TRATO
Lucrezia Romano, la jefe Delta del concejo que ayudaba a guiar a su hijo Matías en el liderato de la manada Moonligth, mira desde la distancia la preocupación de aquella mujer inferior que quiere casarse con su hijo.
Matías fuma un cigarro muy cerca de la ventana, observando la misma escena, la angustia de su hermano, no puede entender como se enamoró, cuando el siente que dentro de su corazón no pueden haber sentimientos cálidos por nadie y prefiere esa barrera antes de tener una debilidad.
—¿Y si Matías no acepta?— le pregunta uno de los ancianos Delta que susurra en el oído de la matriarca lobil.
— Lo hará, y se que eso va a destrozar a Marco, pero mi hijo no se casa con una asquerosa Omega — aseguro la mujer con la frialdad de una cabeza fría malvada.
Marco y Alexandra entran de nuevo a la habitación, en el rostro pálido y ojos llorosos de la Omega se ve la tristeza de las palabras de aquel pacto.
Su madre, María, la toma de la mano, le asegura que estará con ella, sabe lo difícil que puede ser esto, ella fue pedida en pernada por el padre de Matias y Marco cuando se casó con el padre de la joven.
— Matías, como nuestro Alfa y nuestro líder ¿Apruebas que tú hermano se case con la Omega Alexandra Spencer?— pregunta un lobo delta entrado en años, en el centro de una mesa ocupando un lugar de juez.
— Si, con las condiciones impuestas desde el inicio de la relación — Matías le había dado la palabra a su hermano y un Alfa no podía fallar a su palabra.
—¿Pides a su novia en derecho de pernada?— Lucrezia remojaba sus labios, sabía que su hijo estaba a punto de entrar en celo, que odiaba a la Omega que dañaría la sangre de su linaje.
Alexandra tenía el rostro agachado, Marco sentía que los vellos de su espalda se erizaban, quería atacar a su hermano pero su falta de valentía se lo impedía.
Matías se acercó, tomó del mentón a Alexandra y la miró con una mirada burlona, demostrando que el estaba por encima de ella.
Recordó su bello cuerpo cubierto por el agua, la manera en la que su cabello de ninfa caía alrededor de su piel.
— Nunca tocaría a una Omega, solo desperdiciaría mi semilla, solo puedo sentir asco — Matías decidió no usar su derecho de pernada mientras le daba un empujón a Alexandra que cayó sentada junto a Marco.
Los dos se abrazaron, era el día más feliz de su vida, todo seguiría como lo tenían planeado y su amor triunfaria.
María también se sentía dichosa, se agachó ante los pies del alfa para besarlos, para agradecer su justicia y compasión, la misma que su padre no había tenido con ella.
Matías chasqueo los dedos, ordenando a las dos mujeres retirarse, les dejo claro que él no estaría presente en la ceremonia de matrimonio que se llevaría a cabo en la luna llena.
Alexandra se despidió de Marco, no podrían verse hasta el día de la ceremonia, pues ella debía mantenerse oculta hasta llegado el primer rayo de la luna.
— Te amo y te amare siempre — Marco le coloco un hermoso collar de oro, que el mismo había moldeado con sus manos, con un corazón dividido.
Cada uno tendría una parte, Marco le estaba entregando su mitad de alma y corazón, Alexandra hacía lo mismo.
El joven lobo decidió ir en busca de su hermano, que se había encerrado en el estudio de su padre a beber una botella de whisky.
Matías era un hombre desordenado, quizás su peor maldición fue nacer primero, el mismo sabía que Marco tenía todas las cualidades de ser un mejor líder que el, pero solo estaba a la cabeza por nacer un año antes.
— Gracias, por el permiso, y por no tomar a Alexandra, para mí esto es muy importante, y siempre estaré a tus pies — Marco sentía que su corazón había descansado.
—¿Que hubiese pasado si tomo mi derecho?— Matías le recuerda la escena que vio en el río, la manera en la que los dos estaban cerca y Alexandra parecía entregada a sus besos.
— Ella es pura, nuestro amor nos ha hecho esperar — repitio Marcos, asegurando que Alexandra era virgen aún y que eso le hacía más valiosa para el.
