El silencio del CEO dejó escuchar la música de fondo del bar, él lo pensó un poco antes de responderle a su amigo. — No lo sé, nunca contemplé un matrimonio, más sin embargo a ella... ¿la amo? Lo que sé es que es la unica mujer que quiero que esté a mi lado — Sergey se estaba dando cuenta de cuanta falta le hacía Isabella, que no era que solo disfrutaba su comida, si no también su compañía. Un par de días después del nacimiento de los trillizos, habían dado de alta a la madre y los bebés, Isabella todavía no podía moverse mucho, caminaba con cuidado y solo lo hizo para llegar a la mansión Rossi Esta era la primera vez que todos se daban cuenta de lo difícil que era cuidar de tres bebés a la misma vez, una limusina los había recogido en el hospital, los bebés venían en brazos de su abuela, su abuelo y su tío, ya Isabella tenía suficiente con poner su mano sobre su herida tratando de que no le doliera demasiado en el trayecto. La recién madre se detuvo al pie de las escaleras
En la oficina de Ismael, el hombre había recibido un mensaje, uno de sus socios pedía verlo en su mansión para concluir la firma de un proyecto juntos, al CEO no le pareció extraño, decidió acudir a la Villa, era realmente una joya de arquitectura. El hombre tocó el timbre, más grande fue su sorpresa al ver que abría la puerta una hermosa joven de cabellos largos y rojizos, ella tenía unos bellos ojos verde musgo, el empresario no había visto nada igual. — Buenos días, busco al señor Robert Smith, soy el CEO mi nombre es Ismael Rossi. Fue imposible que no cruzaran miradas, los segundos se volvieron largos y silenciosos. — ¿Busca a mi padre? El está en su despacho, seguro que ya lo está esperando — La jóven desvío la mirada y se dispuso a seguro su camino, Ismael la observaba marcharse en un coche no muy costoso, se podia decir que era común y no coincidía con el nivel de su futuro socio. — Carajo, no me dió su nombre... — El hombre siguió su camino pero como si señoritas bellas
Isabella seguía esperando la respuesta de su hermano, ella quería verlo feliz, enamorado, pero al parecer los hombres poderosos y de negocios, no tenían tiempo para el amor, de verdad esperaba que encontrara una chica que lo hiciera feliz El hombre dió media vuelta para ir a su habitación, la joven madre solo pudo escuchar una frase — Creo que... si Isabella dió un pequeño grito de emoción — ¡Escuchaste Alexander, el tío puede que se nos case, ya quiero saber quién será la afortunada que se llevará ese gran partido, Ismael es un hombre extraordinario! — La madre conversaba con el niño mientras este comía y la miraba con esos ojitos tan iguales a los de su padre En la ducha Ismael no dejaba de pensar en la mañana de hoy, por un lado estaba la bella y sensual Grace, ella había dejado ver un interés en él, además le había hecho un par de cumplidos, ¿Pero... era ella la mujer que podría darle lo que buscaba? Por otro lado estaba esa chica de cabellos rojizos, su verde mirada,
Apenas Isabella pudo dejar la cama, ella se inscribió en la escuela para ser un chef profesional, al principio fue difícil combinar la maternidad con los estudios, apenas salía de clases volaba para la mansión Rossi a ver a sus hijos. — Isabella, está tarta te ha quedado deliciosa, estoy seguro que vas a graduarte con honores. — Gracias chef Montgomery, esto es gracias a lo que usted me ha enseñado — La joven Rossi sonrió, la ponía muy feliz saber que estaba haciendo las cosas bien, ella aprendía cada vez más y más, su maestro el apuesto ojiverde Francés, era su modelo a seguir. Al terminar la clase todos recogieron su recetario y salieron de su amplio salón, había de todo en ese lugar para cocinar, hornos, estufas, máquinas para hacer helados, freidoras y demás, era una prestigiosa escuela reconocida a nivel mundial la Le Cordon Bleu Academy. — (Te quedó deliciosa esa tarta Isabella....) Si al chef Montgomery le das una tarta envenenada es capaz de decir que es la mejor — P
