ADAM.—¿Cómo te sientes hoy? —Sofie sonrió mientras una mujer que contraté, estaba atendiendo a Sofie los siguientes días. Allí puso una bandeja con frutas, y algunos dulces que le compré a mi hermana.—Me siento mejor… aún me da dolor de cabeza, pero creo que ya estoy recuperada… —Asentí con una sonrisa, y la miré largamente.De hecho, ella se veía mejor.Sofie había pedido quedarse en mi suite, mientras ella encontraba dónde vivir. Que, por supuesto, la estaba ayudando en eso.Mamá y papá me habían llamado en los siguientes días, pero les pedí que les dieran un espacio a Sofie para que ella pudiera tomar la situación con calma. Ella no lo sabía, pero hoy me reuniría por la mañana con ellos, y por la tarde, con Alexander Mars.El hombre me había contactado el día de ayer, y decía que necesitaba hablar conmigo con urgencia. Y yo, realmente también necesitaba hacerlo porque, en definitiva, Alexander era una pieza clave para Sara.Durante estos tres días había dejado en paz a Sara, pero
ADAM.Contacté con el abogado para una cita por la mañana, y dejé listo mi reunión, para esperar a las cuatro de la tarde a Alexander Mars, que ya se había contactado con mi secretaría, que venía en camino.Y cuando el hombre entró a mi oficina, me levanté y le di la mano.—Adam…—Hola… siéntate…Alexander se veía algo tenso, pero se sentó.—Me he enterado al medio día, que tu padre se reunirá con el mío…Asentí.—Eso me dijo… —él afirmó de forma lenta.—Creo que ya es hora, y creo que la de nosotros también.Pude entender su mensaje claramente, y me acerqué al escritorio con la silla.—No puedo hacer nada con respecto a las decisiones de mi hermana, pero si puedo apoyarla en lo que elija… —ofrecí de inmediato.—Por aquí igual… aunque la tienes más difícil. Sara sigue con la idea firme de casarse —tomé un poco de aire.—¿Puedes contactarme con él? Me refiero al tipo —el rostro de Alexander cambió evidentemente.—¿Qué vas a hacer? —levanté mi mano de inmediato.—Hablar…—Puedo consegui
SARA.—Mami… —tomé a Liam en mis brazos cuando bajé del auto, mientras algunos hombres que no conocía, me conducían dentro del edificio.Liam señaló el espejo, mientras las puertas se cerraron.—¿Quién es ese? ¿Quién? —le pregunté jugando y Liam me sonrió todo el tiempo y luego me abrazó cuando le di un beso en la mejilla.—Tío, Alex…—Si… vamos a ver al tío… —durante todo el trayecto venía diciéndole que íbamos a ver a Alex, así que él estaba emocionado.Las puertas se abrieron en un momento, y sonreí cuando vi que Alex había escogido una terraza cerrada, y con algunos juegos para Liam.Sin embargo, cuando puse a mi hijo en el piso tomándole la manita para buscar a Alex, no lo vi por ninguna parte.—Señorita Mars… pasé adelante —Una mujer muy bien vestida, me llevó al lugar de sofás amplios con una mesa exquisita.Había algunos pasabocas y achiqué los ojos detallando el lugar.¿Qué quería Alex que hiciera por él?Liam se me escapó de las manos y se fue al parque de juegos, mientras r
SARA.Tuve que tomar el aire y respirar profundo para poder solventar esta situación en la que no solo estaba yo, sino Liam.—¿Te gusta la playa? —Escuché a Adam decirle y lo miré.Él levantó la mirada y me sonrió.—Adam…—Dime, preciosa…Tuve que apretar la boca para calmarme porque estaba un poco aterrada por lo que había acabado de decir, y no quería asustar a Liam.—¿Dónde vamos? —Adam sonrió más ampliamente.—Te daré el recorrido… iremos al aeropuerto, allí subiremos aún avión privado que nos llevará a Hawái… y permaneceremos los días que sean necesarios… te encantará el lugar.—Adam… de verdad, no te pases.Adam se arrimó lo suficiente, y eliminó su sonrisa.—No me paso, necesitamos arreglar esta situación, sin nadie en medio.—Me voy a casar, Adam… —manteníamos la voz baja, pero yo trataba de apretarla para darle mi inconformidad.—Eso quedó en el pasado… ya quítate esa idea de la cabeza.—¡Déjame salir…! —la voz se me elevó y Liam se giró con el rostro serio.—¿Mami? —tomé a L
