ¿te dijo algo?—Solo mencionó que quería practicar un poco de kick boxing y, de ser posible, convertirse en un cliente de mi gimnasio. No podrá venir cada día, pero aseguró que trataría de hacerlo con frecuencia.Arantza hizo una mueca de extrañeza mientras continuaba escrutándolo. ¿Porqué había ido precisamente a ese gimnasio? ¿Acaso Lenya le comentó acerca de ese sitio?De pronto, Landon
A decir verdad, Landon estaba empezando a convencer a Arantza. Anteriormente, a ella le atraía la idea de trabajar con él debido a que siempre recordaba lo que Lenya le había propuesto. Sin embargo, ahora ya no quería hacerlo por ese motivo, sino que realmente le interesaba trabajar con Landon.Estaba tan confundida al respecto, que eligió hablarlo con Dimas.—¿Quieres volver a trabajar en Hidden Beauty? —preguntó, sujetando el celular cerca del oído. Era de noche cuando Arantza le hizo una llamada y empezaron a platicar sobre el asunto.—¿Crees que esté bien que lo haga? —cuestionó, mientras se hallaba recostada en su cama.—Pues, yo siempre he pensado que nunca debiste renunciar a esa empresa. Lo hiciste porque la muerte de Lenya te afectó mucho y no soportaste estar en ese lugar. Sin embargo, si te hubieras quedado todos estos años, estoy seguro de que te habrías ganado un ascenso, tal y como sucedió en Logotype.—En realidad, no puedo imaginarme cómo hubiera sido mi vida si me hub
Temprano en la mañana, Noah se dirigió a Hidden Beauty y solicitó ver a Landon en su oficina. Nadie podía subir a su piso sin autorización, así que comunicaron al presidente que Noah Valenzuela necesitaba hablar con él de un tema urgente.Landon tenía la sospecha de que aquel sujeto ya sabía que Arantza eligió regresar a la empresa de cosméticos y probablemente quería realizar algún reclamo. No le sorprendió, pues presintió que eso sucedería. Por lo tanto, lo recibió en su despacho.—Señor Valenzuela —pronunció Landon con educación luego de que Noah haya atravesado la entrada de la oficina. Luego, se levantó del asiento que se hallaba ubicado detrás de su escritorio y se abrochó el botón del saco—. Así que decidiste hacerme una visita.—Mentiría si dijera que me complace estar frente a ti, pero esto me resulta de lo más desagradable —manifestó sin filtros. No tenía ninguna intención de actuar cínicamente delante de Landon.—Creo saber por qué estás aquí —asumió el presidente—. Es por
Arantza hizo un gesto de fastidio y exhaló de manera ruidosa.—Está bien, tendré cuidado —alegó.—Si alguna vez te sientes en peligro, contáctame de inmediato. Debes estar atenta a cualquier señal extraña que notes en él —declaró.—Creo que estás exagerando, Noah…—No, Arantza. Preocuparse nunca está de más.—Pero fue la mismísima señora Parodi quien le entregó su prestigiosa empresa a Landon. ¿Porqué lo haría si se tratara de un hombre peligroso? —cuestionó.—¿Y si Landon amenazó a la señora Parodi de alguna manera? ¿Si la extorsionó hasta conseguir que ella lo dejara estar al mando de Hidden Beauty?—Lo que dices es ridículo. La señora Parodi no es una persona que permitiría que alguien la chantajeara. Es una mujer poderosa y muy influyente —refutó.—No hay que descartar esa posibilidad. Aunque te parezca difícil de creer, es probable que eso haya sucedido.Arantza cerró los párpados y soltó un largo suspiro.—Noah, en cuanto hallen para mi reemplazo, empezaré a trabajar con Landon
Al caer la noche, Landon y Arantza se dirigieron a un restaurante y se acomodaron en una de las mesas. Luego de realizar la orden, se dispusieron a disfrutar del agradable ambiente del sitio. —Gracias por haber aceptado mi invitación —expresó Landon. —Dijiste que es para celebrar mi primer día de trabajo —le sonrió Arantza. —Claro, pero debo admitir que tengo otros motivos ocultos —expuso—. Me gustaría que conversáramos y que me dejaras acercarme a ti de una manera más personal. Arantza levantó ambas cejas debido a la impresión que le causó aquella declaración, para después esbozar una sonrisa. —En ese caso, no te molestará que yo también tenga mis propias razones para haber aceptado esta cena —insinuó. —Mencionaste que querías hacerme algunas preguntas. ¿Es sobre Lenya? —asumió. —No, es sobre ti —alegó—. Ya que dices que quieres acercarte a mí, quisiera tomarme la libertad de preguntarte cosas acerca de tu vida. Landon se quedó callado por un rato, ligeramente aturdido. Le gus
Landon y Arantza continuaron platicando mientras cenaban.—Lo siento, terminé hablando de Lenya de nuevo —expresó la muchacha con nerviosismo.—Supongo que es difícil que no la menciones, ya que ella estuvo presente en una parte muy importante de tu vida e hizo cosas por ti que nunca olvidarás —asumió.—¿Tú nunca has tenido a alguien especial, Landon? —cuestionó de repente.Aquello fue un choque directo al corazón del hombre, pues ese alguien especial estaba justo frente a él e irónicamente le estaba haciendo esa pregunta.—Sí, lo tuve —afirmó—. A mis veinte años, conocí a una mujer espléndida y singular. La primera vez que la vi estaba fuera de una oficina y no traía puesto sus zapatos, lo cual llamó mucho mi atención —expuso por una cuestión de impulso, dejándose llevar por sus emociones y sonriendo con añoranza.—¿No tenía puesto sus zapatos? ¿Era una chica tan traviesa? —aquello le resultó gracioso a Arantza, así que soltó una risita. Jamás se le habría pasado por la mente que se