Miranda seguía en el sillón después de contarles todo a ambos hombres, Alonso y Erick la escuchaban atentos en silencio. Ella levantó su rostro y les dijo. “Lo primero que papá hará es quitarme todo, no voy a permitir que se haga más poderoso, por eso quiero que tú te hagas cargo Erick”. Erick asintió, todavía estaba aturdido por la historia de su hermana, todo lo malo que ella tuvo que pasar. Se acercó y la abrazó. Ella sintió la calidez de su hermano y se sintió protegida, ahora tenía algo de paz en su corazón, no mas miedo, no mas maltratos y golpes, era libre. Alonso se levantó del sillón, tirando lo que había en la mesita de la sala, salió de la casa furioso, escuchar que ella se casó por su culpa no era nada bueno, mientras él escapaba a otro país. Los presentes se asustaron y Erick trató de detenerlo. “¡Alonso!”. Pero su amigo no escuchó y salió rápidamente. Alonso caminaba por el jardín exaltado y molesto consigo mismo. Nunca se imaginaría que todo eso le pasaría a Mirand
El hombre mayor aprovechó que estaba solo con Marina. “Marina… sé que es muy rápido lo que pido, pero sabes bien que no me queda mucho tiempo, mi hijo se hace ilusiones con que viviré mucho más, pero ambos sabemos que el tiempo está contado, de verdad me gustaría ver a mi hijo casado y formar una familia, es algo que te pido personalmente, espero que lo pienses”. Él tomó su mano amablemente y casi rogando por que aceptara. Marina sonrió. “Lo haré, le daré una respuesta pronto”. ……………………… USA… Erick ayudó a bajar a Miranda del coche, estaban frente a la funeraria, había mucha gente y medios de comunicación que al verlos los inundaron de preguntas. -Señora Thomas ¿Por qué no estaba con su esposo cuando murió? - - ¿Es cierto que estaban separados? ¿Tenían problemas en su matrimonio- - Dicen que el señor murió en un burdel de prostitutas ¿Es cierto eso? - Erick habló. “Mi hermana está delicada de salud, por eso no estaba con su esposo, él necesitaba trabajar y seguir con las empre
En la oficina, Miranda, Alonso y Erick terminaban de arreglar asuntos de Miranda. La secretaria tocó y entró. “Disculpe, el señor Márquez está aquí”. Erick asintió. “Hágalo pasar”. Se levantó acomodando su saco, Alonso y Miranda se quedaron en el sillón esperando a que el hombre pasara. El hombre entró sonriendo y saludandolos. “Hola, Soy Dante Márquez,”. Erick estrechó su mano, Alonso se levantó haciendo lo mismo. Después Miranda se puso de pie y se acercó a los tres hombres mirando a Dante. El hombre era alto y muy atractivo. Dante la miró de una forma muy peculiar y le sonrió. “Un gusto”. Erick la presentó. “Es mi hermana Miranda Estrada”. Dante pronunció su nombre. “Miranda”. Ella sintió que se le erizaba la piel al escuchar su nombre de su boca. Erick le dijo. “Alonso me habló sobre tu problema con Humberto”. Dante asintió. “Después del incidente de mi madre, mi tío convocó a los accionistas para convencerlos y favorecerse inmediatamente, me dejaron fuera de la empresa,
Alonso molesto volvió a negar y le dijo. “En primera, Miranda es una chica de buen corazón, nunca le ha importado el dinero, en segunda su padre la obligó a casarse con el tipo y en tercera, será mejor que te alejes de ella porque ha sufrido suficiente”. Alonso se levantó, “Creo que fue una mala idea recomendarte para trabajar con Erick y Miranda, sabes… ellos han sufrido bastante por culpa de su padre, al igual que tú, pensé que al pasar por lo mismo se ayudarían entre sí”. Alonso decepcionado se alejó. Dante se quedó pensativo jugando con su vaso. Miro alrededor y una mujer le coqueteaba a lo lejos, si fuera otro momento él iría con ella, pero hoy no dejaba de pensar en Miranda y como lo abandonó en el restaurante. Miranda llegó a la casa, Erick estaba en una llamada con David, ella saludó a su sobrino y después de unos minutos ambos se despidieron. Erick se acercó a ella. “¿Cómo te fue con Dante?”. Ella hizo una mueca. “Es un hombre extraño, creo que no nos entenderemos”. El
