GOLPE RECIO
Arrodillada, en el suelo, con su vida vuelta pedazos, con la humillación en su cabeza, tenía ganas de llorar, de gritar.
Alexandra sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas, como su vida se desmoronaba sintiendose arena en medio del mar, ver escapar a Marco de la realidad de los dos era un golpe recio al corazón.
Matías esbozo una sonrisa, sentía que la omega se estaba tragando sus palabras, ella hablaba del amor y su fuerza pero Marco estaba lejos de ser digno de ese sentimiento.
La jaló del brazo y la levantó del suelo con brusquedad lastimandola mientras ella seguía con la cabeza agachada.
— ¿Cómo está mi madre? Uno de sus hombres le clavo un puñal — Alexandra tenía que pensar en María, su madre, lo único que le quedaba.
Matías giro la cabeza, miró a todos los soldados y concejeros presentes, esperando una respuesta para la chica.
— Murió, es una Omega no resistió un ataque similar — Respondió Lucrezia, quizás la única que no podía temer al Alfa, era su hijo.
Alexandra soltó un grito de agonía que estremeció por primera vez el corazón del Alfa, Matías sintió aquella pena como propia, no le interesaban los Omega, le parecían lo más bajo de la cadena, le causaban asco, pero por primera vez sintió lastima.
—¿Quien fue?— pregunto en un tono sereno, casi parecía que su enojo estaba metido en su pecho.
Aquel soldado ruin levantó la mano, esperando una felicitación, no sentía remordimiento, había cumplido con la orden del concejo.
Matías tomó la mano de Alexandra, le pasó su daga personal, tallada por la misma Diosa Luna para uno de los guerreros más fuertes de la manada Moonligth y que pasó de generación en generación hasta sus manos.
Una daga de inscripciones celtas, hecha en una plata brillante, con una magia especial para que el verdadero líder de la manada la usará.
La puso en las manos débiles y cansadas de aquella joven, se acercó hasta donde ese lobo que había matado a su madre.
— Te doy mi autorización, matalo — Dijo el en un tono suave en su oído.
Alexandra recordó que aquel lobo enterró su espada en el estómago de su madre, que solo buscaba defenderla.
Todos estaban horrorizados al ver a Alexandra, una simple Omega con el poder que le había ofrecido Matías.
Ella tomó un poco de aire, y giro directamente donde estaba el Alfa, colocó la daga en el cuello de Matías.
— No hay Otro culpable que tú — Alexandra estaba decidida en acabar con la vida de Matías, el mismo que ocasionó el domino que destruyó su vida.
Los guardias se acercaron con sus espadas, estaban dispuestos a matarla pero Matías levantó la mano, ordenó que se quedarán en su lugar.
— Hazlo, acabe con tu matrimonio, con tu familia, no tienes nada, me matas y mueres por mis hombres, sería poético, pero debes aceptar que te abrí los ojos al amor falso de mi hermano — Matías la miraba con sus ojos como dos tempanos de hielo.
Su frialdad solo demostraba que su pecho solo podía tener el mismo frío concentrado en el corazón, su sonrisa burlona y su mirada retadora le daban ese aire de soberbia.
— No ... No puedo —
Alexandra se quebró, soltó la daga y lloro a abatida en el suelo, odiaba no tener la valentía de acabar con Matías.
Matías agarro la daga del suelo y el la enterro en el vientre del guardia responsable de la muerte de la madre de Alexandra, ante los ojos incredulos de los demás, incluida Lucrezia.
— Que está sea una lección, nadie debe obedecer a nadie más que no sea yo, su jefe Alfa — Matías sabía que aquella orden jamás salió de sus labios.
Era la primera vez en muchos años que la fiesta de la luna no se llevaba acabo, todos esperaban a los novios que nunca aparecieron.
El rumor empezó a decirse de boca en boca y a llegar de oído en oido en la manada de lobos, con un atenuante delicado.
— Al parecer Alexandra no era pura, Marco la rechazó porque no era virgen —.
Un chisme sacado de conclusión banales, de murmullos en el pueblo, para todos Alexandra era una impura.
