SONRISA ENCANTADORA
-¿Qué se supone que va a pasar ahora?
-Será mejor que estemos listos para buscar otro trabajo.
-¡Agh! Llevo tantos años trabajando en la finca que no me gusta la idea de irme. -El viejo Tom acomodó su abrigo por la brisa fresca de la madrugada.
Isa se cruzó de brazos detrás de los dos trabajadores y se quedó allí escuchándolos atentamente, esperando que notaran su presencia.
-Pobre la Señorita Isa…
-¿Por qué pobre de mí? -Preguntó dándole el sustos de sus vidas, contuvo con esfuerzo la sonrisa divertida cuando aquellos hombres se tomaron el pecho mirandola, como culpandola que casí escupieran el corazón.
-Nos enteramos de que aquel hombre que vino hace unos días compró parte de la finca.-Dijo el viejo Tom apenado por la conversación.
-Es mentira. -Aseguró, pero aquellos hombres no se vieron muy convencidos. Pateó una piedra guardando las manos en sus bolsillos. -Si eso pasara les diría a mis empleados… Vamos a trabajar ahora. -Pidió sin ganas de entrar en el tema.
“Ayer seguro estuve hablando muy fuerte si los trabajadores se enteraron”
Isa les repartió las tareas que se debían hacer en el transcurso de la mañana y se fue a los establos.
-Buenos días, preciosa. -Dejó la mano en el aire esperando que su yegua acercara su cabeza por la caricia. -Roci, hoy tenemos una caminata temprana. -Avisó preparando la silla de montar sobre su lomo, cepilló y trenzó las clinas y se montó. -Vamos a ver las hectáreas que ese feo hombre quiere comprar. -Dijo en voz juguetona a su yegua y comenzó a trotar por el sendero.
Después de aquella reunión tan desastrosa, Isa había conseguido información gracias a su amiga. Emma era una columnista en el The Kansas Journal, periódico semanal de gran relevancia en el estado de Misuri. En la situación actual necesitaba de un buen abogado y su amiga seguro conocería a alguien para la tarea… en trabajos como el de periodista conoces a muchas personas y te haces de contactos en el medio, eso le había dicho Emma, junto a un “déjalo en mis manos” con mucha seguridad. Eso había hecho Isa, se lo había dejado a ella para ver la parte legal de todo el tema, pero ya habían pasado tres días y se estaba poniendo muy ansiosa… Ante este sentimiento y la impotencia de no poder hacer nada es que se le ocurrió ir a los terrenos que aquel hombre le exigía.
La finca era muy extensa y le llevó unos treinta minutos a trote llegar. A lo lejos notó unas maquinarias muy grandes excavando a más de dos kilómetros de distancia del límite con sus terrenos.
-Oh oh. -Calmó a su yegua frenando el galope al llegar, su muñeca marcaba las 7 am, notó que el cercado de los límites estaban en mal estado, algunas maderas viejas y otras que se habían desprendido, no era un problema, ya que sus animales no pastaban en esa zona, pero ahora necesitaba arreglarlos si no quería intrusos de su lado.
Lo recorrió de extremo a extremo contando cuánto material iba a necesitar, se había bajado y caminaba tranquila con su caballo detrás cuando notó un Jeep acercándose a gran velocidad, levantando la tierra a su paso.
-¿Y ahora qué? - Isa se acomodó su sombrero, el sol no estaba tan arriba para necesitarlo, pero si quería evitar que su cara delate su desagrado sería mejor que estuviera en su cabeza. -Estoy en mis tierras. -Le dijo a Roci, como si ella pudiera estar de acuerdo.
Ignoró el vehículo y siguió su tarea, pero pronto la nube de tierra la cubrió y vio el Jeep a su lado frentando. Tosió un poco y agitó el sombrero como abanico para correr la tierra de su rostro enojada.
-Mira nada más. -Aquella voz la reconoció de inmediato. Isa se colocó el sombrero y siguió caminando. -Ya sabía que no tenías muchos modales, pero el buenos días todo el mundo lo conoce. -Aquel tono sarcástico.
-Buenos días Sr. Sader. -Se limitó a decir ignorando la provocación.
-Sí, son buenos días para mí. -Isa levantó la vista del cerco al notar tanta jovialidad en su voz y fue que notó el atuendo de aquel hombre.
-Puff. -Carraspeó su garganta escondiendo la risa que le dio al ver prendas tan elegantes para el campo. -¿Por qué está tan alegre señor? hasta donde sé, aún no le vendo mis terrenos. -Logró borrar aquella sonrisa, pero no tardó en adoptar una actitud arrogante.
