Narra Ignacia.Su silencio me dio la respuesta que esperaba, puesto que el que calla otorga. Lástima que no pudiera celebrar al fin mi triunfo, le he ganado por primera vez a don diablo, ya que nunca daba su brazo a torcer, incluso quise bromear, sin embargo, había algo que necesitaba confirmar. Abrí el sobre observando que era yo la primera persona que lo veía, por el hecho de que estaba totalmente sellado.Había elegido primero el de Camil porque el de Iván no necesito verlo, dado a qué estoy más que segura que es su hijo. —¡99% de compatibilidad!—Aunque realmente tenía varias razones para sentirme furiosa y utilizada o no sé cuántos sentimientos más, debí comenzar a sentir en el primer momento que vi que es totalmente cierto que mi pequeña es su hija y yo no tengo ni la más remota idea de cómo o cuándo pasó esto. No pude dejar de estar perpleja, pero en sentido inverso. —¿No mentías con el fin de buscar atormentarme? — averigüé con mirada desorbitada, todavía me parecía imposibl
Narra Ignacia.Él retrocedió y se alejó, bajando la mano para empuñarse el falo. Yo me revolvía nerviosa, sin poder apartar la vista de aquella habilidosa mano y de esos largos y elegantes dedos que recorrían la extensión poderosa. A medida que la distancia entre nosotros se agrandaba, empecé a suspirar, mi cuerpo respondía a la perdida del suyo y la cálida languidez que él le había infundido con su roce se convirtió en un fuego lento, como si hubiera preparado una hoguera que hubiera sido atizada de repente. —¿Ves algo que te apetezca? —ronroneó, masturbándose. Asombrada de que se burlara de mí después de haberme rechazado, levanté la vista, y me quedé sin respiración. Él también ardía, o tal vez mucho más que eso solo que no se me ocurría otra palabra para describir cómo me veía a través de sus párpados cargados, puesto que era como si quisiera comerme viva. Se pasó la lengua despacio por la comisura de sus labios, como si estuviera saboreándome y cuando se mordió todo el labio
Narra Matías.— Claro que no lo hice por esa razón bebí descontroladamente, estaba muy enfadada con él y conmigo por creer que iría a mi lado, pero él regresó a mí esa noche— no me quedó más que echarme a reír para no gritar desenfrenado.—¿Por qué ríes?— se notaba intrigada.— ¡¡Joder quien estuvo esa noche en tu cama fui yo, no ese maldito!! Me sentí celoso y muy ofuscado. Sentí que era injusto que tú vivieras tu falacia mientras yo me la pasaba viéndote a escondida como un puto cabrón, así que decidí acercarme. Esa noche tropezaste conmigo, ¿lo olvidaste? —Eras el extraño de la capucha que evitó que me cayera. — Me señaló con su dedo índice—con razón el recuerdo de esa noche era tan confuso y distinto. La noche de nuestra boda antes de que me dijeras quien eras mi subconsciente me gritaba que conocía tu cuerpo, tenía el presentimiento de que ya me habías adorado— Me quede atontado, y mis cejas alzadas no era por la incredulidad, sino por el asombro de escuchar tal confesión.— Soñ
Narrador.— ¡¿Por qué usted me ha pegado de ese modo?!— el hombre que giró con el rostro tenso y con claras intenciones de pegarle se quedó perplejo.—¡Es una mujer! — murmuró pasmado, ya que ese golpe fue tan fuerte que supuso que habría sido un hombre y al verla relajó sus facciones tensas por el enfado momentáneo.— Realmente me confundí— Ella no sabía cómo disculparse, ni siquiera podía formular las palabras correctas y en medio de su aturdimiento y bochorno, vió entre los dedos de la mano izquierda del hombre al que ha golpeado un cigarrillo acabado de encender, y por esa razón se encontraba en esa posición, en la que ella imaginó que estaba haciendo algo indebido. — Juro que le confundí con un amigo.Volvió a decir entrelazando los dedos de las manos, y con mirada desorbitada.—Me hubieras confundido de manera distinta, tal vez dejando un beso en mí yo con gusto hubiera lo disfrutado. — El chico empezó a coquetearle y ella después de la gran vergüenza por su manera tan bochorno
