MALAS NOTICIAS
¿Qué había pasado? Esa mañana el sol había salido por el este como siempre ¿Porque las cosas habían tomado este camino?
-¿Entiendes lo que dice allí? -El hombre frente a ella suspiró como si estuviera tratando con una ignorante y comenzó a mirar por toda la habitación con una mueca de desagrado, como si el lugar no fuera lo suficiente lujoso para su presencia.
Isabela se mordió el interior de la mejilla callando todo insulto y mostrándose civilizada, como su padre le decía de pequeña “sólo los animales muerden, Isa” releyó el papel en sus manos con el sudor frío recorriendo su espalda.
-Esto debe estar mal, mi padre nunca pondría en venta las tierras…hemos pasado las más grandes desgracias y jamás dió el brazo a torcer con las dificultades. -Isa miró los papeles como loca esperando encontrar algo que le hiciera saber que eran falsos.
-El señor Walker tuvo una negociación previa en la que Construction SA le hizo una primera inversión. -El abogado de aquel arrogante hombre sacó de su maletín otro montón de hojas que le extendió.
-Cómo podrá ver, el Sr. Walker.. su padre recibió el dinero como buena fé para los negocios que se harían en el futuro, en especial las hectáreas que SIDER CONSTRUCTION S.A le reclama por medio del primer documento que le entregamos.
-Con una m****a a su reclamo. -Susurró sin poder disimular ni un minuto más el enojo.
-¿Disculpa? -Aquel hombre que se había mantenido altanero todo el tiempo la miró con sorpresa y se puso de pie molesto.
-¡¡Cómo escuchó!! MI PADRE JAMÁS VENDERÍA LA FINCA. VERÉ ESTO CON ABOGADO. -Amenazó tomando todos los papeles de la mesa, los llevaría a un bufete de abogados para que desmintieran a estos embusteros ladrones.
-Estas tierras me pertenecerán pronto. -Sus ojos se habían clavado en ella con tanta frialdad que Isa logró con mucho esfuerzo sostenerla y plantarse en la batalla.
-Eso esta por verse. -Dijo retadora y esa actitud tan confiada suya provocó la ira en el Sr.Sider.
-SÓLO FIRMA Y RÍNDETE CON ESTE MUGROSO.. -Calló sus palabras de inmediato cuando Isabela lo apuntó con la carpeta como si estuviera a punto de tirarla por su cabeza. -Tienes una gran deuda con mi empresa, piensa bien lo que haces. -Advirtió y se acomodó su cabello saliendo sin esperar que ella respondiera. El abogado por su parte se acomodó las gafas que se caían por el puente de su nariz y recogió con apuro su maletín poniéndose de pie.
-Nos retiramos ahora Srita Isabel. -Él sí intentó ser educado, pensó en el consuelo.
-Es Isabela. -Se quejó en un tono bajo cuando salieron de su habitación. La angustia estaba en todo su pecho presionando con fuerza. A esas alturas este era el problema menos pensado y que menos necesitaba.
Tras la muerte de su padre meses atrás, Isabela había tomado la administración de la hacienda ocupándose de todo, en el proceso descubrió que no era tan próspera y beneficiosa como ella creía. Su padre había pasado por malos momentos los últimos años, ventas de ganado que apenas cubrían los costes de su crianza, compra de semillas a precios exorbitados, muchas cuentas que pagar y poca oportunidad de generar dinero.
Desde que Isa había cogido el mando muchas cosas cambiaron, muchos de sus trabajadores no estaban de acuerdo con su forma de trabajo y fueron renunciando .
"Mejor así, un sueldo menos que pagar" le había dicho a su madre cuando le llamó preocupada, pero después de muchas complicaciones había encontrado una luz en el difícil camino, las cosas habían comenzado a ponerse en su sitio, pero ahora… ahora tenía a un tipo estirado tocando a su puerta con un papel que pretendía arrebatarle todo su arduo trabajo, el de su familia por tantos años.
-No puede estar pasando. -Se frotó la frente derrotada y se acercó a la ventana, corrió la cortina solo un poco para espiar a esos tipos afuera sin que la notaran. Aquel hombre arrogante, John Sider parecía estar echando pestes a su abogado, el pobre hombre sólo asentía disculpándose, pero eso no lo calmaba mucho… el chofer le abrió la puerta trasera del coche que esperaba por él y en ese momento el empresario miró con furia en su dirección. Isa soltó la cortina y se escondió cuando aquellos ojos parecieron notar su presencia detrás del cristal. Escuchó el ruido del motor en marcha alejándose y se relajó un poco más tranquila, vaya sorpresa se había llevado cuando uno de sus trabajadores había salido en su búsqueda por que un apuesto hombre había llegado.