Matías tenía un gesto arrogante en su rostro, una sonrisa burlona y una mirada pícara mientras alzaba su ceja derecha.
— Pero si la hubiese tomado no sería pura al llegar al altar ¿Que pasaría contigo? ¿Que hubieses sentido? Esperar tanto por su virtud para que sea mía al final — Matías le sirve un trago a su hermano.
Marco toma aquel trago que humedece su garganta, gruñe y clava sus uñas en el escritorio de madera de su hermano.
— Te hubiera matado — Marco abre los ojos, son amarillos, dispuesto a atacar, quizás la primera vez que Matías vio esa reacción en su hermano.
—¿Todo ese escándalo por una asquerosa Omega? La pudiste tomar de concubina, o es lo que yo haría — Matías saco sus garras, las mostraba a su hermano recordando que él era más fuerte, que él era más hábil y que él era su Alfa.
— Cuando conozcas lo que es el amor podrás opinar, pero un lobo como tú nunca va a recibir amor, porque no lo puede dar, solo produces miedo — Marco se fue de la oficina de su hermano.
Nunca imagino que las palabras que acababa de decir dejaban una especie de semilla en el corazón de Matías.
¿El no sería digno de ser amado? Si el era el Alfa, debería tener todo lo que deseaba incluído el amor.
Lucrezia entro a la oficina de su hijo, le regañó de inmediato por mi tomar el derecho de pernada.
— Tu hermano va a caer en medio de una debilidad para nuestro linaje, tu deber es cuidar que esto no pase — La mujer estaba furiosa.
— No lo haré, le di mi palabra a Marco, y yo jamás tocaría a una Omega y mucho menos cuando en pocas horas inicia mi celo, ahora vete quiero estar solo, me encerrare en mi habitación — Matías señaló la puerta a su madre.
— Si tú no haces nada, lo haré yo — Lucrezia salió enfadada.
La madre Romano, la Delta más manipuladora que podía existir, tenía que hacer algo para destruir aquella relación antinatural.
Pasan dos lunas...
Todo el pueblo se prepara para la fiesta, los Omega han organizado la fiesta de la luna más hermosa que se ha visto, ha llenado el lugar de flores de todos los colores.
Los niños de la manada con sus propias manos han creado una corona floral para la bella novia que en pocas horas entrara en el altar y se convertirá en la primera Omega esposa y compañera de un Alfa.
La felicidad de los Omega, está lejos de ser igual a la de los Delta y Alfa de la manada, ellos sienten que aquella ceremonia es una repulsión.
Marco se coloca su traje, sabe que ha roto las reglas y que por Alexandra es capaz de todo, las palabras que le dijo a su hermano son reales, pero a la vez tendría que enfrentar sus propios miedos.
Agradece que no eligiera su derecho, pues a pesar de todo no sabe si tiene la suficiente valentía para defender a su novia.
Alexandra se coloca el hermoso vestido que su madre hizo para ella, María la toma de las manos.
— Te deseo toda la felicidad del mundo, mi bella Alexandra — suspira la mujer, limpiando las lágrimas de su hija que llora emocionada.
En aquel terreno grumoso, escuchan como un par de caballos se acercan, Alexandra se emociona tomando su ramo de flores.
Cree que es Marco que le prometió un carruaje para que llegara como una princesa loba a la fiesta de la luna.
Pero al abrir la puerta las dos mujeres se llevan una sorpresa, al ver a la guardia del Alfa en la puerta.
— Nuestro Alfa, Matías Romano, le comunica que usará el derecho de pernada para permitir su matrimonio con Marco Romano — el hombre jalo del brazo a Alexandra.
María intervino, les recordó que el no había hecho uso del derecho y que ya había autorizado el matrimonio.
Pero el hombre le recordó que el Alfa podía usar su derecho incluso segundos antes que la ceremonia se realizará.
—¡No por favor!— grito Alexandra mientras el hombre la jalaba para llevarla a su carruaje.
María se interpuso, como cualquier madre lo hubiese hecho por su hija, ella con todas sus fuerzas rasgo con sus garras el rostro del lobo.
Este furioso, con instrucciones específicas de hacer lo necesario sin importar nada, agarró un cuchillo y lo enteró en el vientre de la madre de Alexandra.
