PrefacioLa luna estaba cada vez más llena, su luz blanca era el reflejo mismo de su poder, de su tranquilidad.Alexandra Spencer no podía sentirse más feliz, su corazón palpitaba como si tuviese un monoriel de emociones dentro de su corazón.Era parte de los Omega de la manada Moonlight, su familia siempre había Sido empleada de la Familia Romano, la familia jerarquial.Aquel viejo castillo en medio de su pueblo, había sido testigo de las humillaciones generacionales que habían soportado los Spencer.Pero para Alexandra se abría un camino, cuando sus ojos y los de Marco se cruzaron, supo que él era su destinado.Marco era el hermano menor de los Romano, no tenía que ser el líder y a pesar de las críticas, el decidió casarse con ella, un alfa se casaría con una Omega.A días del compromiso, tenían que pasar una última prueba antes de la ceremonia bajo la luna llena.Matías Romano, el jefe Alfa de la manada, el arrogante y humillante líder, era quien debía dar el visto bueno, pero en e
LA PETICIÓNCapítulo 1Alexandra Spencer daba giros alrededor de la pequeña sala de su familia, sintiéndose una bella princesa, con aquel corset que moldeaba su cintura, y un largo vestido con materiales sencillos pero que su madre termino de confeccionar para ella.— ¿Crees que le guste a Marco? No quiero que pase alguna vergüenza por mi culpa, ya es suficiente con lo que hizo por mi —.La pregunta de Alexandra no estaba demas, era una Omega, se casaría con el hermano del líder Alfa, Marco podía ser rechazado por todos por su amor.La madre de Alexandra le dió una suave caricia en el rostro, mientras sus manos viejas y arrugadas terminaban los detalles de aquel vestido algo Hippie.Le recordó que lo que Marco estaba haciendo por ella era más importante que un simple vestido, estaban destinados.La mejor amiga de Alexandra, Mary, llegó con un par de joyas que algunos aldeanos hicieron para ella.Todos ellos habían puesto un poco de su oro, que una Omega se casara con alguien de la fam
TRATOLucrezia Romano, la jefe Delta del concejo que ayudaba a guiar a su hijo Matías en el liderato de la manada Moonligth, mira desde la distancia la preocupación de aquella mujer inferior que quiere casarse con su hijo.Matías fuma un cigarro muy cerca de la ventana, observando la misma escena, la angustia de su hermano, no puede entender como se enamoró, cuando el siente que dentro de su corazón no pueden haber sentimientos cálidos por nadie y prefiere esa barrera antes de tener una debilidad.—¿Y si Matías no acepta?— le pregunta uno de los ancianos Delta que susurra en el oído de la matriarca lobil.— Lo hará, y se que eso va a destrozar a Marco, pero mi hijo no se casa con una asquerosa Omega — aseguro la mujer con la frialdad de una cabeza fría malvada.Marco y Alexandra entran de nuevo a la habitación, en el rostro pálido y ojos llorosos de la Omega se ve la tristeza de las palabras de aquel pacto.Su madre, María, la toma de la mano, le asegura que estará con ella, sabe lo d
MI DERECHOLucrezia estaba esperando con una gran sonrisa la llegada de Alexandra, le pidió a aquel hombre ruin que dejara a la chica inconsciente en la habitación principal mientras ella se dirigía a la fiesta de la luna.Sabía que lo mejor era que su hijo, Marco, no se enterase de su complicidad en este plan maquiavélico, ella era capaz de cualquier atrocidad.Alexandra abrió los ojos, le dolía la cabeza y en medio de un leve mareo que hizo a su cabeza dar vueltas, recordo los sucesos de hace unos minutos.Salto de un brinco de la cama de sábanas rojas, y se lanzó contra la perilla de la puerta, pero aquella gran puerta de madera era su prisión.Las lágrimas bajaban por sus pálidas mejillas dejando una leve marca quitando el suave maquillaje que su madre puso en la mañana.Matías que se encontra en casa, entro a su habitación después de una ducha, quería estar solo pues estaba en su último día de Celo y sabía que ese poder de deseo era incontrolable.Pero para su sorpresa ella estab
