Capítulo 04

PRIMER MOVIMIENTO

Temprano en madrugada Isabela estaba de pie con una gran resaca. Se ocupó de alimentar a los caballos en el establo y pasó por el gallinero por el desayuno. La neblina comenzaba a verse tan baja al momento del amanecer, que parecía caminar por medio de nubes. 

Recordó las palabras de su amiga media borracha prometiendo que no había nada que temer. 

“Nada es sólido, los papeles que te dieron solo hablan de un aval entre tu padre y ellos… no estás obligada a cumplir la palabra de tu padre, pero probablemente pidan una compensación económica por los daños de romper trato, también está el dinero que recibió tu padre…era una inversión muy grande y supongo que pueden lograr exigir su devolución”

Si lo que Emma había hablado con el abogado llegaba a pasar, estaría en grandes aprietos, le sería imposible seguir llevando la Finca. Se sentía agotada y superada por todo este nuevo problema y ni siquiera había comenzado la parte legal. 

Su teléfono comenzó a sonar como loco mientras entraba a la casa. Dejó la cesta de huevos sobre la cocina y lo cogió. 

-¡¡¿CÓMO PUEDES TOMAR ESA DECISIÓN POR TÍ MISMA?!!-El grito del otro lado la espantó , miró en la pantalla el número confundida. 

-¿Hermano? -Preguntó  confundida, él jamás la había llamado por eso no tenía su número registrado. 

-¡¡Qué niña tan tonta!!-Seguía gritándole a Isa. -¿Qué tan mezquina puedes ser? me he tenido que enterar por error de una persona. 

¿error? ¿de qué habla?

-Gabriel, mejor cálmate y explica que ha pasado. -Isa frotó su frente preocupada, esperaba que no tuviera nada que ver con su madre. 

-¡¿Qué ha pasado?! -Alejó el teléfono de su oreja por el fuerte grito. -Ya estoy al tanto de las ofertas que recibiste por la Finca.. 

“Con que eso era” pensó Isa entendiendo tal furia, su hermano debía estar preocupado. 

-No te preocupes Gabriel, no pienso vender la Finca de papá …

-¡¡ ESE ES EL PROBLEMA !! -Isa se enfureció al oírlo gritar otra vez.

-¿ESE ES EL PROBLEMA? -Gritó ella también. -Espero que esta llamada no sea para pedirme que venda. -Su voz sonó muy seria y enojada. ¿Cómo su hermano podía siquiera insinuar eso? 

-¡Escuché que te ofrecieron muchísimo dinero! ¿Cómo puedes negarte cuando ese lugar se cae a pedazos? -Gabriel no sabía nada. Isabela había trabajado tan duro.

-Todas las deudas estarían cubiertas, tú y yo tendríamos una buena parte también. -Su voz ahora era más tranquila, como si quisiera endulzar su oreja para que accediera.

-Piensa bien lo que haces, no sólo pienses en tí de forma egoísta. 

¡¡¿¿ELLA EGOÍSTA??!! 

Era el colmo, eso no podía dejarlo pasar, siendo él quien se había marchado apenas después del entierro dejándola sola con todo y sin saber qué hacer. 

Clavó sus uñas de la furia en sus puños.

-De todas las personas, tú mejor que no me llames egoísta. ¿AHORA QUIERES SACARLE PROVECHO A LA FINCA? ¿AHORA QUIERES QUE LA VENDA? CUANDO NADIE DABA UN DÓLAR TE DESAPARECISTE DEJÁNDOME TODO EL TRABAJO. -No se había dado cuenta que con aquellos gritos había despertado a Emma. 

La pobre se cubría con un cardigan por el frío y estaba parada en la sala preocupada por la conversación y el estado de su amiga. 

-SERÁ MEJOR QUE NO ME LLAMES, NO QUIERO ESCUCHAR UNA PALABRA MÁS SOBRE EL TEMA. -Después de cortar la llamada levantó el teléfono con ganas de tirarlo lejos. Detuvo su mano, ya que el aparato era caro como para comprar otro y lo necesitaba para el trabajo. 

-Isa.. -Su amiga la llamó y bajó la mano dejando el teléfono en la encimera de la cocina.

-No te preocupes Emma, no era nada. -Dijo ya sin muchas ganas. Su amiga pasó por su lado dejando una caricia en su espalda, reconfortante como toque de madre y cogió la canasta revisando los huevos de gallina. 

-¿Revueltos o escarpados? -Preguntó en tono gracioso. sonrió apenas como una mueca. 

-Revueltos ¿quieres café?.- Preguntó preparando la cafetera mientras Emma preparaba el desayuno y las tostadas. 

-OBVIO. 

-Sabes, el otro día aquel hombre me dió un cheque en blanco. -Su amiga revolvía en la sartén y la miró sin sorprenderse. 

-Eso hace la gente rica ¿no? -Se encogió de hombros. -¿Y qué hiciste? ¿Pensaste algún monto? 

-Lo rompí en su cara. -La risa de su amiga la contagió. 

-Bien hecho. Claramente está despreciando tu convicción. tu respuesta es no, y no cambia con dinero. -Eso le gustó mucho. 

-Se lo diré así la próxima vez.

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