—¡Nooo!— grito la joven al ver aquel crimen y perdió el conocimiento por la fuerte impresión.
MI DERECHOLucrezia estaba esperando con una gran sonrisa la llegada de Alexandra, le pidió a aquel hombre ruin que dejara a la chica inconsciente en la habitación principal mientras ella se dirigía a la fiesta de la luna.Sabía que lo mejor era que su hijo, Marco, no se enterase de su complicidad en este plan maquiavélico, ella era capaz de cualquier atrocidad.Alexandra abrió los ojos, le dolía la cabeza y en medio de un leve mareo que hizo a su cabeza dar vueltas, recordo los sucesos de hace unos minutos.Salto de un brinco de la cama de sábanas rojas, y se lanzó contra la perilla de la puerta, pero aquella gran puerta de madera era su prisión.Las lágrimas bajaban por sus pálidas mejillas dejando una leve marca quitando el suave maquillaje que su madre puso en la mañana.Matías que se encontra en casa, entro a su habitación después de una ducha, quería estar solo pues estaba en su último día de Celo y sabía que ese poder de deseo era incontrolable.Pero para su sorpresa ella estab
GOLPE RECIOArrodillada, en el suelo, con su vida vuelta pedazos, con la humillación en su cabeza, tenía ganas de llorar, de gritar.Alexandra sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas, como su vida se desmoronaba sintiendose arena en medio del mar, ver escapar a Marco de la realidad de los dos era un golpe recio al corazón.Matías esbozo una sonrisa, sentía que la omega se estaba tragando sus palabras, ella hablaba del amor y su fuerza pero Marco estaba lejos de ser digno de ese sentimiento.La jaló del brazo y la levantó del suelo con brusquedad lastimandola mientras ella seguía con la cabeza agachada.— ¿Cómo está mi madre? Uno de sus hombres le clavo un puñal — Alexandra tenía que pensar en María, su madre, lo único que le quedaba.Matías giro la cabeza, miró a todos los soldados y concejeros presentes, esperando una respuesta para la chica.— Murió, es una Omega no resistió un ataque similar — Respondió Lucrezia, quizás la única que no podía temer al Alfa, era su hijo.Alexand
PRISIONERAMarco se puso en la cima del risco más alejado de la ciudad, alzó sus brazos mientras el viento movía su cuerpo, quería lanzarse.Había tenido el peor pensamiento, acabar con su vida, con la miseria que era no ser su hermano, perder el amor de la mujer que amaba.Los árboles sonaban a su alrededor, las hijas chocaban entre ellas mientras este pensaba en que nadie extrañaría su final.Era un cobarde, pensaba que este era el final de una persona como el, que nunca había podido defender sus propios derechos.Solo se sento en ese mismo risco y empezó a llorar, sabía que después de lo que había hecho, Alexandra nunca lo perdonaría.Y no estaba equivocado, Alexandra lo aborrecía por su falta de valentía, de amor y de compresión.Matías por su parte, se encerró en su habitación, tomó un libro que su abuelo le había regalado cuando aún era un niño, y le recordó que allí encontraria las respuestas para ser un buen líder de manada.Pero aquellas páginas no le daban la respuesta o por
BLACKMOONLa manada Blackmoon y la manada Moonligth habían sido manadas hermanas desde hace siglos.Había una rivalidad no escrita entre las dos, pero a la vez sabía que dependían la una de la otra, para subsistir.Comercio, armas, todo lo necesario para llamarse aliados estratégicos, la una dependía de la otra.Las manadas tenían una vieja rencilla sobre quién era la mejor, pero a la vez sabían que una guerra era estúpida.Además Leonardo y Luciano, el padre de Matias y Marco, siempre fueron amigos y esto era un tratado de paz irrompible entre hijos.Leonardo, era el líder Alfa lobil de la manada Blackmoon, estaba algo mayor, su cuerpo estaba fallando pero el se resistia en dejar el poder.Anthony su hijo, no era el líder que el esperaba para su manada, era frío y hostil, bastante bárbaro y cruel con los inferiores.Para el lo único importante era resistir hasta tener otro heredero, ya que solo tenía a Anthony y a una hija, Cassandra, que por ser loba no podría ocupar su lugar.Antho
