Sergey dormitaba en el sillón cuando escuchó que su hijo lo estaba llamando. El niño quiso quitarse la mascarilla de oxígeno con una de sus manitas. El ruso se apresuró a llegar hasta él. — Aquí estoy campeón. Tranquilo, todo está bien. ¿Cómo te sientes? — Estoy cansado, me dolía mucho la cabeza, también me dolía el pecho. ¿Dónde está mamá? ¿Dónde están mis hermanos? En ese momento un par de ojos los veían desde el marco de la puerta, Los otros dos mellizos se quedaron impresionados al ver a su hermano en esa cama conectado a un aparato. — ¡Aleksey! ¿Qué te pasó? — Alexandro corrió a la cama hasta parar cerca del otro niño. — Espera Alexandro. No podemos moverlo. Aleksey presentó un cuadro de neumonía pero va a estar bien. — Pero... ¿Qué es eso que tiene en la mano? ¿Tiene una máscara puesta en su nariz. ¿Se va.. él va a morir...? — Claro que no, solo está un poco enfermo. Aleksey no va a morir. Ahhh... Ven aquí, siéntate en este sillón. Dejemos que el médico re
Isabella alcanzó a escuchar las palabras de su pequeño, a ella se le hizo chiquito el corazón. ¿Entonces eso era lo que su hijo deseaba? — Ya estoy aquí, Alexandro come tu desayuno. Tienes que alimentarte bien para que crezcas guapo y fuerte... — ¿Cómo papá? Mamá, ¿Ya viste como es de atractivo nuestro padre? Otro como él tan elegante y sofisticado no hay en este mundo. — El tío Apolo también es muy apuesto, elegante y muy bien preparado. — Argumentó la madre. — Si pero el tío ya tiene una esposa y un juego de trillizos, él ya está apartado, mamá. Fuera del tío la mejor opción es papá, ¿Ya viste su estilo? ¡Es perfecto de los pies a la cabeza! — El pequeño Alexandro le echaba porras a su padre. Isabella trataba de no mirar hacia el CEO. Aunque su hijo tuviera toda la razón, nadie en el mundo se podía comparar al atractivo masculino de Sergey. No por nada había estado enamorada de él por tanto tiempo. El niño era como un regordeto cupido que hacía su trabajo bastante bie
Un rato después, el CEO bajó con Griselda en brazos, ya el mayordomo Luis lo esperaba con una reluciente silla de ruedas. — Señor está lista. — Gracias Luis. ¿Quieres dar un paseo por el jardín, Griselda? — ¿Qué...? ¡Claro que sí, esto es genial, súbeme, súbeme, solo lo he visto por la ventana de tu habitación, vamos ya! — La bella ojiverde estaba muy emocionada. — Calma, calma, ya vamos. Pero que impaciente es señorita Smith. — Isamel puso cuidadosamente a la chica en la silla y después de acomodar su tobillo, él mismo la empujó. El ver como sonreía la mujercita de cabellos rojizos lo complacía. El paseo se puso romántico, Griselda tocaba todas las flores que podía mientras miraba a Ismael. Sus azules ojos eran como dos hielos que ella estaba comenzando a adorar. El CEO Rossi le sostenía la mirada con un brillo especial en sus pupilas. Esa hermosa mujer de grandes ojos verdes y vivaces se le había metido bajo la piel y en su frío corazón. — ¡Pero que hermoso es es
Mientras se arreglaba en su habitación, Isabella no podía dejar de pensar en las palabras del CEO ruso. Sabía que no debía pensar en él de esa forma. Pero su sola cercanía, su aroma varonil, su penetrante mirada. La desarmaban por completo muy en contra de su voluntad — ¡No Isabella, recuerda que estás molesta con ese hombre que se llevó a los trillizos sin tu permiso! El no te puede volver a gustar. — La madre no quería dejarse llevar por sus sentimientos, ella estaba decidida a resistir y no olvidar lo que una vez le hizo tanto daño. Antes de salir de su habitación, Isabella se sorbió la nariz y secó la comisura de sus azules ojos. Su traicionero cuerpo deseaba los besos y las caricias que en el pasado la hechizaron por completo. Apenas llegó a las sala de filmación y cocinas, Oliver la recibió con una sonrisa. — Isabella. ¡Si viniste, por un momento llegué a pensar que no te presentarías a competir! — Te confieso que estuve a punto de no presentarme, quería quedarme