-John Sider... Maldito. -Isabela no podía hacer otra cosa que maldecirle ¿Cómo continuaría los trabajos de la tarde con todo ese problema en la cabeza?
No debía perder el tiempo por lo que cogió el teléfono fijo de la cocina y marcó con apuro el número de la persona que podría recomendarle un abogado, después del tercer tono la voz chillona de su amiga la saludó enérgica y de buen humor.
-¡¡EMMA!! -Se dejó sonar lo más infantil ya que se trataba de su amiga y comenzó a refunfuñar sin darle contexto. -¿Qué voy hacer? ¿A quien caraj*os voy a contratar?
-Detente ahí y deja de llorar como perra. -Su amiga era de poca paciencia. -Ahora, explica que pasó ¿A quién quieres contratar?
-¡¡UN EMPRESARIO QUIERE MIS TIERRAS!!
SONRISA ENCANTADORA-¿Qué se supone que va a pasar ahora? -Será mejor que estemos listos para buscar otro trabajo. -¡Agh! Llevo tantos años trabajando en la finca que no me gusta la idea de irme. -El viejo Tom acomodó su abrigo por la brisa fresca de la madrugada.Isa se cruzó de brazos detrás de los dos trabajadores y se quedó allí escuchándolos atentamente, esperando que notaran su presencia. -Pobre la Señorita Isa…-¿Por qué pobre de mí? -Preguntó dándole el sustos de sus vidas, contuvo con esfuerzo la sonrisa divertida cuando aquellos hombres se tomaron el pecho mirandola, como culpandola que casí escupieran el corazón. -Nos enteramos de que aquel hombre que vino hace unos días compró parte de la finca.-Dijo el viejo Tom apenado por la conversación. -Es mentira. -Aseguró, pero aquellos hombres no se vieron muy convencidos. Pateó una piedra guardando las manos en sus bolsillos. -Si eso pasara les diría a mis empleados… Vamos a trabajar ahora. -Pidió sin ganas de entrar en el t
DESVENTAJA-Arrogante. -Decidió fingir que no la había escuchado, su buen humor llegaba hasta ese nivel de amabilidad, pero la miró sin borrar la sonrisa, con ese tipo de oferta era imposible que esa mujer continuara negándose a vender.El papel se desgarró por el medio y aquellos ojos almendrados le dedicaron el más grande desprecio. Jamás una mujer le había mirado de aquella forma, mucho menos después de ostentar su fortuna, John no podía creerlo. -Declino la oferta. -Arrojó el cheque en su dirección y dio media vuelta comenzando a alejarse en su caballo.-Maldita granjera. -Trató de no alterarse, respiro para mantener la calma, pero no pudo evitar maldecir unas cuantas veces. Llevaba más de dos años ofertando y tratando de negociar con el antiguo dueño, justo cuando había logrado un acuerdo con el viejo ¡¡fallece sin firmar!! ¿Qué pasaría ahora? No esperaría dos años más para convencer a la hija. había tardado unos meses en encontrar la forma legal para obligarla a vender, pero
PRIMER MOVIMIENTOTemprano en madrugada Isabela estaba de pie con una gran resaca. Se ocupó de alimentar a los caballos en el establo y pasó por el gallinero por el desayuno. La neblina comenzaba a verse tan baja al momento del amanecer, que parecía caminar por medio de nubes. Recordó las palabras de su amiga media borracha prometiendo que no había nada que temer. “Nada es sólido, los papeles que te dieron solo hablan de un aval entre tu padre y ellos… no estás obligada a cumplir la palabra de tu padre, pero probablemente pidan una compensación económica por los daños de romper trato, también está el dinero que recibió tu padre…era una inversión muy grande y supongo que pueden lograr exigir su devolución”Si lo que Emma había hablado con el abogado llegaba a pasar, estaría en grandes aprietos, le sería imposible seguir llevando la Finca. Se sentía agotada y superada por todo este nuevo problema y ni siquiera había comenzado la parte legal. Su teléfono comenzó a sonar como loco mien
UN EXTRAÑO EN EL PUEBLO -¡Tienes hasta mediodía, quiero toda la información de esa mujer! -Golpeó la mesa enfurecido con los papeles sobre el escritorio.-Sí señor. -Su secretario salió apresurado y cerró la oficina.-Conque tienes un abogado de tal renombre a tu lado. -Miró el logo del bufete de abogados. Goldbladtt & Asociates. Y debajo de este la firma de Jacob Stell. Un abogado con quien él y su empresa ya habían tenido problemas. El tipo era bueno en lo que hacía y ahora estaba representando a esa mujer. -¿Cómo carajos pasó esto? -Golpeteo sus dedos en el escritorio pensando en la situación. Este proyecto era una gran inversión personal para un proyecto personal que nada tenía que ver con sus empresas familiares. Su idea de crear un lujoso barrio privado para las grandes familias millonarias del medio. Con el gran río de Misuri cruzando por los campos de aquella mujer era fundamental adquirir ese rancho ganadero para extender su proyecto. Se puso de pie acercándose a la gra
