Las maletas ya estaban en el auto, el CEO tenía cada detalle calculado, se llevaría a su esposa con él a una de sus propiedades para vacacionar, había cosas que quería hablar con ella, estaba seguro que aquí en la mansión, solo pondría mil pretextos para no hablar — Nos vamos en cinco minutos, despídete de los niños... niños denle un beso a mamá — pidió el padre— Mamá, pórtate bien, no te escapes de papá o el no va a poder cuidarte, no te metas en las camas ajenas por la noche, eh — Darriel le hacía recomendaciones a su madre— Diviértete, mamá, está tarde tenemos una visita, mi hermano dice que vendrán sus amigos y que me los va a presentar, además ya tenemos planeado jugar videojuegos en línea La madre dió un beso en la frente a sus hijos y salió junto a su esposo de la villa, ella todavía no entendía por qué tenía que ir con él, como había pasado mala noche, se quedó dormida casi de inmediato— Lo que me faltaba, que está mujercita en lugar de conversar se duerma, ¿es que soy ta
Romina no iba a tragarse esa ofensa solo porque el hombre con el que se había casado era millonario, por ella se podía ir al carajoEl CEO se dió cuenta casi de inmediato que se había equivocado en llevar a Catriana a su propiedad, había llevado ahí a su esposa para pasar un par de días de luna de miel, había metido la pata hasta el fondo— Nathaniel, ¿por qué no me dijiste que... te habías casado? estás aquí de luna de miel y me has traído, eso es porque... sigo importandote, me sigues queriendoNathaniel quiso a Catriana, eso es verdad, pero ahora mismo ya no sentía nada por ella, solo la intentaba ayudar — No, solo te tengo un cariño, cometí un grave error, espera aquí, mis hombres te llevarán a un lugar seguro— Pero Nathaniel... yo quiero quedarme aqui contigo a tu lado— Estoy casado, Catriana, disculpa mi error, ahora debo ir por mi esposa — dicho eso el hombre salió apresurado, Romina no salió en coche, así que seguramente estaba caminando por ahí El hombre apresuró el paso,
Nathaniel Diamantis no era un hombre con el que se pudiera jugar, la palabra paciencia no estaba dentro de su vocabulario, su esposa esto no lo sabía pero se iba a enterarEl CEO pudo haber ido por el juego de llaves que se encontraba en el despacho de la villa y abrir la puerta del baño, pero en cambio la abrió a patadasRomina se puso de pie sin darse cuenta por el gran susto, vió entrar a su marido furiosoEl hombre que venía dispuesto a ahorcar a la mujer por hacerlo enfadar o mínimo darle un par de nalgadas, Nathaniel se quedó sin moverse admirando el divino cuerpo desnudo de RominaEra tan perfecto, hasta la cicatriz de la cesárea por dónde nacieron sus hijos que con el paso de los años se había hecho más pequeña, le combinaba bien, su mirada se fijó el par de regordetos senos que lo invitaban a probarlos— !Nathaniel Diamantis, sal de aquí en este instante, ya no se puede tomar un baño agusto porque no se tiene privacidad, y deja de estarme viendo desnuda!— !La privacidad en m
La bella Romina se quedó mirando a los ojos de su malhumorado esposo, sus ojos azules parpadeaban mientras ella pensaba que tenía razón— Yo le daré todo lo que una madre da a un hijo, agradezco a la vida que me lo haya devuelto, por esta oportunidad para tenerlo conmigo, pero... ni me gusta que lo discriminen por ser él mismo, no quiero que lo lastimen, eso me dolería mucho— Para eso estoy yo, yo puedo con eso, puedo confortarlo a él... y a tiRomina asintió, ella siguió comiendo más calmada, se sorbió la nariz ya que hablar de Darriel la ponía sensibleDespués de comer, el CEO tenía preparado un paseo por el pueblo, no era exactamente lo que quería hacer pero todavía tenía un día y medio de luna de mielRomina se estaba vistiendo, ella se colocó un vestido, unas botas divinas a la rodilla pero estaba batallando para subir el cierre, justo en ese momento el desesperado hombre subió a ver porque se demoraba tanto— Nathaniel, que bueno que estás aquí, ¿puedes ayudarme a subir el cier