Erick los miró a todos y les dijo. “Quiero el divorcio, yo no quiero estar más con Tamara”. El señor Raúl se levantó. “Erick piénsalo es tu esposa, que dirá la gente de ella si se divorcian, no olvides que es importante nuestro estatus, cualquier escándalo traería problemas a nuestra empresa y a la familia”. Erick les advirtió. “No pienso volver con ella en este momento, tengo mucho trabajo y debo viajar por los asuntos de Miranda”. El señor Raúl le dijo. “¿Por qué no llevas a Tamara contigo?, sería como una luna de miel”. Erick entendió que su padre estaba desesperado porque Tamara estuviera con él. “No puedo llevarla será muy cansado para ella y siempre estará sola, haré lo posible por darme un tiempo esta semana y salir con ella”. Tamara levantó la vista mirando a Erick con ojos agradecidos. Dos días después, estaban juntos en un restaurante, Tamara se comportaba como siempre, hablaba sin parar, Erick solo la soportaba por su plan, más tarde salieron rumbo a un bar a tomar un
Dinora llegó más tarde, todos estaban en el jardín, conoció al padre de Carlos y conversaron por un rato.En la cena todos estaban reunidos, Carlos se levantó y les dio la noticia. “Esta reunión es especial”. Miró a Marina, ella le dio su mano apoyándolo. “Marina y yo nos casaremos”.Dinora y David se quedaron mirándolos en silencio por unos segundos, el padre de Carlos sonrió feliz. “Excelente, felicidades”.Dinora se levantó abrazando a la pareja y miró de forma dudosa a Marina quien la ignoró, no podía hablar en ese momento.David solo estaba en silencio, no protestó.Al finalizar el día, Carlos llevó a Marina, David y Dinora a su casa, Marina se despidió de Carlos en la puerta y al entrar Dinora ya la esperaba de pie frente a la sala con los brazos cruzados. “¿Cuándo te pidió que se casaran? ¿Aceptaste tan rápido?”.Marina camino a la sala recogiendo la sala y acomodando la mesa de centro. “Lo decidimos y eso es todo, nos entendemos bien y somos adultos, ¿Por qué no casarnos?”.D
Más tarde Dante regresó, las oficinas de ambos estaban cerca, él llegó a su puerta y tocó. Al darle el pase, entró a la oficina de Miranda, ella trabajaba en unos documentos que no entendía, fruncía el ceño, se veía encantadora. “Miranda, lo que viste… yo no tengo ya nada que ver con esa mujer, terminó hace mucho tiempo”. Miranda lo detuvo interrumpiéndolo. “No tienes por qué explicarme nada, es tu vida y tú sabes lo que haces”. Dante se acercó. “Pero quiero que te importe” Ella levantó la vista mirándolo. El camino más hacia ella. “Me gustas”. Ella se quedó en silencio repitiendo en su mente las palabras, era muy joven y nunca tuvo un novio y después su padre la casó, no sabía que era que le gustara alguien, además de que lo que vivió con su esposo fue tormentoso. Ella le dijo tajantemente. “Lo siento, pero no estoy interesada”. Se hizo un silencio incómodo. Dante siguió acercándose, ella se levantó y caminó lejos de él, pero la detuvo del brazo acercándola. “¿Por qué?”. Mi
Ella lo miraba atenta, sus ojos brillaban al escuchar sus palabras y su corazón palpitaba incontrolable. Miranda respira hondo para calmarse y pensó. -Este sentimiento es a lo que llaman gustar- Ella le advirtió. “Necesito tiempo para sanar mis heridas Dante, no estoy bien”. El asintió. “Lo sé pero quiero estar ahí contigo”. Ella suspiró, el hombre no se iba a dar por vencido. “Está bien, pero poco a poco”. Él le pidió su mano. “¿Podemos?”. Ella observó la mano de Dante, estaba nerviosa y con miedo, respiró profundo y aceptó levantando su mano para alcanzar la de Dante. Él sonrió tomando su mano, caminaron hasta el auto, era un pequeño paso al largo camino que él tenía para enamorarla, Miranda lo seguía sonriendo. Se sentía a gusto con él a su lado. Ya en el auto, Miranda quería decirle que ya conocía a su mamá y que ellas tenían contacto antes del incidente, pero el teléfono de Dante sonó. “¿Tienes pistas? Genial, iré a verte más tarde”. Él colgó y sonreía. “El investigador