Pero no solo era por el hecho de ya no ser virgen, era por el hecho de perder la oportunidad de casarse con alguien superior siendo una Omega, lo perdió por libertinaje.
Por orden de Matías, al alba se llevaría a cabo el tributo a María, generalmente cuando una Omega moría solo se enterraba en la parte más alejada de la ciudad, pero Matías ordenó que se le realizará un ritual como si fuese de la casa lobil líder.
Algo que disgusto por completo a Lucrezia pues sentía que baja la categoría de su linaje, y de su poder.
Alexandra estuvo encerrada toda la noche en la habitación de su ahora ex prometido, sus ojos estaban llenos de lágrimas pensando en el dolor absoluto de su vida.
Se había quedado sin nada, solo con el recuerdo de la muerte de su madre, y el dolor de darse cuenta que el amor de su vida solo era una fantasía.
Matías ordenó que le llevarán un vestido negro para despedir a su madre a Alexandra, quería reusar a ponérselo pero lo único que tenía era su vestido roto de novia, así que accedió.
Al llegar la gente solo susurraba, era la rechazada de la ciudad, Alexandra se acercó hasta el cadáver de su madre, la abrazo mientras las lágrimas parecían no dejar de salir de sus ojos.
—¡Por favor ayúdenme!— le pedía a su manada, a los Omega, los mismos que solo agacharon la cabeza.
El cuerpo de su madre fue acercado al río, encendieron fuego a su alrededor mientras esté se alejaba.
Alexandra sentía que su corazón no resistía, pero lejos de recibir el apoyo de quienes fueron sus amigos un día, solo encontró el desprecio de sus miradas.
— Señor, jefe Alfa, le pedimos que destierre a la loba Alexandra Spencer, es impura, no la queremos en nuestra tierra — dijo una de las mujeres que estaba celosa desde hace tiempo por la buena fortuna de la belleza de Alexandra.
Los ojos de Alexandra se abrieron, miraba a todos lados, y no encontró apoyo, solo despreció de los Omega, los mismos que hace tan solo un día estaban felices por su boda.
Matías no sabía que decir ante está petición, y Lucrezia de nuevo tomo la palabra
— Ella irá con nosotros y el concejo tomara una determinación —.
Amarraron las manos de Alexandra, ya no era una loba de respeto, ahora era prisionera.
La llevaron a la prisión dentro de la casa, una celda fría, de cemento, con una cama de piedra y una cubeta de madera con un poco de agua estancada que tenía un turbio color.
Lucrezia quería acabar con ella
— Nadie la va a aceptar, es una loba no pura, a pesar que fue tomada en el derecho de pernada, Marco se arrepintió y por ende su pureza no sirve de nada —.
Cuando se encontraba que una Loba no era virgen antes de casarse, decidían que lo mejor era desterrarla y venderla a otra manada en calidad de esclava.
Era su castigo por no respetar los designios de la manada y sobretodo de la diosa Luna que admiraba a las lobas por su pureza.
Matías no decía nada, solo observaba por la ventana el otoño llegar con la caída de las hojas de los árboles, mientras fumaba un cigarrillo y pensaba en ella.
La vida de esclava era lo peor que le podía suceder a una loba, así que ordenó al concejo que ellos tomarán la decisión.
— Quiero dormir, aceptare lo que ustedes decidan — fueron sus últimos palabras antes de irse a su habitación.
Lucrezia les pidió a los hombres del concejo Delta, venderla como esclava de inmediato a la manada Blackmoon.
Todos accedieron, lo que sucedió era una vergüenza para la casa Lobil, el escape de Marco era una manera cobarde de no respetar a su hermano.
Lucrezia bajo al sótano donde Alexandra estaba encarcelada con cadenas como si se tratase de una criminal.
— Tu juicio fue destinado, a partir de hoy serás esclava, partiras de inmediato a la manada Blackmoon — sonrió Lucrezia con altanería — Debiste alejarte de mi hijo —.
— Debería matarme, no le convenga viva y créame que se porque se lo digo, Soy una Omega debil, lo más bajo de la clase social, lo peor asquerosidad que le pasó a su familia, pero una Omega herida puede volverse la peor pesadilla de un Alfa — Dijo Alexandra.