La bella mujer subió y se instaló en la habitación que el CEO le indicó, había triunfado, su plan funcionó a la perfección, ese atractivo hombre todavía sentía cosas por ella, incluso la había dejado quedarse en su luna de miel, eso le decía que tenía muchas probabilidades de tenerlo de vueltaNathaniel observó las escaleras antes de subir una a una despacio y con elegancia, ahora tenía que subir y hablar con su esposa, pero no estaba seguro de que sería escuchadoRomina estaba mirando por la ventana, ella había estado pensando que la falta de respeto de su ahora esposo era demasiada, no era que creyera que él le sería fiel mientras durara el contrato, pero no esperaba que fuera tan descarado— Romina, ¿podemos hablar?— ¿De qué? ¿de lo que sientes por ti ex novia? ¿de que es muy importante para ti? no es necesario, yo solamente soy tu esposa por un contrato, lo mejor es que me envíes a la villa dónde se encuentran mis hijos, puedes quedarte a pasar nuestra luna de miel con ella, yo s
La noche avanzaba entre una burbujeante copa de champaña y una agradable conversación, Romina ya no estaba tensa, ella se había relajado de a poco, ya no temblaba como cuando pidió a su esposo quedarse en la habitaciónEl experimentado Nathaniel, la fue llevando al punto donde quería, él podía ser cruel, despiadado, un ser frío, pero esa mujer que tenía frente a él era especial, no solamente por qué era la madre de sus hijos, si no por qué como hombre lo encendía a su límite, la única razón por la cuál no la había obligado a entrar su cama era porque quería que ella misma cediera a sus caricias El CEO no iba a tomar a su esposa mientras ella estuviera así de asustada, tampoco era una bestia, pero con nadie, con ninguna mujer había Sido así de gentil dándole tiempo a que se acostumbrara a élNathaniel puso una canción lenta en su celular, una que invitaba a ser bailada— ¿Me concedes esta pieza... esposa? — invitó a Romina a bailar con él — la bella mujer se puso de pie y se acercó le
El CEO había quedado totalmente satisfecho, Romina era una brazos ardiente y él era el combustible que esa mujer necesitaba, lo volvió loco de placerRomina no tenía idea de lo que había hecho entregándosele a ese hombre, pues se había convertido en su adicción, por ahora había calmado su hambre pero tenerla era algo que su cuerpo siempre le iba a pedir, era como estar enganchado a la más adictiva droga con solo haberla probado un par de vecesEsa noche los esposas descansaron en los brazos del otro, ella no estaba acostumbrada a hacer el amor y mucho menos con esa intensidad, no despertó ni siquiera cuando el hombre se levantó temprano para desayunarEn el comedor, el empresario bebía una taza de café y revisaba unos números cuando Catriana bajó con los ojos llorosos— ¿Por qué, Nathaniel? ¿por qué le hiciste el amor a esa mujer sabiendo que yo te estaba escuchando? ¿por qué fuiste tan cruel si sabes lo que yo siento por tí? — ella permanecía de pie cerca de él— Yo no te traje de vu
Romina se había quitado la camisa del hombre, esta ya estaba en el piso dejando ver la divina figura de la mujer, sus ojos azules tenían un brillo diferente, era quizás lujuria o... deseoNathaniel que todavía tenía la raza de café en la mano, la dejó lentamente sobre la mesa, solo le faltó salivar como un lobo hambriento al ver a su presa y saber que pronto se la estaría comiendo— Si te atreves a seducirme tendrás que ser capaz de aplacar mis demonios... — el hombre besó con pasión los hinchados labios de su mujer y la tomó en sus brazos para subir con ella hasta la recamara, apenas la puso en la cama comenzó a desvestirse, el costoso traje cayó en la alfombra para después subirse arriba del cuerpo que ya lo esperabaApenas dejaba de besar los labios de Romina, los gemidos de su boca inundaban la habitación, él hombre la llenaba de caricias y lamía sus pezones como si de verdad necesitara alimentarse de ellos, hasta que la penetró mientras se movía para enterrarse más profundoRomin