Romina, había sido blanco de la maldad de los mafiosos asiáticos más despiadados, su cuerpo estaba muy débil aún, pero el llanto de su bebé la trajo al presente — ¡Nathaniel...! ¿por qué llora el bebé? El mafioso se quedó mirándola a la corta distancia, su amada esposa había abierto los ojos, él pensó que la perdería cuando se desangró casi por completo, había anhelado que lo volviera a mirar, el fuerte hombre, dejó escapar un par de gruesas lágrimas, él se acercó con él bebé — Cariño, regresaste, estás aquí, mirándome, te eché de menos — No llores, no pienso irme y dejar a mis hijos sin su madre, confieso que me aterré cuando pensé que no sobreviviría, era tanta la sangre que salía de mi cuerpo, quise llamarte Pero las fuerzas se me fueron demasiado rápido — Me has dado el susto más grande de mi vida, quedarme viudo con cinco hijos es muy complicado, conseguir otra esposa que me acepte con ellos sería casi imposible — Mafioso sin sentimientos, ¿cómo puedes pensar en
el mafioso había tenido que darle una muy mala noticia a su esposa, pero prefería ser él mismo quien le dijera lo que había pasado con respecto a su afección, a que un desconocido lo hiciera aunque fuera un profesional de la salud, la veía llorar amargamente, era seguro que no se esperaba lo que le estaba explicando que le pasó, pero era necesario que lo supiera, ya que se trataba de su cuerpo — Nathaniel, ¿no había otra opción? ¿por qué permitiste que me dejaran sin nada? me han dejado vacía, no sé que signifique exactamente que te extirpen todo el órgano reproductor, pero no debe ser natural, debiste preguntar más al respecto — la mujer sollozaba en esa cama de hospital, no tenia idea de como su cuerpo reaccionaría de ahora en adelante, en verdad que le era bastante dificil — Cariño, no, no llores así, no va cambiar nada en ti, me estuve informando y salvo de algunos cambios hormonales que te regularán con medicamento, además ¿para que quieres el utero? - al Hades, por supuesto q
Nathan y Nathaniel, querían saber si los militares iban también por ellos, o si solo iban por los japoneses, era muy importante esa información porque no se podían dejar atrapar por ninguna policía del país que fuera, ellos, los Castrioli, morirían antes de ir a prisión, estaban ya viendo por que lugar salir a toda velocidad para no ser arrestados, no les gustaba para nada dejar a sus esposas e hijos, pero ellos no eran los del problema aquí, si no ellos, se sabía que eran buscados por la DEA, la Interpol, y otras instituciones policiacas internacionales — Entonces dinos, papá, el ejercito del país griego llegó y se llevo a los yakuza, es como si hubiesen venido a ayudarnos, pero nosotros no los llamamos, ni conocemos a alguien de alto mando o el presidente, como para que nos salvaran el trasero, ¿tú sabes algo? si no sabes nada habla ahora para comenzar a correr, a mi no me van a dejar encerrado en el país de los dioses del Olimpo — Nathan, preguntaba muy serio a su padre — Me
A la mafia japonesa le iba a costar recuperarse de todas las bajas que habían tenido, a la mala aprendieron que no era tan fácil como pensaban, deshacerse de esos astutos y peligrosos mafiosos Los mafiosos hablaban de lo sucedido con su jefe — Hades, una mafia atacó a los japoneses, los están matando y los que quedaron vivos están huyendo por su vida, no sabemos quienes son, pero nos han salvado el culo, te vamos a cortar la llamada e iremos a ver de quien se trata, no vamos a descuidar nada, quédate tranquilo — El mafioso ruso, ya había explicado lo que estaba pasando, definitivamente fue un gran alivio para todos ahí que ya todo terminara, tenían armas y mucho valor, pero definitivamente el no tener a la muerte casi encima de ti y sobre todo de los bebés del Hades, era por mucho muy relajante, ademas, Lenin, también quería conocer a su hijo, no podía morir en ese ataque El ruso y el griego, caminaban con arma cargada en mano por dónde hacía apenas unos momentos se encontrab
