—No le vas a responder — Habló Jhos más que una pregunta era una afirmación. Soltó una risita. —No me apetece. Josh se inclinó un poco hacia ella.—Sabes que va a llamarme. Adalet hizo una mueca de fastidio, puso los ojos en blanco. Se incorporó, tomó su abrigo, su teléfono de mala gana y se fue sin siquiera despedirse de Josh, parecía muy molesta. Josh sonrió.—La conozco perfectamente, pero él también, hay que admitirlo. Sabe dónde encontrarla. Me sorprendía la naturalidad con la que decía las cosas, estaba enamorado de ella, era como si no le afectara en lo más mínimo, eso era madurez o tener demasiado claro su lugar. —¿Cómo lo haces? —inquirí, pasé saliva porque un nudo empezó a formarse en mi garganta.—¿Qué? —Para actuar con tanta normalidad, aún cuando la quieres.Tal vez yo tenía que actuar de esa manera, asimilando mi lugar en esa historia. —Será porque tengo demasiado claro que aunque me busque, el motivo siempre sera el mismo; él. Aunque la saque de quicio él es
—¿Una locura verdad? —inquirí.—¿Ahora lo entiendes? —respondió con otra pregunta.Arqueé una ceja en un gesto de incomprensión.—¿Qué?—Lo conociste primero, sin embargo él terminó enamorado de tu hermana y se casó con ella. Tu corazón lo eligió a él, luego llegó Luca, aún con todo lo que han vivido y lo especial que es él, tu corazón siguió eligiendo al otro. Para qué te mortificas pensando en lo que Luca siente por ti si el corazón siempre es el que termina eligiendo. No es el que más te convenga, es el que tu corazón escogió y ahí no podemos hacer nada. Sus palabras estaban cargadas de puras verdades, lastimosamente no podemos mandar al corazón, de ser así nadie sufriría, pues siempre eligiríamos lo más conveniente, el mejor partido, el que nos ama y podría hacernos felices. Elevé mi copa.—Me gusta tu manera de ver la vida. —Para qué complicarnos si de todas maneras vamos a sufrir, el sufrimiento es algo inevitable que sucede en nuestras vidas, es como una extensión del cuerp
—Yo no hablo de eso —me miró. —¿No? Entonces de qué, sabes que el alcohol borra mis recuerdos —intenté esbozar una sonrisa.—Chispita, sabes que eres una pésima mentirosa —se quedó mirándome tan serio que sentí que me atravesó hasta el alma—. ¿Olvidaste que te conozco perfectamente? ¿Quieres que te refresque la memoria?Era estúpido tratar de fingir que no recordaba. Resoplé con desgana y volví la mirada al arroyo. »Lo siento, no quería arruinar las cosas. Siempre he mantenido mi auto control, he tenido todo claro, pero el alcohol y la situación me hicieron perder mi base… Tomé su muñeca y la apreté con fuerza en una clara señal de; no digas más. Mi labio inferior empezó a temblar traicioneramente. —No tienes porque disculparte…Me calló poniendo su dedo índice en mis labios.—Shhh, no digas nada. Las cosas no tienen porque cambiar entre nosotros, sólo finjamos que nada pasó…Volví la mirada al frente y me aferré con fuerza del barandal dejando escapar un suspiro. —No es tan fá
—Entonces decepcioname más.Mi labio inferior empezó a temblar, las lágrimas se volvieron amargas.—No… —Susurré.Se acercó a mí, apretó su cuerpo contra el mío, situó las manos a ambos lados; sobre las mías dejándome en medio. —Mi chispita, no llores, no pasa nada. Siempre hemos tenido muy claras las cosas. No quiero que nada cambie entre nosotros porque entonces sí me va a doler. Tomó un mechón de mi cabello llevándolo tras mi oreja, me abrazó con fuerza, su corazón latía tan rápido y por extraño que fuera, hacía calmar al mío. »Jamás voy a cruzar esa línea invisible que existe entre los dos, puedes estar segura de ello. Levanté mis manos y cubrí las suyas, cerré los ojos, tenía miedo de perderlo, pero más temía lastimarlo. Nos quedamos en silencio, era como si ninguno de los dos se atreviera o quizá no queríamos romperlo. Yo también quería creer que todo podía ser como antes, pero de verdad, ¿puedes seguir como si nada sabiendo lo que la otra persona siente por ti? Yo quería
