Habían pasado dos semanas desde la llegada de los trillizos, el Hades, ya parecía un mapache que se había escapado del bosque, sus ojeras estaban muy pronunciadas, hasta parecía que se había maquillado y se le había corrido el lápiz — Hades, si quieres te pasamos el contacto de quién nos surte los lápices negros para maquillar nos los ojos, ese que estás usando se te corre — Nathan, le comentó a su amigo — Si, pásaselo, Nathan, oye por cierto, no sabía que te gustaba la onda árabe como a nosotros, el padre de papá es originario de aquellos lados arábigos — Ustedes dos dejen de estarme jodiendo, ¿que no ven que no he podido dormír desde que llegaron los trillizos a la mansión? cuando alimento a uno y lo duermo, resulta que el otro ya se despertó con hambre, o si no con hambre está llorando por qué tiene el pañal mojado — ¡Carajo, son ojeras! pareces un mapache, si sigues así te vas a morir, tienes que parar, Nathaniel, ¿no tienen niñera los bebés? ¿por qué los estás cuidando
Romina, pasaba la mañana con los trillizos, Dominic era el que más pedía comida, parecía que nunca quedaba satisfecho, sus cachetes se estaban poniendo regordetos, Renata, era la qué más lloraba, ella parecía estar incomoda por todo y Rocío, esa pequeña era la mejor portada Al mediodía cuando los mellizos llegaron, de inmediato fueron a buscar a su madre, la encontraron arrullando a Dominic, pero el niño no quería dormirse — Duérmete pequeño, es bueno para ti porque así vas a crecer y estarás más sano — la madre estaba tratando de convencerlo Pero no había buenos resultados — Mamá, aquí estás, ¿cómo te sientes hoy? ¿todavía te duele mucho la cirugía? — Pues... creo que me estoy acostumbrando a tener la molestia, pero ya puedo caminar un poco más, ¿A ustedes cómo les fue en el colegio? — Bien, solo que Darriel, es un hermano muy controlador, no me deja platicar agusto con el pequeño Lucien, dile que me dejé en paz, mamá, no necesito que me esté cuidando siempre — la niña
El Hades no entendía nada de lo que estaba pasando, la madre de sus hijos desangrándose en el cuarto de baño, ¿por qué? no tenía sentido, el mafioso manejaba a alta velocidad, necesitaba llegar cuánto antes al lado de Romina, ver qué estaba viva con sus propios ojos — ¡Apresúrate, Ray, ya llegamos, entra con ella o se nos va a morir aquí y después nosotros por qué el Hades nos va a matar! — ¡Ya voy, carajo, creo que no le queda mucha sangre en el cuerpo, ella está empapada y yo también, esto no se ve nada bien! sinceramente dudo mucho que... Romina salga de esta... — el mafioso griego se apresuró a llevar a Romy, a la sala de urgencias Lenin también bajó del coche para entrar junto con Ray, la situación era muy preocupante — ¡Un doctor! — ¡Aquí, por dios! ¿que le sucedió a la joven, está transparente, no creo que se pueda salvar, su estado es muy complicado — ¡Rápido, un ginecólogo, la señora Diamantis, se está desangrando, tienen que salvarla, es la esposa del Hades,
Después de colgar la llamada con su padre, el mellizo fue a la habitación de los trillizos y se plantó en uno de los sofás a vigilarlos mientras las niñeras los cuidaban, realmente la seguridad que su papá, le transmitía era muy importante para el niño, después de haber visto en ese estado a su madre cualquiera seguiría en shock, sin embargo Darriel, tenía una misión y la iba a cumplir, cuidar de sus hermanos En el hospital, el mafioso, después de escuchar que había sido una negligencia médica lo que le había sucedido a su esposa, envió a Ray y Lenin a investigar, los dos hombres aunque se odiaban no podían dejar de seguir órdenes de su jefe — Quiero que investiguen al equipo medico que atendió a mi mujer, si resulta ser que lo que hicieron fue a propósito los van a matar a todos Pero me van a dejar a mi la cabeza del que lo planeó, si el autor intelectual es otro voy a llegar hasta él... ¡Ray, Lenin, quiero un trabajo impecable! — Ordenó el Hades La advertencia de su jefe fué