-Bueno, hoy estoy supervisando el comienzo del gran complejo. -Isabela miró en la distancia nuevamente. Una zona de campo de lujo, sus tierras pasarían a tener un lindo césped para millonarios que jugarían golf en él, eso sí este tipo llegaba a tener razón con los papeles que le había presentado. -Ver el proyecto en marcha me da esperanza de poder llegar a un acuerdo con la Srita.- Isa enarcó una ceja sospechando por la amabilidad que desprendía ese hombre. Este le sonrió tan abiertamente, que no pudo evitar ablandarse un poco. Tal vez lo había juzgado con apuro y ese día no se encontraba para negociar, sí las personas con grandes empresas deben estar muy ocupadas y cargados de estrés pensó. Pero ese John Sider parecía otra persona, derrochaba sonrisas y amabilidad que no pudo evitar pensarlo.
"Es un hombre muy apuesto"
-Es hora que me marche... Sr. Sider. -Dijo a modo de saludo tocando su sombrero y puso su pie en el estribo subiendo de un salto.
-¡ESPERE!- Aquel hombre regresó a su Jeep rápido y aunque le era extraño, Isa esperó curiosa.
Cuando regresó, Isa se acercó a la cerca con Roci para aceptar el papel que el hombre le extendía con una sonrisa de ganador.
-¿Qué es?- Preguntó pensando que tal vez encontraría su número personal.
-El otro día di una mala primera impresión. -Isa sonrió apenada, ella también estuvo mal ese día. Abrió el papel doblado y miró confundida. -Es un cheque en blanco, pon el precio que quieras. -Aquello lo dijo conservando la sonrisa.
-Arrogante.
DESVENTAJA-Arrogante. -Decidió fingir que no la había escuchado, su buen humor llegaba hasta ese nivel de amabilidad, pero la miró sin borrar la sonrisa, con ese tipo de oferta era imposible que esa mujer continuara negándose a vender.El papel se desgarró por el medio y aquellos ojos almendrados le dedicaron el más grande desprecio. Jamás una mujer le había mirado de aquella forma, mucho menos después de ostentar su fortuna, John no podía creerlo. -Declino la oferta. -Arrojó el cheque en su dirección y dio media vuelta comenzando a alejarse en su caballo.-Maldita granjera. -Trató de no alterarse, respiro para mantener la calma, pero no pudo evitar maldecir unas cuantas veces. Llevaba más de dos años ofertando y tratando de negociar con el antiguo dueño, justo cuando había logrado un acuerdo con el viejo ¡¡fallece sin firmar!! ¿Qué pasaría ahora? No esperaría dos años más para convencer a la hija. había tardado unos meses en encontrar la forma legal para obligarla a vender, pero
PRIMER MOVIMIENTOTemprano en madrugada Isabela estaba de pie con una gran resaca. Se ocupó de alimentar a los caballos en el establo y pasó por el gallinero por el desayuno. La neblina comenzaba a verse tan baja al momento del amanecer, que parecía caminar por medio de nubes. Recordó las palabras de su amiga media borracha prometiendo que no había nada que temer. “Nada es sólido, los papeles que te dieron solo hablan de un aval entre tu padre y ellos… no estás obligada a cumplir la palabra de tu padre, pero probablemente pidan una compensación económica por los daños de romper trato, también está el dinero que recibió tu padre…era una inversión muy grande y supongo que pueden lograr exigir su devolución”Si lo que Emma había hablado con el abogado llegaba a pasar, estaría en grandes aprietos, le sería imposible seguir llevando la Finca. Se sentía agotada y superada por todo este nuevo problema y ni siquiera había comenzado la parte legal. Su teléfono comenzó a sonar como loco mien
UN EXTRAÑO EN EL PUEBLO -¡Tienes hasta mediodía, quiero toda la información de esa mujer! -Golpeó la mesa enfurecido con los papeles sobre el escritorio.-Sí señor. -Su secretario salió apresurado y cerró la oficina.-Conque tienes un abogado de tal renombre a tu lado. -Miró el logo del bufete de abogados. Goldbladtt & Asociates. Y debajo de este la firma de Jacob Stell. Un abogado con quien él y su empresa ya habían tenido problemas. El tipo era bueno en lo que hacía y ahora estaba representando a esa mujer. -¿Cómo carajos pasó esto? -Golpeteo sus dedos en el escritorio pensando en la situación. Este proyecto era una gran inversión personal para un proyecto personal que nada tenía que ver con sus empresas familiares. Su idea de crear un lujoso barrio privado para las grandes familias millonarias del medio. Con el gran río de Misuri cruzando por los campos de aquella mujer era fundamental adquirir ese rancho ganadero para extender su proyecto. Se puso de pie acercándose a la gra