— Con mi prometido por supuesto — Amelia sabía que todos los ojos de la alta sociedad estaban puestos en ella, todos ellos seguían pensando que su compromiso con la familia Ivanov seguía en pié, así que tenía que pedir la ayuda de su ex prometido. La mujer recorrió el salón hasta quedar justo frente al empresario ruso, a quien no había visto desde aquel bochornoso momento, ese en donde la echó prácticamente desnuda de su oficina. — Señorita Estrada, que sorpresa verla por aquí — Adrián De Luca saludó por cortesía, parecía que su amigo no tenía intenciones de hablar con ella. — Recibí la invitación al igual que ustedes así que pase a saludar, Sergey, ¿Por qué estás tan serio? Oye, necesito hablarte un momento... A solas. — Lo que quieras decirme puedes decirlo delante de Adrián, mi amigo es de mi absoluta confianza. Amelia se puso roja de la vergüenza y de la rabia, pero no podía darse el lujo de hacer una escena en ese momento. — Está bien, quiero pedirte que hagamos de
DOS AÑOS DESPUES Isabella había fundado su propia empresa despues de haber estudiado por tres años para ser una chef profesional. Le había tomado un año abrir su propio restaurante ayudada por el millonario fideicomiso que sus abuelos le habían heredado y un socio muy rico. Ella al fin había logrado hacer realidad su sueño combinando su pasión con ser una madre amorosa para sus hijos. — Chef Rossi, ya está todo listo en la cocina, tenemos incluso ingredientes exóticos como la trufa negra que pidió, estoy segura que su socio Apolo Valentain va a quedar fascinado con lo que vamos a servir está noche — La asistente personal de Isabella le informaba a su jefa. — Espero que Apolo y su esposa queden satisfechos con el menú que preparamos para la apertura del restaurante. él me dió total libertad para crear el menú, así que todo debe quedar espectacular. — Así será chef, Las langostas ya están listas, el caviar, el champagne, se va a lucir como nunca. Apolo y Isabella se habían vu
Sergey se había quedado clavado en su sitio, la mujer que había buscado incansablemente cada día por años, estaba justo frente a él, ella lucía muy hermosa, se movía como toda una profesional que sabía hacer su trabajo a la perfección. El empresario la miraba con esos ojos de lobo sin perderse uno solo de sus movimientos, podía ver qué ella había tenido una buena vida sin él, que había seguido adelante y lo había dejado atrás, en cambio él... Se sentía desolado cada día más sin ella y sin sus hijos, pero... ella decía amarlo, ¿Qué clase de broma era esta? Cuando Isabella venía hasta ellos, el hombre la tomó por una de las muñecas para llevarla fuera de ahí, necesitaba conseguir las respuestas que necesitaba a todas sus preguntas y ella iba a responderle cada una. Isabella apenas podía salir de su shock, al principio se preguntó ¿Quién diablos era quien la llevaba de la mano? Más cuando olió su perfume y miro su espalda y sus cabellos, lo supo, era él, ese demonio la había encont
Sergey se llevaba dos dedos al puente de su nariz, estaba haciendo el máximo esfuerzo por no perder los estribos y hablar civilizadamente con la mujer que lo dejó y ahora se dedicaba a ser chef. — Estoy esperando que me respondas Isabella, ¿En dónde están mis hijos? — ¡No te lo diré, no tienes derecho a preguntar por ellos, que te quede claro que los niños son solo míos! Debo regresar a trabajar y te agradecería que no volvieras a acercarte a mí. — La mujer se dió media vuelta para marcharse, pero la latigueante voz del hombre se escuchó. — ¡No te atrevas a dejarme aquí hablando solo! — El aura de Sergey Ivanov era oscura, dominante, a Isabella le temblaron las piernas aunque trato de disimularlo, ella estaba a punto de responder pero unas vocecitas se le adelantaron. — Mamá, ¿Qué te está haciendo ese señor? ¡Alexander llama a seguridad, este señor está atacando a mamá! — Alexandro pidió a su hermano. Los trillizos aparecieron, eran hermosos, los tres vestían de traje co