SARA.Eran las seis de la mañana cuando aterrizamos. Nunca había venido a Hawái, pero sabía que tenía su propio aeropuerto internacional en el lado oeste.Liam estaba completamente dormido cuando nos bajamos. Un auto largo estaba esperándonos, y recibí a mi pequeño cuando nos subieron al auto.Noté como Adam hablaba con un grupo de gente. Como si les diera instrucciones, y luego vi cómo sacó su billetera y le pagó a un hombre colocando la mano en su hombro.Me recosté en el asiento y cerré los ojos.Aún no podía asimilar toda la información de golpe, y más que rabia, sentía mucha decepción por la gente que nos rodeaba.Todo había sido un ciclo que no se cortaba, personas lastimadas a lo largo del tiempo y asesinadas por dos hombres que, desde mi percepción, eran malos.Miré a Liam y de cierta forma me sentí tan culpable. Porque, aunque Adam no tenía excusa, yo le había privado a mi hijo esta oportunidad de tener a su papá desde que nació, pese a todos los problemas que hubiese a mi al
SARA.No me despegué del beso, incluso me quedé quieta cuando sentí la lengua de Adam meterse en mi boca y su respiración agitada me cegó completamente. Por un momento… solo por un momento me dejé llevar, y supe que había sido un error, cuando todo se profundizó en un instante.Mi cuerpo reaccionó coa nunca, había una eternidad entre nosotros, desde la última que vez que no sentimos de esta forma, que cuestionaba mi cordura. Por un momento quería olvidarme de todo, así al siguiente instante me despertara ante la cruda realidad, porque la verdad era que, desde el día en que estuve con Adam, nunca pude volver a estar con ninguna otra persona.Me despegué un poco para mirarlo, y su mirada me dijo todo lo que ya sabía.Había deseo en sus ojos, y solo pude ruborizarme sabiendo que él podía leer los míos de la misma manera. Aparté la mirada e hizo caso omiso a sus ojos y comencé a jugar con Liam que me dio la bienvenida a su juego de inmediato.Corrimos por la playa, nos metimos un rato al
SARA.Había un conflicto demasiado grande en mí, como para dejarme disfrutar el momento en su totalidad. Había muchas voces en mi cabeza, mientras mi cuerpo ofrecía una resistencia inédita.Tenía mucha rabia en mi corazón por todos estos años, pero explicarle eso a mi cuerpo, era una hazaña vana. Aquí estaba sintiendo que explotaba de las mil formas, cuando me había prometido nunca ceder ante el hombre que me hizo derramar las lágrimas más amargas.Mi cuerpo se contrajo rudamente, e incluso me dolió el vientre. Un dolor que me hizo sentir vergüenza, y, sobre todo, culpa.Apreté mis muslos cuando vi que Adam intentaba despegarse, y puse mis manos en sus hombros para torturarlo un poco. Él ya se había quitado de mi centro, y viendo sus manos desesperadas por salir a tomar el aire, entonces lo reprimí más, hasta que él se zafó de mis piernas con desesperación.—¡Te has vuelto loca! —su voz sonó ahogada mientras intentaba controlar su respiración, y rápidamente tomé mi bañador de sus mano
SOFIE.Había pasado una semana desde el accidente, y en este día me sentía harta de estar en la cama. Aún me dolía un poco el cuello y algunas posturas, pero definitivamente darme un largo baño, colocarme ropa de salir y maquillarme, me habían levantado muchísimo el ánimo, aunque no fuese a ninguna parte.Adam se había ido hace tres días a Hawái y literalmente tenía su suite para mí sola, si bien su compañía para mí era única, sabía que él necesitaba arreglar su vida. Y ya era justo.Salí de la habitación para notar a la señora que Adam había contratado, servirme el desayuno que devoré en minutos, y para cuando estaba por leer un libro e ir a la terraza por un poco de sol, escuché cómo el timbre resonó en toda la plata.Hice caso omiso cuando alguien fue a la puerta, pero me tensé cuando escuché la voz de papá dar los buenos días.Me levanté de inmediato y lo vi pasar. Mamá no estaba con él esta vez, y había algo diferente en su mirada. Dejé el libro encima de la mesa mientras él cami