—Es que ella es demasiado ingrata —la voz de Vanessa me hizo aterrizar a la realidad —, desde que me casé no me ha visitado, no conoces mi casa, además casi no nos vemos.Se aferró a mi cuello con un gesto de puchero. Empecé a sentir todas esas sensaciones que sentía antes, era como si hubieran estado encerradas y de repente alguien las hubiera liberado. Sonreí tratando de no sonar falsa.—Hay que darles espacio a los recién casados, además soy una mujer independiente con gustos exigentes —solté una risita—, entre el trabajo y la universidad no me queda espacio.—Es verdad, nos has olvidado —dijo Alan con una pequeña sonrisa.Claro que no; gritó el diablo de mi hombro izquierdo mientras mi ángel del lado derecho objetó; cállate. Por qué tenía que verse así; perfectamente bien, sus ojos, su boca, su sonrisa, su pelo, sus brazos, su maldito cuerpo… Alejé esos feos pensamientos. —Tienes que ir a mi casa a conocerla —Vanessa hizo un puchero.Luego sonrió, una gran sonrisa dejando ver
Me recargué en la puerta y lo miré fijamente. Con delicadeza, tomé el borde de mi suéter y lo fui subiendo lentamente, él seguía cada movimiento con curiosidad. Luego, con la misma calma, tomé el borde de mi pantalón y lo bajé despacio revelando el tatuaje. Sus pupilas se dilataron y una sonrisa hermosa, cuyo significado no comprendí en ese momento, se dibujó en sus labios. Las palabras no fueron necesarias, él entendió perfectamente el significado de ese tatuaje. Volvió a sonreír, se acercó sin dejar de mirarme y con la yema de sus dedos acarició el borde del tatuaje, me quedé congelada, soltó una risita y retrocedió un paso. Tomó el borde del suéter y empezó a subirlo, en ese momento mi cara era un poema de confusión y fue ahí cuando enfoqué la mirada hacia su pecho. Pasé saliva neutralizando el asqueroso nudo que empezó a subir por mi pecho. ¿Recuerdan el otro tatuaje que me había recomendado el tatuador? Pues bien, Luca tenía tatuado en el pecho un corazón con fuego. Nuestras mi
La noche anterior no pude dormir, intentaba mantenerme cuerda, pero la cabeza y el corazón no colaboraban mucho. Me organicé lo más despacio que pude, como si de esa manera el tiempo se fuera a detener. Luca se veía guapísimo como siempre, él me recogió y mamá antes de salir de la casa le advirtió mucho; espero que no se desvíen del camino, no dejes que Ale le haga semejante desplante a Vane. ¿Cómo ocultar la ansiedad y los nervios a una persona que te lee tan bien? Yo intentaba de todas las maneras posibles hacerlo. Como lo había dicho mamá el lugar era hermoso, al entrar lo primero que noté fueron los suelos de madera pulida, una decoración moderna y elegante. La sala de estar era luminosa, con grandes ventanales que ofrecían una buena vista y una excelente iluminación. El salón era espacioso, con muebles cómodos y una pequeña área de comedor perfecta para cenas. Vanessa se lanzó a mi cuello mientras soltaba un grito de emoción. Intentaba sonreír para devolverle el mismo entusia
Pensé que podría soportarlo, pero era muy difícil verlos juntos. Y no, yo no tenía por qué sentir celos, no tenía derecho, pero esa maldita presión en el pecho me gritaba lo contrario. Intenté ignorar cada vez que Vanessa se acercaba a su esposo y lo tocaba, o incluso dejaba pequeños besos en sus labios. El sonido suave de sus risas y el roce de sus manos me perforaban el corazón. Justo cuando se sentó en su regazo, sentí que el corazón se me iba a explotar por la presión y esa fea sensación de molestia.Me levanté con la disculpa de ir al baño. Luca me miró, o me estaba mirando, la verdad no supe por cuánto tiempo lo había hecho. Me alejé lo más rápido que pude y cuando estaba por llegar al baño, me aferré al marco de la puerta y solté un suspiro exasperado. ¿Por qué me afectaba tanto verlos juntos? Sabía que no tenía derecho a sentir celos, pero era inevitable. Era como si una parte de mí se estuviera rompiendo en pedazos cada vez que los veía. Tenía tanta rabia, pero no era con mi