Los padres volvieron a las habitaciones, los gemelos Castrioli, en su mansión y el Hades a la habitación del hospital, Romina, estaba muy inquieta, no podía dormirse — ¿Qué pasa, cariño? ¿te sientes mal ¿si algo te duele demasiado podemos llamarle al médico él vendrá de inmediato — Nathaniel, me siento un poco extraña, quiero lidiar con esto por mi misma, pero me cuesta mucho, te necesito, necesito tu cariño, tenerte cerca — Aquí estoy para ti, siempre voy a estar para ti, sea lo que sea lo vamos a superar juntos, no estás sola en esto, además a mí no me importa mucho que no tengas eso para concebir hijos dentro de tí, a mí lo que me importa eres tú, tu amor, que seas feliz, no lo que te quitaron, además era para salvar tu vida, ni siquiera lo dude y dije que si, lo que sea por tal de que tuvieras la oportunidad de vivir — Ven aquí, ¿cómo haces para ser tan fuerte? ¿para cuidarnos a los niños y a mí, como nos cuidas? sabes, ya quiero irme a casa, quiero cargar a los bebés,
En la mansión de Nathaniel Castrioli, el gemelo guardó su celular para ir a su habitación, había dejado la orden de cuidar el lugar rigurosamente, nadie podía descuidarse de sus puestos, ya habían probado lo que era ser atacados por sorpresa y no les fué nada grato El hombre entró a la recámara, su mujer cargaba a la pequeña mientras que Nathanael apenas lo vió terminó con una video llamada con su primo y sus dos amigos, Darriel y Lucien Black — Nathaniel, ¿qué pasa? de pronto todo se calmó, ¿lograste detenerlos? — Angela tenía sus azules ojos húmedos, ella se sorbía la nariz — ¿Estás llorando? oh, cariño, ven aquí, siento mucho que hayas pasado por este momento tan desagradable, prometo que esos malditos van a pagar por cada lágrima que derramaste hoy — el mafioso abrazaba a su esposa a su pecho — Tuve tanto miedo de que le hicieran daño a mis hijos, yo... no lo soportaría, Nathaniel, a ellos no... no pueden tocarlos — No van a tocarlos, mírame, te lo prometo, los cuida
Dylan, por esta vez si había seguido las indicaciones del mafioso ruso, más los dolores por las contracciones le venían cada vez más seguido, ella se quejaba y gritaba de dolor, la pelirroja no era cobarde, en su paso por la mafia había dado y recibido muchos golpes, incluso la habían baleado en más de una oportunidad, y ella siempre se mantenía estoica, pero los dolores de parto estaba segura que ni el mafioso mas peligroso los podría soportar — !Dylan, ya estoy aqui... hay carajo¡ has roto fuentes, no te asustes, ésto es normal, ya estás en labor de parto, baby, tenemos que irnos de inmediato al hospital! — ¿Por qué no me dijiste que me iba a salir tanta agua cuando el bebé ya fuera a nacer? !me duele mucho, Lenin, nunca pensé que los dolores de parto serían tan atroces, creo que voy a morir¡ ¡Te juro que no entiendo como Romina, ha podido tener cinco hijos, !yo no me vuelvo a embarazar nunca mas¡ !Ahhh... carajo, carajo¡ la mafiosa se retorcía del dolor, sus casi alaridos y
La llamada con el mafioso ruso fué algo larga, Lenin, le contó como poco antes de que Dylan, entrara en labor de parto estaban siendo atacados por los Yakuza, y lo seria que se había puesto la situación, le contó de los gritos desaforados que la mafiosa había dado mientras daba a luz, lo preocupado que había estado durante todo el embarazo por la salud de su bebé, si ya prácticamente era un milagro que ella haya quedado embarazada teniendo una sola de sus trompas.... por su culpa, cosa que no se perdonaba Al mafioso lo buscó una enfermera para llevarlo a la habitación privada en donde sería puesta la madre con el hijo, no se demoraron mucho en entregarle a su bebé, el pequeño pelirrojo ya estaba vestido con un enterito amarillo, el trajecito le combinaba a la perfección con sus casi amarillos ojos que llevaba muy abiertos, no faltaba mucho para que pidiera leche, así que estaba bastante despierto — Aquí le traigo a su pequeño, Señor Ribak, el bebé salió muy bien de todas sus pru