EL TIEMPO PERDIDOLucrezia ordenó a los mejores médicos de la manada que le dieran la mejor atención a su hijo, no iba a permitir que Marco falleciera por culpa del amor a una Omega.Lucrezia siempre había sido una Loba arrogante, interesada hacía el poder, quizás si su hijo hubiese muerto en una guerra no le dolería tanto como ver su destrucción por una Loba Omega.Matías se sentía culpable por el estado de su hermano, y eso era un gran avance en sus sentimientos, teniendo en cuenta que antes no le hubiese importado ver a su hermano destruido.Algo había hecho Alexandra en su vida, que le hacía sentir algo distinto en su corazón, algo que le hacía sentir más sentimental y odiaba eso.— Quiero ver a Alexandra — Marco se despertó, su rostro estaba algo maltratado por el sol, su alma estaba rota como su propio espíritu.Lucrezia se miró de reojo con Matías, este último decidio encerrarse en su habitación, la culpa y ese sentimiento que describía como una mancha en su pecho, que no podía
MARCAR EL FUTUROMatías siente como su rostro se desencaja de inmediato al recibir aquella noticia, Anthony es un gran mentiroso.Inventa que Alexandra se cortó las venas al llegar a la cocina para realizar trabajos de campo, y nadie pudo salvarla, al final solo era una Omega.Matías lanzó la mesa de madera por los aires, miró con rabia a Anthony, y chasqueo los dedos para ordenar a su Beta alistar todo para irse de allí.Anthony había triunfado, era imposible que dudarán de su palabra, el era un aliado de la familia Moonligth, nadie sabía la obsesión que despertaba en la cabeza de Anthony la belleza de Alexandra.Su beta, Manolo, le cuestiona esto cuando observa que se aleja Matías en su carruaje.—¿Porque le dijiste mentiras a un Romano? Si esto se descubre, tu padre te va a desterrar — Manolo era la voz de la conciencia extinta de Anthony .— El no la tendrá para esposa, cuando mi papá se muera, Alexandra será mi esclava y Matías vera como quien quería que fuese su reina me besa lo
AÑOS DE DOLORTres años después.....Alexandra se ha convertido en alguien importante para Leonardo, no solo en su enfermera personal, si no en su mano derecha.Gracias a ella la tiranía de Anthony había Sido mucho menor, pues Leonardo había dejado en ella muchas responsabilidades de la manada.Esto no le agradaba a nadie, ni al consejo y mucho menos a sus hijos, pues estos desconocían los motivos de Leonardo.Ellos pensaban que Alexandra había embrujado a su líder Alfa, que ella con sus encantos lo manipulaba como una víbora tras el poder.Anthony estaba lleno de celos, imaginar que su padre podía tener el cuerpo de Alexandra lo volvía loco, en varias oportunidades quizo darle la misma orden, que lo viera en la intimidad con Esmeralda pero Alexandra solo recibía órdenes de su líder.Esmeralda había quedado en su rostro con aquella cicatriz, perdido los beneficios de Leonardo, y solo debía confirmarse con ser la amante de Anthony y esperar que esté cumpliera su promesa.Quería venganz
COMPROMISO Alexandra sintió un enorme escalofrío en el pecho, sabía que había llegado su momento, no dudo un solo segundo en aceptar ser la compañía de Cassandra.Las imágenes de su tragedia se repetían en su cabeza como un torbellino de emociones, la rabia, la ira, el dolor y todo lo que le provocan los Romano se revuelve en su estómago.Anthony es el primero en decir No, el puede permitir que los Romano se enteren de la verdad, pero Leonardo es específico, cumplirá la voluntad de su hija por el enorme sacrificio que hará.Cassandra debería empezar a empacar su maleta de inmediato al igual que Alexandra y Luna, su ayudante y quién sería empleada de las dos lobas en su estadía.La rosa y una carta positiva llega a la casa de los Romano, el concejo Moonligth abre los ojos ante la posibilidad de conseguir a una futura matriarca que cumpla con sus estándares.Casandra no solamente, dará a luz a uno de los alfas más fuertes que hayan visto, debido a la descendencia de su sangre, sino que