A pesar de toda la atención, Brihana mantenía una sonrisa educada pero reservada. Su mirada, aunque cálida, tenía un tinte de melancolía que solo los más cercanos a ella podrían notar. A su lado, su padre, Anatoli, irradiaba orgullo. Su madre, Elena, sonreía con satisfacción, mientras que Klara, su hermana, no podía ocultar su envidia, aunque intentaba disimularla con comentarios sarcásticos.En una esquina del salón, las recepcionistas de la familia Kazcanov estaban encargadas de recibir los regalos de los invitados. Los nombres de los donantes más ricos y famosos eran pronunciados en voz alta, y cada presente parecía superar al anterior en extravagancia. Desde joyas exclusivas hasta obras de arte y relojes de edición limitada, los regalos eran un reflejo del estatus de quienes los entregaban.Sin embargo, el regalo más espectacular vino de Anatoli Kazcanov. Cuando se anunció que le había regalado a su hija un yate que llevaba su nombre y una isla privada, hubo un murmullo de asombro
El salón estaba lleno de luces cálidas y risas que flotaban en el aire, pero para Brith Cartier, todo parecía un ruido distante. Su atención estaba completamente fija en Brihana. Ella se movía entre los grupos de hombres que competían por su atención, con una gracia y elegancia que lo dejaban sin aliento. Parecía flotar en lugar de caminar, como si el suelo mismo se inclinara ante ella. Su vestido negro, ajustado y con un corte que dejaba entrever su pierna al caminar, era una declaración de poder y sensualidad. Cada vez que ella sonreía o inclinaba la cabeza para escuchar a alguien, Brith sentía un nudo en el estómago.A pesar de que intentaba concentrarse en las conversaciones que lo rodeaban, era imposible. Sus ojos siempre regresaban a ella. Observaba cómo Brihana se reía suavemente con Tiffany, quien no podía contener su entusiasmo por estar junto a su amiga. Pero incluso en ese momento, Brith notó la mirada calculadora de los hombres que se acercaban a Brihana. Algunos eran tími
En el momento justo en que Brihana daba una vuelta, Brith extendió su mano y la tomó con firmeza. El contacto fue inesperado, y Brihana, al sentir la familiaridad de su toque, supo inmediatamente que no era Esteban. Giró la cabeza, y cuando vio a Brith, su corazón dio un vuelco.Esteban, que todavía estaba en el escenario, miró a Brith con incredulidad, pero no retrocedió. En cambio, se acercó y tomó la otra mano de Brihana, creando una tensión palpable en el ambiente.El baile continuó, pero ahora era diferente. Brihana se encontraba atrapada entre dos hombres, ambos compitiendo silenciosamente por su atención. Brith, con su experiencia y habilidad, comenzó a liderar el baile con movimientos precisos y dominantes. En un momento, la levantó por la cintura, girándola en el aire con una facilidad que dejó a todos boquiabiertos. Pero Esteban no se quedó atrás. Aprovechó cada oportunidad para recuperar el control, creando un espectáculo que dejó a la audiencia fascinada.Brihana, por su p
"¿Y qué importa ahora?" respondió Brihana, alzando ligeramente la voz. "¡Nada de eso importa, Brith! Lo único que importa es que tú tomaste tu decisión. Y yo tomé la mía. Y ahora estoy tratando de seguir adelante, algo que claramente tú no puedes hacer."Brith dio un paso atrás, pero solo para girarse y golpear suavemente la pared con la palma de su mano, como si necesitara liberar algo de la energía que lo consumía. Su respiración era pesada, y su rostro estaba marcado por líneas de tensión que lo hacían parecer más oscuro, más peligroso."¿Seguir adelante?" repitió, girándose nuevamente hacia ella. "¿Es eso lo que estás haciendo con Estevan? ¿Seguir adelante? ¿Ese hombre que ni siquiera sabe quién eres realmente?"Brihana lo miró con incredulidad, y luego dejó escapar una risa amarga."Talvez no, pero sé quién eres Brith.¿Y tú sí lo sabías, Brith? —preguntó, su voz temblando ligeramente por la emoción. "¿Tú, que nunca te tomaste el tiempo de escucharme, de entenderme? ¿Tú, que siemp
