—¿Qué piensas hacer? ¡Detente! No te metas en eso.
—¿Qué no me meta? ¿Crees que me quedaré tranquilo mientras me comen el maíz salteado? ¡Por encima de mi cadáver! —exclamó molesto y es que nadie podía negar que era un tóxico.
Cristal soltó una risita al ver la determinación de Amador y sabía que no