Continuación.Ella les contó su estrategia y ellos estaban más que sorprendidos, pues la mente de Ignacia era más macabra que la de Matías.Al cabo de dos horas iban en una avioneta rumbo a Venezuela, cambiando el plan de Eddy que pidió que la DEA encontrara a la gente de Az en pleno acto: montando los paquetes a la avioneta para que fueran apresados antes de salir, sin embargo, como Ignacia pidió a su hermano la DEA llegó justamente cuando había empezado el vuelo dejando salir la avioneta. Solo atrapando a la mayoría de los peones fieles de Az que fueron puestos bajo arresto.—¿Se siente bien, señora? — preguntó uno de los hombres que iba junto a ella en la avioneta de Matías.Pues el espacio no es muy grande para tantas personas y sabía que era sofocante viajar en ella, ya que solo está preparada para transportar mercancía y no para personas, pero iban todos exponiéndose.—Estoy bien, solo que es la primera vez que me subo a esto— contestó aguantando las náuseas provocadas por lo
Narrador.De vuelta en México, Ignacia y los demás celebraban ese nuevo triunfo, y más ella que no solo había logrado obtener justicia por su padre, sino que se dio a conocer por uno de los narcos más poderosos de Venezuela.—No sabía que tenías esa creatividad. Me quito el sombrero, pues yo te quedó corto, mamis Ignacia— bromeó Tobías y chocaron palmas mientras entraban a la sala de estar.—¡Ehh, eso se escucha bonito!— dijo jocosa, aunque mayormente no dejaba de pensar en Matías, sintiendo que si él viera en lo que se ha convertido y en cómo ha aceptado formar parte del cártel estaría emocionado.—Dile a todos que hoy nos echamos unos tequilas, pero que no se pasen de copas, ni salgan deben beber aquí, saben que no podemos sal… — Detuvo sus palabras cuando Tobías le hizo un gesto para que mirase a su espalda así que se giró.—¿Qué haces aquí? — Cuestionó al visitante inoportuno—Antonieta me descubrió y necesito un lugar para esconderme. No la conoces esta loca y no se detendrá ha
Narrador.Tiempo después:“¡Cumpleaños feliz, que lo cumpla Mateo!” Gritaba Camil a todo pulmón junto a los demás niños de la familia.El pequeño estaba cumpliendo su primer año, y a pesar de todo Ignacia decidió crearle una gran fiesta, pues se propuso que iba a darles a sus hijos todo en cuanto pudiera sin necesidad de arruinar sus momentos felices.Ese día no faltó nada en esa celebración, y a pesar de la desconfianza que le generan las personas desconocidas contrató a varios animadores que pusieron a los niños a bailar y a participar en unas dinámicas que a ellos les pareció emocionante. Aunque Mateo poco disfrutó de esos juegos, ya que luego de haberse comido un gran pedazo de torta terminó agotado y se durmió dejando que los demás celebraran sin él.—Mamis Ignacia, los muchachos han pedido que vengas a compartir con nosotros. —Tobías tiró de su brazo.—Estoy con los niños. No puedo descuidarlos. — Se negó astutamente. — Dile a todos que hoy pueden embriagarse que yo me encar
Continuación.Matías reconoció a Eddy y él con las flores en las manos se quedó frío como un bloque de hielo.— No es lo que estoy pensando— dijo Matías mirándolo con una ceja alzada, y al no obtener respuesta tomó bruscamente la pistola que Tobías tenía guardada bajo la pretina de su pantalón.Su plan era dispararle allí mismo, puesto que el último recuerdo que tiene sobre Eddy es cuando lo vio al lado de Az hablando sobre que él e Ignacia habían tenido sexo.—¡No Matías, espera!— le agarró Ignacia la mano. — Eddy se irá ahora mismo.Matías volteó a observarla con la mandíbula apretada sin bajar el arma.—¿Eddy? — le preguntó con ironía y repitió de la misma manera. — ¿Eddy? —Hablemos— solicitó ella aguantando las ganas de reír. Este es su mafioso enojón que ahora ardía en celos y debía domar a la bestia. Matías le pasó la pistola a Tobías.—¡Sí, claro que hablaremos! Tenemos mucho de qué hablar. — La sujetó del brazo y aunque parecía que explotaría de rabia no estaba siendo viole