El Hades, entró a la habitación de los trillizos, Darriel y Daniela se encontraban ahí supervisando a las niñeras y cuidando de que sus hermanitos estuviesen bien, apenas vieron entrar a su padre, el mellizo corrió hasta él — ¡Papá! — Ven aquí, campeón — el mafioso cargó a su pequeño bodoque — Yo la ví, ella estaba llena de sangre en sus ropas, su rostro estaba sin color y no respondía cuando la llamaba — el niño lloraba, a final de cuentas aunque Darriel, era un niño muy especial e inteligente, no dejaba de ser un niño — Lo sé, lo sé, nunca debiste haber visto eso, pero gracias a que la encontraste, mamá todavía tiene una oportunidad para vivir, ella fue atendida por los doctores y ahora mismo está en una sala especial vigilada esperando que se recupere pronto, no sabes cuánto te agradezco no solo por qué es tu madre, si no por qué ella es mi gran amor y no quiero perderla, sin ella la vida para mí no tendría sentido El niño se desahogaba en los brazos de su imponente
Angela y los niños se escondieron en una de las habitaciones, Nathaniel, tenía el ataque de los Yakuza encima, pero aún así no perdió el temple Afuera varias camionetas con hombres tratando de entrar daban pelea, pero los guardaespaldas de Nathaniel, ya estaban con armas de altos calibres Cada disparo hacia volar a los coches, los mafiosos asiáticos quedaban desmembrados y esparcidos en el suelo, se habían metido con la mafia equivocada En la mansión de Nathan y Eleanor, la ex agente cargaba a su nena que lloraba como si presintiera el peligro, el padre pronto se apresuró a tomarla en brazos por un momento — Papá, está aquí, cariño, no te va a pasar nada malo, jamás lo permitiría — Nathan, llevaré a los niños a su cuarto y bajaré a ayudarte — Eleanor tenía mucha experiencia en combate, y a pesar de haber estado retirada por algunos años, lo que bien se aprende no podía olvidarse fácilmente — Por supuesto que no, Eleanor, acabas de dar a luz, tu cuerpo aún no se recu
La mirada verde mar del mafioso estaba puesta en su esposa, quería verla despertar, mirarlo, hablarle, ella era su fuerza y ahora que más la necesitaba ella estaba perdida en ese sueño del que no sabía si iba a despertar — Papá, mamá, va a volver, ella volverá a nosotros, no estés triste, allá afuera hay una guerra que debes ganar, no puedes dejar que esos lleguen a mis hermanos y a madre, eso sería el fin de la familia Diamantis — El niño como siempre se encontraba al lado de su padre, dándole su apoyo — Eso no va a pasar, voy a lograr vencerlos y saldremos de esta, deberías ir a la habitación con Daniela y los trillizos, ya es tarde y es hora de que duerman — En esa habitación no se puede dormir, los bebés lloran cada cinco minutos por qué tienen hambre, o están mojados, me quedaré aquí... en ese sofá — Darriel, señaló el sillón que estaba en la misma cuarto — Está bien, pero si te quedas quizás yo tampoco te deje dormir, estoy trabajando justo ahora — Adelante, de to
El presidente de Grecia, sabía que si algo le pasaba a los gemelos del Boss, en su país, era capaz de cumplir su amenaza de destrozar Grecia, piedra por piedra, Nathanael Castrioli, no era un hombre con el que se podía jugar, y si estaba pidiendo su intervención, eso mismo tendría — Ya me parecía sospechoso que tantos japoneses tatuados vinieran al mismo tiempo de turistas al país, creí que se trataba de una convención de tatuadores, pero me equivoqué, son los sanguinarios Yakuza, ahh... voy a colgar, enviaré al ejército, Boss, que don tienen tus gemelos de crear caos en dónde se paran Los Yakuza, habían venido a Grecia, más que preparados para los enfrentamientos, sabían que los gemelos Castrioli, eran un hueso duro de roer, pero eso no los intimidaba, ellos tenían la valentía que se necesitaba para hacerles frente Dos pares de ojos grises, miraban todo desde la ventana, ellos veían a sus padres organizar a los hombres y las armas que utilizan por turno, ambos traían una par