VISITA INESPERADAJohn releyó las hojas llenas de datos de Isabel Walker. Habrá que elogiar a su secretario, en su búsqueda había adjuntado hasta las notas con las que había cerrado los estudios primarios y secundarios. 23 años, 1.74 cm, sus datos médicos no eran fáciles de conseguir en el apuro, por lo que continuó. Universidad incompleta, dos carreras abandonadas. Eso le había hecho negar con la cabeza desaprobando.Padres divorciados, la madre vivía en el estado de Florida, una linda casa en la costa con su actual pareja, un hermano quince años mayor que ella, un adulto basante incompetente, pensó John al notar el trabajo de vendedor por catalogo. Divorciado con un gran monto por la pensión de sus dos hijos. Sin dudas un tipo que necesitaba dinero, pensó John teniendo en cuenta al hermano, Gabriel Walker. La información económica de La Finca ya era de su conocimiento, además que en el último año el había movido algunos hilos detrás de bambalinaspara empeorar la situación de del v
UN TRATO JUSTOIsa se encontraba desbordada con tantas personas en la Finca, por un lado el viejo Tom descansaba en la sala después de haberse lastimado el pie trabajando. John Sider no parecía tener apuro por informar sobre los motivos de su visita sorpresa y ahora el sujeto que buscaba trabajo había llegado. Los había hecho pasar al interior de la casa como cordialidad, pero estaba algo inquieta de dejar a su amiga con John, no quería que el lado reportera de su amiga emergiera creando una situación tensa cuando ya lo estaba demasiado. -Tome asiento por favor. -Indicó con su mano la silla frente a su escritorio y cerró la puerta de despacho. -Es una hermosa estancia, y muy extensa por lo que pude ver de camino. -Es cierto, estamos trabajando para darle las mejoras de a poco ahora que.. -No vió necesario dar cuenta de la situación siendo que sólo estaría de paso por el lugar.. -Seré clara desde el inicio, no estaba en búsqueda de un jornalero, pero uno de mis hombres acaba de su
MIS PROBLEMAS -Parece que te das el lujo de contratar a más personas cuando tienes una gran deuda. -John sonrió altanero y comió otro trozo de pastel que Emma le había ofrecido. Isa suspiró sin ganas de atender a los ataques del hombre. -Sr. Sider ¿Qué hace aquí? -Llevó las manos a cada lado de su cadera y lo increpó. el hombre no se inmutó, parecía gozar de verla enojada. -Me llegó una carta en tu nombre, creí que querías verme. -Los ojos de Isa buscaron a su amiga y esta negó con la cabeza sin entender a qué se refería. -Gracias querida. -John le extendió el plato con su porción a medio comer. -Estaba delicioso. -Emma tuvo que recibirlo y entendió que estaba tratando de echar de la sala, por lo que cogió el plato y se marchó. - Tú amiga no se ha presentado ¿Cómo se llama?- Miró a la espalda de Emma tan serio que la pobre lo sintió. -Eso… -Que descuidada… -Emma interrumpió a su amiga y se giró con una gran sonrisa…y una gran falsedad que John notó. -Soy Emma Clern. Disculpe que
PASIONESEl cuerpo tan trabajado y sudado bajo el sol parecía brillar, Los brazos que subían y bajaban con fuerza era todo un espectáculo para los ojos de Emma. El nuevo empleado estaba cortando con solo un hacha un gran árbol seco que había estado allí desde que una gran tormenta lo había hecho caer. No molestaba al paso por lo que Isa no le había dado prioridad. Se le ocurrió ofrecerle un poco de agua fresca por lo que regresó a la casa y buscó cubo de hielo y llenó el vaso con agua, peinó su cabello y se calzó, cuando estaba por salir con el vaso en la mano se dió cuenta de lo que había hecho y se volvió a despeinar. No estaba para intentar seducir a nadie… sólo era un acto de amabilidad. -Eso se ve muy agotador. -Dijo al acercarse. Sonrió y le extendió el vaso, los hielos sonaron al momento y el hombre sonrió clavando el hacha en la madera y limpió rápido sus manos en el pantalón. -Muchas gracias Señorita. -Emma está bien. -Le quitó importancia.-Emma, aunque mataría por una c