No son dos, son trillizos

Ray, se había retirado muy molesto, él había pensado todo este tiempo que tenía oportunidad con la hermosa pelirroja, y ahora resultaba que el ruso se la había comido en la cara de todos, el zorro astuto se la había robado, estaba muy dolido y furioso

Dylan fue despertando y se encontró con la azul mirada del padre de su hijo

— ¿Qué haces aquí...? estábamos en la sala y de pronto todo se me puso negro, ¿acaso soñé que tú..?

— No, no soñaste nada, estás embarazada de mi hijo, te he dicho la verdadera razón por la que estoy aquí, siendo el mano derecha de mi mejor amigo, jamás habría dejado Rusia, si no fuera por un fuerte motivo y ese eres tú, Dylan, armé ese plan de poder quedarme en la mafia griega para ya no ser enemigos, no quería que nos volviéramos a enfrentar nunca más

— Tú.... me disparaste, quisiste matarme, ¿cómo puedo obviar algo como eso?

— Me distraje, fue un error, un accidente terrible, yo jamás quise hacerte daño, y vine a demostrarte que mis palabras son ciertas, te
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