—¿Para dónde vas? ¿Por qué tienes tanta prisa? ¿No vas a desayunar? —interrogó frunciendo el ceño con confusión. —Lo hago luego, es que tengo algo urgente que hacer, espera en unas horas y lo sabrás… —se vistió, la besó de nuevo y salió como si lo estuvieran persiguiendo. Por fin se levantó, camin
La mirada de Salomé se suavizó al escuchar las palabras de Conrado, se quedó boquiabierta. No podía creer que Conrado hubiera trabajado tan duro para crear este hermoso lugar. Se acercó a él, lo abrazó y lo besó apasionadamente.—Me encanta. Es el mejor regalo que alguien me ha dado —dijo con lágrim
Pasaron varias horas de tensa espera, mientras realizaban el proceso necesario de exhumación y luego la autopsia.Cuando finalizó Conrado llamó a Salomé, le marcó, pero nadie le respondió, eso le provocó que un leve escalofrío lo recorriera de pies a cabeza, no le gustaba esa sensación.Mientras tan
Conrado se quedó de pie, en silencio, mientras miraba la escena frente a él, sus ojos se llenaron de lágrimas, su corazón roto no podía soportar lo que acababa de ver, no pensaba, solo sentía un profundo dolor que lo laceraba por dentro. Conrado sintió una mezcla de ira, dolor y traición que amenaz
Cristal luchó por liberarse de su agarre, pero Joaquín la sujetó con fuerza, como si quisiera hacerle pagar por lo que había sucedido. Ella podía sentir la presión de su cuerpo contra el suyo, y el miedo comenzó a apoderarse de ella.—¡No! ¡Nunca! Yo no tenía nada que ver en esto —respondió Cristal,
Ella salió de allí sin poder creer lo que había hecho, no podía dejar de llorar, porque ahora Joaquín la estaba odiando y esa experiencia había sido la peor en su vida.—¡Estoy completamente enferma! ¡Qué he hecho, qué he hecho! ¡Esto debe ser una pesadilla! ¡No puede ser verdad!Cerró los ojos y ma
Cuando este se fue bajó Joaquín, quien la miró con odio.—¿Dónde está Salomé? Como ella se quedó callada, él se acercó y la sacudió con fuerza.—¿Por qué la drogaste a ella también? No entiendo tus razones para hacerlo.—Mi hermano la llevó a la clínica Danoka—dijo con un sollozo—. Yo no la drogué
Conrado se quedó callado, tratando de asimilar la impactante verdad que Joaquín acababa de decirle, estaba anonadado porque le costaba creer que su hermana hubiese hecho eso, sobre todo porque ella se llevaba bien con Salomé y no sería capaz de causarle daño.La expresión de incredulidad se reflejab