VISITA INESPERADAJohn releyó las hojas llenas de datos de Isabel Walker. Habrá que elogiar a su secretario, en su búsqueda había adjuntado hasta las notas con las que había cerrado los estudios primarios y secundarios. 23 años, 1.74 cm, sus datos médicos no eran fáciles de conseguir en el apuro, por lo que continuó. Universidad incompleta, dos carreras abandonadas. Eso le había hecho negar con la cabeza desaprobando.Padres divorciados, la madre vivía en el estado de Florida, una linda casa en la costa con su actual pareja, un hermano quince años mayor que ella, un adulto basante incompetente, pensó John al notar el trabajo de vendedor por catalogo. Divorciado con un gran monto por la pensión de sus dos hijos. Sin dudas un tipo que necesitaba dinero, pensó John teniendo en cuenta al hermano, Gabriel Walker. La información económica de La Finca ya era de su conocimiento, además que en el último año el había movido algunos hilos detrás de bambalinaspara empeorar la situación de del v
UN TRATO JUSTOIsa se encontraba desbordada con tantas personas en la Finca, por un lado el viejo Tom descansaba en la sala después de haberse lastimado el pie trabajando. John Sider no parecía tener apuro por informar sobre los motivos de su visita sorpresa y ahora el sujeto que buscaba trabajo había llegado. Los había hecho pasar al interior de la casa como cordialidad, pero estaba algo inquieta de dejar a su amiga con John, no quería que el lado reportera de su amiga emergiera creando una situación tensa cuando ya lo estaba demasiado. -Tome asiento por favor. -Indicó con su mano la silla frente a su escritorio y cerró la puerta de despacho. -Es una hermosa estancia, y muy extensa por lo que pude ver de camino. -Es cierto, estamos trabajando para darle las mejoras de a poco ahora que.. -No vió necesario dar cuenta de la situación siendo que sólo estaría de paso por el lugar.. -Seré clara desde el inicio, no estaba en búsqueda de un jornalero, pero uno de mis hombres acaba de su
MIS PROBLEMAS -Parece que te das el lujo de contratar a más personas cuando tienes una gran deuda. -John sonrió altanero y comió otro trozo de pastel que Emma le había ofrecido. Isa suspiró sin ganas de atender a los ataques del hombre. -Sr. Sider ¿Qué hace aquí? -Llevó las manos a cada lado de su cadera y lo increpó. el hombre no se inmutó, parecía gozar de verla enojada. -Me llegó una carta en tu nombre, creí que querías verme. -Los ojos de Isa buscaron a su amiga y esta negó con la cabeza sin entender a qué se refería. -Gracias querida. -John le extendió el plato con su porción a medio comer. -Estaba delicioso. -Emma tuvo que recibirlo y entendió que estaba tratando de echar de la sala, por lo que cogió el plato y se marchó. - Tú amiga no se ha presentado ¿Cómo se llama?- Miró a la espalda de Emma tan serio que la pobre lo sintió. -Eso… -Que descuidada… -Emma interrumpió a su amiga y se giró con una gran sonrisa…y una gran falsedad que John notó. -Soy Emma Clern. Disculpe que
PASIONESEl cuerpo tan trabajado y sudado bajo el sol parecía brillar, Los brazos que subían y bajaban con fuerza era todo un espectáculo para los ojos de Emma. El nuevo empleado estaba cortando con solo un hacha un gran árbol seco que había estado allí desde que una gran tormenta lo había hecho caer. No molestaba al paso por lo que Isa no le había dado prioridad. Se le ocurrió ofrecerle un poco de agua fresca por lo que regresó a la casa y buscó cubo de hielo y llenó el vaso con agua, peinó su cabello y se calzó, cuando estaba por salir con el vaso en la mano se dió cuenta de lo que había hecho y se volvió a despeinar. No estaba para intentar seducir a nadie… sólo era un acto de amabilidad. -Eso se ve muy agotador. -Dijo al acercarse. Sonrió y le extendió el vaso, los hielos sonaron al momento y el hombre sonrió clavando el hacha en la madera y limpió rápido sus manos en el pantalón. -Muchas gracias Señorita. -Emma está bien. -Le quitó importancia.-Emma, aunque mataría por una c
DESGRACIANada más regresar de su viaje, Isabela fue golpeada por su realidad, la realidad donde las cuentas no llegan, los empleados piden su sueldo y las situaciones inesperadas no le dan respiro. Lo peor era que la situación inesperada estuviera frente a ella tomando un café con tranquilidad. Su hermano había llegado cuando ella no estaba y por palabras de Emma se presentó como el otro jefe de la hacienda. -Parece que las cosas mejoraron por aquí, ya no parece un maldito descampado. -Isa mordió su lengua. “No gracias a tí” fue lo que mejor se guardó. Los ojos de Gabriel parecían los de un notario público a punto de valorar un buen terreno. Todo en su hogar parecía estar a punto de salir a la venta en aquellos ojos. -Entonces ¿Viajaste a la ciudad por la oferta? - Isa sólo respondía de forma vaga, pero si quería sacárselo de encima debía ser clara. -Me reuní con el empresario… ¿Qué te trae al Nocedal? nunca antes habías regresado desde que te marchaste, no hasta que papá fallec