PRISIONERAMarco se puso en la cima del risco más alejado de la ciudad, alzó sus brazos mientras el viento movía su cuerpo, quería lanzarse.Había tenido el peor pensamiento, acabar con su vida, con la miseria que era no ser su hermano, perder el amor de la mujer que amaba.Los árboles sonaban a su alrededor, las hijas chocaban entre ellas mientras este pensaba en que nadie extrañaría su final.Era un cobarde, pensaba que este era el final de una persona como el, que nunca había podido defender sus propios derechos.Solo se sento en ese mismo risco y empezó a llorar, sabía que después de lo que había hecho, Alexandra nunca lo perdonaría.Y no estaba equivocado, Alexandra lo aborrecía por su falta de valentía, de amor y de compresión.Matías por su parte, se encerró en su habitación, tomó un libro que su abuelo le había regalado cuando aún era un niño, y le recordó que allí encontraria las respuestas para ser un buen líder de manada.Pero aquellas páginas no le daban la respuesta o por
BLACKMOONLa manada Blackmoon y la manada Moonligth habían sido manadas hermanas desde hace siglos.Había una rivalidad no escrita entre las dos, pero a la vez sabía que dependían la una de la otra, para subsistir.Comercio, armas, todo lo necesario para llamarse aliados estratégicos, la una dependía de la otra.Las manadas tenían una vieja rencilla sobre quién era la mejor, pero a la vez sabían que una guerra era estúpida.Además Leonardo y Luciano, el padre de Matias y Marco, siempre fueron amigos y esto era un tratado de paz irrompible entre hijos.Leonardo, era el líder Alfa lobil de la manada Blackmoon, estaba algo mayor, su cuerpo estaba fallando pero el se resistia en dejar el poder.Anthony su hijo, no era el líder que el esperaba para su manada, era frío y hostil, bastante bárbaro y cruel con los inferiores.Para el lo único importante era resistir hasta tener otro heredero, ya que solo tenía a Anthony y a una hija, Cassandra, que por ser loba no podría ocupar su lugar.Antho
EL TIEMPO PERDIDOLucrezia ordenó a los mejores médicos de la manada que le dieran la mejor atención a su hijo, no iba a permitir que Marco falleciera por culpa del amor a una Omega.Lucrezia siempre había sido una Loba arrogante, interesada hacía el poder, quizás si su hijo hubiese muerto en una guerra no le dolería tanto como ver su destrucción por una Loba Omega.Matías se sentía culpable por el estado de su hermano, y eso era un gran avance en sus sentimientos, teniendo en cuenta que antes no le hubiese importado ver a su hermano destruido.Algo había hecho Alexandra en su vida, que le hacía sentir algo distinto en su corazón, algo que le hacía sentir más sentimental y odiaba eso.— Quiero ver a Alexandra — Marco se despertó, su rostro estaba algo maltratado por el sol, su alma estaba rota como su propio espíritu.Lucrezia se miró de reojo con Matías, este último decidio encerrarse en su habitación, la culpa y ese sentimiento que describía como una mancha en su pecho, que no podía
MARCAR EL FUTUROMatías siente como su rostro se desencaja de inmediato al recibir aquella noticia, Anthony es un gran mentiroso.Inventa que Alexandra se cortó las venas al llegar a la cocina para realizar trabajos de campo, y nadie pudo salvarla, al final solo era una Omega.Matías lanzó la mesa de madera por los aires, miró con rabia a Anthony, y chasqueo los dedos para ordenar a su Beta alistar todo para irse de allí.Anthony había triunfado, era imposible que dudarán de su palabra, el era un aliado de la familia Moonligth, nadie sabía la obsesión que despertaba en la cabeza de Anthony la belleza de Alexandra.Su beta, Manolo, le cuestiona esto cuando observa que se aleja Matías en su carruaje.—¿Porque le dijiste mentiras a un Romano? Si esto se descubre, tu padre te va a desterrar — Manolo era la voz de la conciencia extinta de Anthony .— El no la tendrá para esposa, cuando mi papá se muera, Alexandra será mi esclava y Matías vera como quien quería que fuese su reina me besa lo