3 años después.Matías se encontraba muy alegre al notar como su casa que antes era un espacio frío y solitario, hoy es un lugar lleno de personas que se convirtieron en su familia y a las cuales no quería dejar ir. Pues con ellos aprendió a amar las risas infantiles de todos los pequeños correteando a su alrededor, y los diálogos emocionantes de Tobías, de Luisa y de su amada, quién sin importar todo lo que hizo para apartarla del cártel no quiso dejar de acompañarlo a cada entrega. Y aunque claramente le fastidia un poco, no podían quedarse los chistes sangrones de su cuñado, el doble agente, y el cual se convirtió en su mejor contacto dentro de la organización. "Puesto que para todos el Camaleón había sido asesinado por Az, y dejó de ser alguien mencionado por la justicia"Tobías y Luisa se habían mudado a su propia casa, aunque tuvieron que comprar una propiedad cercana a la hacienda, para que Matías pudiera tranquilizarse.Por su parte, Kenia y Alexis, aunque tenían planes
Matías era un chico de clase humilde, su error fue enamorarse de manera obsesiva de Ignacia, una muñeca bonita pero muy fea y desagradable en su interior. En su arrogancia, presumía más de lo que tenía porque su belleza exterior, aunada a los halagos de su madre, la habían convertido en una persona egocéntrica que solo se fijaba en ella y en nadie más. Estaba enamorada de Sebastián, un ser vil que solo utilizaba a los demás para beneficio propio. Ignacia, como la ingenua que era, creía que no había nadie mejor para ella que él, debido a su posición social encumbrada, mientras que la del pobre diablo, que le profesaba amor incondicional, era pobre y trabajaba en un Delivery.Matías, entusiasmado y lleno de ilusiones, llevó a un parque a la dueña de sus pensamientos y le declaró su amor. Esta fue la primera ofensa que él obtuvo de parte de ella; la muchacha no tuvo reparos en llamarlo mendigo y pordiosero. Lo humilló delante de todos los presentes que miraban la escena con pena al ver
Matías.He creado fama, dinero, incluso me he convertido en alguien temido con un solo propósito, sin dejar de tener en la mira a mi objetivo y aunque hubiera querido actuar antes, las circunstancias del destino me lo imposibilitaron. Sin embargo; con los años he aprendido a ser un hombre paciente. Antes carecía de paciencia, pero decidí que jamás volvería a ser tan patético como el muchacho que fui una vez; ese iluso murió tras las rejas de esa cárcel, en el momento que tuvo que manchar sus manos de sangre, y todo gracias a esa condenada mujer que fue en parte la causante de mi tiempo en ese nefasto lugar. Ahora quiero disfrutar mi venganza, como un plato frío, que se saborea sin prisa. Me regocija la idea de creer que ella sabe de mí, como he querido que todos sepan que soy: un hombre vanidoso, audaz, egocéntrico, jugador y mujeriego, pero sobre todo muy peligroso.Tal vez estoy loco porque nadie quisiera tener tan mala fama y menos que el mundo suponga que tiene tantas cualidades
Narrador.Patricia, la madre de Ignacia: mejor conocida por ellos como la mendiga del mercado, entró a esa casa mirando cada lujo con la boca abierta, dejando ver su ambición desmedida, por el brillo de sus ojos, todos los empleados que la vieron negaron al ver cómo se deslumbraba. «Qué ambiciosa» pensaron todos.India, que es una señora mayor que lleva trabajando en esa hacienda y es la única que conoce bien a Matías, no le agradó la presencia de esa mujer, pero no dijo nada como buena empleada, la llevó hasta las puertas dobles del despacho de su patrón y le indicó con la mano que podía entrar, y antes de irse negó con la cabeza.—¡Vaya!, mira nada más lo que tenemos aquí, a la ex altanera señora cruz, veo que la vida te ha dado madrazos, ¡qué chingona es la vida! — la saludó él con voz llena de burla, y aunque quería restregarle a la cara muchas cosas, solo se dedicó a reír quedamente, mientras que ella adjudicaba a esa burla que hace apenas meses ella había hecho un pacto con el