"¿Qué está pasando aquí?" preguntó Maiko, su tono neutral pero con un toque de curiosidad. Sus ojos pasaron de Liam a Brith, y luego siguieron la dirección de la mirada de este último, deteniéndose en Brihana y Estevan. Una sonrisa irónica se formó en su rostro. "Ah, ya entiendo."Brith lo fulminó con la mirada, pero Maiko no se inmutó. En cambio, se cruzó de brazos y levantó una ceja, como si estuviera evaluando la situación."Si yo fuera tú, lo pondría en su lugar ahora mismo" dijo Maiko, su tono despreocupado pero con una chispa de provocación. "¿Vas a dejar que ese tipo se salga con la suya, Brith? ¿En serio?"Liam levantó una mano, interrumpiendo antes de que Brith pudiera responder."No, Maiko" dijo, su tono firme. "Lo último que necesitamos ahora es que Brith haga una escena."Maiko se encogió de hombros, pero no dijo nada más. Liam aprovechó el momento para tomar a Brith del brazo."Ven conmigo" dijo, su tono más autoritario de lo habitual. "Necesitas aire. Ahora."Brith intent
Liam y Maiko intercambiaron una rápida mirada, ambos conscientes de que Anatoli no era un hombre que aceptara un "no" como respuesta. Lo respetaban profundamente, pero también le temían, y con razón. Sin decir una palabra, ambos hombres inclinaron ligeramente la cabeza en señal de respeto y se retiraron de la terraza, dejando a Anatoli y a Brith solos.Brith, que había estado apoyado en la barandilla, giró lentamente al escuchar los pasos que se acercaban. Su rostro, que ya estaba tenso por la conversación anterior, se endureció aún más al ver a Anatoli frente a él. Sabía que esto no iba a ser una conversación fácil. Anatoli no era un hombre que hablara por hablar, y si había venido a buscarlo, era porque tenía algo importante que decir."Brith Cartier "dijo Anatoli, su voz grave y pausada, como si cada palabra estuviera cuidadosamente calculada. Dio un par de pasos hacia él, deteniéndose a una distancia corta pero intimidante. "Necesitamos hablar."Brith tragó saliva, sintiendo cómo
Su asistente, que lo conocía bien, dejó escapar un suspiro de frustración."¿Es por Sofía otra vez?" preguntó, su tono molesto. "Jefe, ella siempre hace lo mismo. Solo está manipulándote.""¡Haz lo que te dije!" gritó Brith, antes de colgar.Se subió al auto, sintiendo cómo el peso de todo lo que había sucedido esa noche lo aplastaba. Su mente era un caos, y por primera vez en mucho tiempo, no tenía idea de qué hacer.El rugido de los motores del jet privado de Brith Cartier resonaba en la pista mientras el avión despegaba hacia París. La noche era oscura, y las luces de la ciudad quedaban atrás rápidamente, pero el caos en la mente de Brith no podía despejarse tan fácilmente. El mensaje de la asistente de Sofía lo había dejado helado: ella había intentado suicidarse con somníferos, y ahora estaba en el hospital tras un lavado de emergencia. Aunque estaba acostumbrado a lidiar con situaciones tensas, esta vez sentía que todo estaba fuera de control.Sentado en el asiento de cuero del a
Al día siguiente, después de que Sofía fuera dada de alta y regresara a su casa para recuperarse, Brith tomó su decisión. Antes de abordar su avión privado para regresar, recibió una llamada de su abuelo."¿Te has olvidado de mi orden de volver a casa?" preguntó su abuelo, su tono severo.Brith apretó los labios, sintiendo cómo la presión volvía a acumularse en su pecho."No, abuelo. Estoy en camino" respondió, su voz tensa.Mientras el avión despegaba, Brith se reclinó en su asiento, cerrando los ojos. Sabía que las decisiones que había tomado en los últimos días lo perseguirían, pero también sabía que no podía seguir viviendo en este caos. Algo tenía que cambiar, y pronto.El rugido de los motores del jet privado de Brith Cartier se apagó cuando el avión aterrizó suavemente en la pista privada de su familia. La noche estaba oscura, y el aire frío de invierno se colaba por las rendijas del hangar, creando una atmósfera pesada que parecía reflejar el estado de ánimo de Brith. Mientras