Narrador.Ignacia se removió entre los brazos de su esposo que la tenían aprisionada como una jaula bien asegurada y consiguió soltarse de esas manos que le sujetaban los bíceps y luego pugnó a zarpazos contra las colchas que le inmovilizaban las piernas, consiguiendo una vez más liberarse, pero tanto fueron sus movimientos que no midió el espacio entre el piso y la cama que cuando supuso que podía levantarse su cuerpo dio tremendo impacto contra el suelo que terminó por despertarla completamente y de su garganta brotó un lamento de dolor.—¡Por Dios, Ignacia!, ¡Maldita sea, no te harás daño! — Matías se tiró tan rápido de la cama que terminó sus exclamaciones cuando la ayudaba a levantarse, totalmente asustado de suponer que algo malo le ha pasado al reciente embarazo con dicha caída.Mientras que ella aspiró grandes bocanadas de aire. —Tengo náuseas —le hizo saber con voz entrecortada, pero él no entendió dado que tenía una mano en la boca al agitársele las tripas. Se precipitó a
Narrador.En cuanto Matías pisó la entrada de la pequeña empresa de Sebastián, sus empleados que estaban a la espera de que se declarara el cierre de la misma, se quedaron asombrados al suponer que ese hombre que andaba tan escoltado sería el inversionista del que tanto se habló.—Debe ser él, nada más mira cuánta seguridad y elegancia. A ese caballero se le nota lo adinerado a distancia. — Matías podía escuchar las murmuraciones de las recepcionistas.—Ojalá se instale en la empresa, necesitamos carne fresca para trabajar con ganas. — Tras escuchar eso sonrió negando con la cabeza. Encontrando chistosos los comentarios que hacían esas mujeres. La secretaria de Sebastián le comunicó sobre la visita y Claudia que no se había despegado de él después del asunto del hospital aplaudió al escuchar que todo había salido como lo supuso.—Parece que el nuevo padre de tus hijos ama a su esposa. ¡Es una lástima! Me gustaba mucho, porque es muy guapo el hombre de hielo— manifestó burlona, sin i
Narrador.Matías se levantó arreglando su ropa con mucha calma y elegancia, — veo que eliges tenerme como un enemigo. Ganarás ese juicio, incluso obtendrás un beneficio económico que será muy inferior al que te ofrezco ahora, pero terminarás acabado, siendo el hazmerreír de todo el país— Matías generalizó todo con el movimiento circulatorio de su dedo; — incluso todo esto igual lo vas a perder como que me llamo Matías Quintana. «El maldito tiene razón los abogados se quedarán con más de la mitad de lo que lograré sacarle a este hombre por vía de Ignacia lo cual será una miseria por qué estoy seguro de que con la fortuna que tiene podría aplastarme cómo a un gusano, y de paso no dormiré en paz y menos podré sacar mi empresa adelante» pensó en todas sus opiniones dándose cuenta de que como Matías le había dicho lo mejor era tenerlo de su lado.—¡Detente! — El llamado de Sebastián se escuchó desesperado cuando vio que Matías empezó a andar hacia la salida de su oficina y Matías que odia
Narra Matías.Ignacia tiene el don de hacer que la quieran con facilidad, y presiento que ella se comporta tan bonita para lograr tener el cariño y la confianza de todos, aunque no entiendo con qué propósito, si igual no dejará de ser mi esposa sin importar que todos la aborrezcan.—Mamita no vamos a volver a ese hospital, duele que me pinchen— escucho como mi preciosa niña se queja, arrugando su nariz al recordar la incomodidad en su bracito.—No amor, ya no volveremos nunca más, porque papito Matías se ocupó de que tú e Ivan reciban el tratamiento aquí en casa y serán medicamentos totalmente ingeridos. — Ella que está sentada con ellos en la orilla de la piscina con los pies dentro del agua chapaleando de vez en cuando y yo estaba a sus espaldas.Miré a mi tía y ella me hizo una seña para que me mantuviera en silencio y así lo hice no dije nada, solo empecé a comer la galleta que estaba en mi mano.—Amo mucho a mi papito, mamita no lo dejaremos nunca ¿verdad? — sonreí dándole una s