Unos segundos antes de que los ganadores fueran. anunciados, al CEO Ivanov le llegó un mensaje. Este era de su asistencia personal. — CEO Ivanov, Iba a buscarlo para decirle que el pequeño Aleksey despertó y preguntó por usted, pero el señor Apolo y los trillizos lo tienen entretenido. Escuché que... Ese chef francés compró el primer lugar de la competencia. Sergey apenas leyó el mensaje levantó la vista para mirar hacia donde estaban los chefs finalistas. — Los ganadores son.... ¡La chef Rossi y el chef Montgomery! ¡Muchas felicidades, son los vencedores de esta dura competencia! El premio de diez millones de dólares les fue entregado simbólicamente en un enorme cheque. el original les sería entregado al terminar la grabación. Los aplausos y Vítores no se hicieron esperar, Alexander y Alexandro se pusieron de pie para aplaudirle a su madre, el CEO también le aplaudió, más en su cabeza seguía pensando en el mensaje que recién había recibido. — ¡Lo hicimos Oliver, ganamos
Apenas estuvieron alejados de los reflectores y todas esas personas. Isabella se detuvo un momento. — !Sergey, no debiste hacer esto! !Este concurso es muy importante para mi carrera y la de Oliver! Ahora me verán como una chef problemática, coqueta e irresponsable. — La bella mujer estaba bastante enfadada. — Todo eso, las cámaras, el dinero, la fama, nada es tan importante como el que nuestros hijos no pasen hambre. Míralos, están famélicos. En realidad los dos niños estaban muy bien alimentados y lucían un poco regordetos. Pero aún así Alexandrito hizo ojitos de borrego perdido. — Mamá, ¿Ese concurso te importa más que yo que soy tu bebé? Dímelo sinceramente. — El niño que seguía en los brazos de su padre entrecerraba la mirada. — Por supuesto que no, sabes que mamá te ama muchísimo. — ¿Más que a nada en el mundo? — Volvió a preguntar el bodoque. — Más que a nada en el mundo es que te amo a ti y a tus hermanos. El niño sonrió, Alexandrito adoraba los cariños. Más se
Con cuidado y cariño el padre alimentó a su hijo. Fué poco lo que Aleksey comió y estaba bien. Solo un poco bastaba por el momento. — Papá, ¿Qué es esto que tengo puesto en la mano? — Es una intravenosa para que te pasen el medicamento, el cambio de clima hizo que te enfermaras. Te dió neumonía pero ya estás mejorando, eres un niño muy fuerte y muy valiente, ¿Sabías? — Pero... No voy a morir, ¿Cierto? — ¡Dios no...! Claro que no vas a morir. ¿Qué cosas dices? Tú vas a vivir muchos años. Ahora vuelve a dormir, debes descansar para que tú cuerpo se recupere, voy a abrigarte bien. — Mamá, es muy temprano para dormir, ¿Puedo jugar en mi celular un rato? — Alexandro, obedece a mamá, ella ha tenido un día muy pesado, no le des más batalla. — Alexander regañaba al inquieto de su hermano. — Asshhh... solo preguntaba si podía jugar un ratito, pero si no se puede entonces me voy a dormir. No sé por qué eres tan gruñón, Alexander. — El niño que ya tenía el pijama y calcetas puest
Isabella miraba fijamente a los ojos a Sergey, él estaba haciendo justo lo mismo, se había perdido en el bello rostro de la hermosa chef. — ¿No vas a responder? ¡Lo sabía, ni siquiera tu tienes idea del por qué haces esto! Me tenías a tus pies y no me valoraste, ahora que estoy lejos de tu alcance me quieres de vuelta, ¿Pero sabes qué? Es muy tarde para eso, lo que una vez te dí jamás te lo voy a volver a entregar, no soy una mujer con la que puedas volver a jugar, quédate con tu fría forma de ser, con el poco amor que tienes para dar, yo no lo necesito. Isabella se puso de pie para irse, Pero justo en ese momento Sergey la tomó de la muñeca. — ¿Qué no es obvio? Desde que te fuiste he padecido como un condenado tu ausencia. Extraño tu cariño, esa forma de mirarme con tanto amor... extraño tu amor, me hace tanta falta como necesito respirar para vivir. Eso cambió. Isabella estaba sin palabras. Jamás esperó que algún día escucharía a ese frío CEO ruso declararle su amor. El s