AÑOS DE DOLORTres años después.....Alexandra se ha convertido en alguien importante para Leonardo, no solo en su enfermera personal, si no en su mano derecha.Gracias a ella la tiranía de Anthony había Sido mucho menor, pues Leonardo había dejado en ella muchas responsabilidades de la manada.Esto no le agradaba a nadie, ni al consejo y mucho menos a sus hijos, pues estos desconocían los motivos de Leonardo.Ellos pensaban que Alexandra había embrujado a su líder Alfa, que ella con sus encantos lo manipulaba como una víbora tras el poder.Anthony estaba lleno de celos, imaginar que su padre podía tener el cuerpo de Alexandra lo volvía loco, en varias oportunidades quizo darle la misma orden, que lo viera en la intimidad con Esmeralda pero Alexandra solo recibía órdenes de su líder.Esmeralda había quedado en su rostro con aquella cicatriz, perdido los beneficios de Leonardo, y solo debía confirmarse con ser la amante de Anthony y esperar que esté cumpliera su promesa.Quería venganz
COMPROMISO Alexandra sintió un enorme escalofrío en el pecho, sabía que había llegado su momento, no dudo un solo segundo en aceptar ser la compañía de Cassandra.Las imágenes de su tragedia se repetían en su cabeza como un torbellino de emociones, la rabia, la ira, el dolor y todo lo que le provocan los Romano se revuelve en su estómago.Anthony es el primero en decir No, el puede permitir que los Romano se enteren de la verdad, pero Leonardo es específico, cumplirá la voluntad de su hija por el enorme sacrificio que hará.Cassandra debería empezar a empacar su maleta de inmediato al igual que Alexandra y Luna, su ayudante y quién sería empleada de las dos lobas en su estadía.La rosa y una carta positiva llega a la casa de los Romano, el concejo Moonligth abre los ojos ante la posibilidad de conseguir a una futura matriarca que cumpla con sus estándares.Casandra no solamente, dará a luz a uno de los alfas más fuertes que hayan visto, debido a la descendencia de su sangre, sino que
Alexandra sentía que sus manos temblaban, acababa de llegar a la gran casa Blackmoon la carta para la invitación.Se les haría una fiesta de bienvenida, para presentar a Cassandra como la nueva matriarca de la manada Moonligth.Alexandra sabía que en ese momento se iba a encontrar con las personas que marcaron su pasado, no solo Marco y Matias, si no aquellos cobardes que no movieron un dedo por ella.Estar frente a las personas que un día marcaron su tragedia, y recordar los rincones más felices y tristes de su vida.Leonardo le pidió ir a su habitación.—¿Estás segura de ir a ese lugar? Se que para ti es difícil enfrentar está situación y no quiero ponerte en un terrible predicamento — Leonardo deseaba cuidar a Alexandra, pero a la vez la había entrenado en estos años para este momento.— Lo dijiste, me entrenaste durante estos años para mirar a la cara a mis verdugos, ahora ellos verán a una Omega diferente, la que me enseñaste ser — Alexandra ahora se sentía fuerte y segura.No le
LA DAMA NEGRAAlexandra deslumbraba con su propia belleza y elegancia, estaba lejos de ser la misma Omega de antes.Sentía que su pecho daba mil vueltas, pero sabía que debía ser fuerte para superar el daño que le habían hecho y vengarse, su principal meta.—¿Que significa esto?— Matías sentía que su garganta titubea, es la primera vez en su vida que se siente intimidado.Ella no responde nada, solo decide hacerse a un lado y le pide a Matías con algo de frialdad que ayude a bajar a Cassandra.Matías mira a todos lados, busca la mirada de su madre y la de Marco esperando una explicación de lo que está sucediendo.Casandra sonríe mientras toma la mano de su prometido — Es un honor para mí estar aquí, a tu lado — sonríe con nerviosos y algo de intranquilidad.Matías le da un beso en la mano, es algo frío pues aún no sale de su asombro por la presencia de Alexandra.Marco de inmediato intenta acercarse a ella, tienen que hablar de lo que sucedió entre los dos, necesita saber que todo lo