GOLPE RECIOArrodillada, en el suelo, con su vida vuelta pedazos, con la humillación en su cabeza, tenía ganas de llorar, de gritar.Alexandra sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas, como su vida se desmoronaba sintiendose arena en medio del mar, ver escapar a Marco de la realidad de los dos era un golpe recio al corazón.Matías esbozo una sonrisa, sentía que la omega se estaba tragando sus palabras, ella hablaba del amor y su fuerza pero Marco estaba lejos de ser digno de ese sentimiento.La jaló del brazo y la levantó del suelo con brusquedad lastimandola mientras ella seguía con la cabeza agachada.— ¿Cómo está mi madre? Uno de sus hombres le clavo un puñal — Alexandra tenía que pensar en María, su madre, lo único que le quedaba.Matías giro la cabeza, miró a todos los soldados y concejeros presentes, esperando una respuesta para la chica.— Murió, es una Omega no resistió un ataque similar — Respondió Lucrezia, quizás la única que no podía temer al Alfa, era su hijo.Alexand
PRISIONERAMarco se puso en la cima del risco más alejado de la ciudad, alzó sus brazos mientras el viento movía su cuerpo, quería lanzarse.Había tenido el peor pensamiento, acabar con su vida, con la miseria que era no ser su hermano, perder el amor de la mujer que amaba.Los árboles sonaban a su alrededor, las hijas chocaban entre ellas mientras este pensaba en que nadie extrañaría su final.Era un cobarde, pensaba que este era el final de una persona como el, que nunca había podido defender sus propios derechos.Solo se sento en ese mismo risco y empezó a llorar, sabía que después de lo que había hecho, Alexandra nunca lo perdonaría.Y no estaba equivocado, Alexandra lo aborrecía por su falta de valentía, de amor y de compresión.Matías por su parte, se encerró en su habitación, tomó un libro que su abuelo le había regalado cuando aún era un niño, y le recordó que allí encontraria las respuestas para ser un buen líder de manada.Pero aquellas páginas no le daban la respuesta o por
BLACKMOONLa manada Blackmoon y la manada Moonligth habían sido manadas hermanas desde hace siglos.Había una rivalidad no escrita entre las dos, pero a la vez sabía que dependían la una de la otra, para subsistir.Comercio, armas, todo lo necesario para llamarse aliados estratégicos, la una dependía de la otra.Las manadas tenían una vieja rencilla sobre quién era la mejor, pero a la vez sabían que una guerra era estúpida.Además Leonardo y Luciano, el padre de Matias y Marco, siempre fueron amigos y esto era un tratado de paz irrompible entre hijos.Leonardo, era el líder Alfa lobil de la manada Blackmoon, estaba algo mayor, su cuerpo estaba fallando pero el se resistia en dejar el poder.Anthony su hijo, no era el líder que el esperaba para su manada, era frío y hostil, bastante bárbaro y cruel con los inferiores.Para el lo único importante era resistir hasta tener otro heredero, ya que solo tenía a Anthony y a una hija, Cassandra, que por ser loba no podría ocupar su lugar.Antho
EL TIEMPO PERDIDOLucrezia ordenó a los mejores médicos de la manada que le dieran la mejor atención a su hijo, no iba a permitir que Marco falleciera por culpa del amor a una Omega.Lucrezia siempre había sido una Loba arrogante, interesada hacía el poder, quizás si su hijo hubiese muerto en una guerra no le dolería tanto como ver su destrucción por una Loba Omega.Matías se sentía culpable por el estado de su hermano, y eso era un gran avance en sus sentimientos, teniendo en cuenta que antes no le hubiese importado ver a su hermano destruido.Algo había hecho Alexandra en su vida, que le hacía sentir algo distinto en su corazón, algo que le hacía sentir más sentimental y odiaba eso.— Quiero ver a Alexandra — Marco se despertó, su rostro estaba algo maltratado por el sol, su alma estaba rota como su propio espíritu.Lucrezia se miró de reojo con Matías, este último decidio encerrarse en su habitación, la culpa y ese sentimiento que describía como una mancha en su pecho, que no podía