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May notó que algo andaba mal con William Horvatt cuando este ingresó al salón y se encaminó a su escritorio sin mirar a ninguno de sus estudiantes, ni siquiera a ella.
Abstraído como parecía que estaba, cogió su tablet y, de nuevo, sin mirar a ningún lugar en específico, comenzó la clase hablando brevemente de la ética profesional, algo que no tenía nada que ver con el tema que habían tratado la clase anterior.
May, preocupada como estaba, no pudo concentrarse en sus palabras. El vacío de sus ojos negros la tenía absorta y deseosa de saber qué ocurría con él. Cuando la clase finalmente terminó, ella se levantó de un brinco y fu
...May envió un mensaje a William a eso de las diez de la mañana."¿Cómo te sientes hoy?"La respuesta llegó casi media hora después. May se sorprendió de lo conciso del mensaje."Con un horrible dolor de cabeza" Pensó en preguntarle por qué, pero no tenía mucho sentido escarbar cuando alguien no deseaba hablar. Si él así lo hubiera querido, le habría dicho algo más.Dejó el teléfono a un lado y cogió su vaso de café. Mientras le daba el primer sorbo vio a la novia de Will
...May corrió a la puerta cuando oyó el timbre. Algo le decía que se trataba de William Horvatt.Efectivamente, al abrir la puerta, se encontró con su maestro, desmejorado por una herida en la boca y en una postura encorvada de quien parecía a punto de rendirse. May avanzó hasta él y lo estrechó entre sus brazos, con tanta fuerza que él terminó por quejarse de dolor.— Lo siento — se disculpó ella, apartándose un poco — ¿Qué ocurrió?William se encogió de hombros.— Mi padre. Nos peleamos.
...Los padres de May lo recibieron sin hacer preguntas ni comentarios de ninguna clase. William lo agradeció muchísimo, porque no tenía en realidad nada muy inteligente que decir, por primera vez. ¿Soy el novio de su hija? No lo era. Tampoco estaban en una relación exactamente porque William seguía entrampado con Elena, a quien todavía no dejaba. ¿Amo a su hija y eso es lo único que importa? Podía decirlo. De hecho, lo había pensado de camino hasta allí y había resuelto que era un buen discurso, al menos para romper el hielo.Era una suerte que no hubiera tenido que hablar.May lo condujo a la habitación de invitados y le preparó la cama con esmero. William la cont
...La ropa de William no estaba hecha para el campo, así que sin duda desentonaba del resto de la familia de May Lehner al llevar puesto unos pantalones de tela, unos mocasines impecablemente lustrados y una camisa blanca planchada de forma casi milimétrica. El reloj rolex en su mano derecha era la guinda de la torta.Aun así, los padres de May no emitieron comentario alguno sobre la apariencia personal de William, ni tampoco sobre el rolex que brillaba con descaro en su muñeca. Lo recibieron con una sonrisa y le ofrecieron el mejor desayuno del mundo. Leche de vaca, pan recién horneado, y jugo de frutas cosechadas la tarde del día anterior. William devoró el pan y la leche y degustó con afán el jugo de frutas. Solo cuando hubo terminado, se percat&oa
...El domingo acabó demasiado pronto. May le propuso quedarse un día más, pero William se negó a faltar a clases a pesar de que derecho común no era su rama favorita. Lo que le gustaba, en realidad, era hacer clases, fuera de la materia que fuera. Se sentía bien exteriorizar sus propios conocimientos y compartir su saber con los demás, aunque algunos estudiantes no prestaran atención.May descubrió que la docencia era una de las pocas cosas de la vida de William Horvatt que lo hacían realmente feliz. Evidentemente, él habría preferido enseñar derecho penal, pero se había visto empujado hacia otras áreas y no poseía los conocimientos para embarcarse en ese proyecto. No todavía, al menos.
...A las dos en punto Aaron se presentó en la oficina de William. A las dos con quince, apareció May, víctima de su problema con el reloj. Ambos ya bebían café y charlaban, cuando ella tocó la puerta y se metió dentro de la oficina como alma que se la llevaba el diablo.Su respiración era agitada, tenía las mejillas sonrojadas y el cabello pelirrojo medio revuelto. De todos modos, a William le pareció que estaba muy bonita.— Lo siento, el ascensor estaba malo — esgrimió como excusa a sus quince minutos de retraso.William contempló el reloj, suspicaz.— ¿Cu&
...William detuvo el coche frente al complejo de apartamentos de May cuando eran las una de la mañana. Ansioso, descendió del coche, se cerró un poco más el abrigo pues hacía frío, y se dirigió a la entrada. Sorteó las escaleras con calma y llegó al piso de May cuando el reloj marcaba las una con diez minutos. Ante la puerta, se acomodó un poco el cabello y luego tocó.May no tardó ni cinco segundos en abrir la puerta. Parecía que había estado junto a ella, esperando ansiosa igual que él.Intercambiaron miradas y saludos. May tenía las manos juntas y estaba a punto de hacer sonar los dedos. Si se contuvo fue porque William fue hasta ella y la cogió en
...May ingresó a la cafetería y se topó con William Horvatt bebiendo una taza de café en un apartado rincón, mientras leía algo en su tablet. Su ceño estaba levemente fruncido y en la boca había cierto rictus de enfado. Pensó en ir hasta él para hacerle un rato de compañía, pero desistió de la idea porque no quería levantar sospechas de su relación.Pidió un latte y fue a sentarse a un par de mesas de distancia de su profesor. Desde allí, lo contempló mientras su rostro reaccionaba a lo que leía. Alisaba la arruga de la frente o se llevaba una mano a la barbilla, de forma pensativa. En un momento, se mordió el labio, intrigado, lo que hizo a May ahogar un suspiro. Todo en él