Con cada paso que doy siento que estoy corriendo directo a la muerte.
Se preguntarán ¿Por qué?
La m*****a alarma no sonó y ahora me siento como un personaje de Maze Runner cuando es perseguido por los penitentes, pero en este caso, voy directo al penitente el cual es Sokolov y es que me asesinara, quince minutos tarde ¡quince! Dios se apiade de esta humilde humana pecadora.
—Mierda —susurro cuando no veo a ninguno de mis compañeros.
Creo que me dará un paro cardiaco. ¿Acaso hoy era día libre? ¿Todos están enfermos? ¿Me están jugando una broma? ¿Sokolov murió? No, no creo que sea la última definitivamente.
—Doctora Petrov que hace usted acá, ¿termino la reunión tan rápido? —Escucho a la enfermera jefe preguntar mientras se acerca. ¿Acaso ella dijo reunión? —. se siente bien de repente se puso pálida.
—No, no me siento bien Sokolov me matara. ¿De qué reunión hablas? —cuestiono empezando a inhalar y exhalar rápidamente.
—El susurro algo como de matar y accidente antes de ir al auditorio, ahora que lo recuerdo —ya hasta mi muerte planeo, sinceramente estoy pensando en irme y no volver nunca—. El hospital cambio de dueño de repente. Un empresario muy importante compro todas las acciones y necesita una reunión con todo el personal, empezaron con los internos.
¿Cambio de dueño? ¿Empresario importante?
Nikolav…
—Como se llama el empresario— que no sea el por favor.
—Creo que es Alex...Alejandro...Nikolav Ivanov, si, Nikolav.
Definitivamente mi día no puede empeorar más, ¿Por qué el idiota de Ivanov compraría el hospital? ¿Por qué tengo que verlo hoy? ¿Por qué quería besarlo? ¿Por qué tantas preguntas?
—Es mejor que vaya ya, está muy atrasada —me apura enviándome una mirada de total pena.
—Sí, nos vemos ahora —empiezo a correr—. Gracias —grito cuando estoy un poco lejos.
Diablos, que puedo decir —mi mama sufrió un ataque de ansiedad, no la podía dejar sola— no, no lo creería, mi mama está en Estados Unidos —me robaron y tuve que ir a declarar, lo siento— tampoco—mi alarma no sonó— aunque es la verdad, no podría. Mejor me quedo con que me robaron.
Se preguntarán que rayos pasa, llevo cinco minutos parada frente a la puerta del auditorio pensando que voy a decir, y no se me ocurre algo muy bueno o creíble.
—Es ahora o nunca —susurro mientras empujo lentamente la puerta. Poderes de actuación activados—. Buenos días.
Ya sabrán que tengo todas las miradas en mi incluida la del idiota y mi asesino.
—Veintitrés minutos tarde Doctora Petrov— habla lentamente Sokolov mientras me envía dagas con su mirada—. Se le está haciendo costumbre esto, tranquila que estará notificado — sonríe con arrogancia, lo que me enoja por dentro—. Reprobara el semestre al paso que va. Ya se puede retirar, le espera una pila de informes que quería para el medio día... adiós —trago fuerte y aprieto mis manos en puño para no ir, y golpearlo hasta dejarlo en la inconciencia.
—Lo siento Doctor por llegar tarde pero no controlo al destino, y me temo que no le podía decir que aplazará el robo para poder llegar temprano —inmediatamente Nikolav arruga su entrecejo, si no me cree el otro este sí.
— ¿La robaron? — cuestiona incrédulo Sokolov.
¿Acaso no puedo ser robada?
—Sí, y gracias a un buen samaritano estoy intacta, porque si el no fuera intervenido, usted estaría tratando de salvarme la vida en este momento.
— ¿Estas bien Len? — preguntan sincronizados los chicos, asiento en su dirección.
—No le creo.
Alguien no ha tenido sexo por un buen tiempo.
—Porque no creerle a la Doctora Petrov —su imponente voz hace acto de presencia.
— Tengo mis razones —si dudaba en que me odia ahora está 200% confirmado—. Ahora vaya a realizar lo que le ordene.
—La Doctora se quedará —le da su mirada intimidatoria a Sokolov — ahora busque un asiento y continuemos, no tengo mucho tiempo.
Con una sonrisa de victoria camino al lugar que me tenían reservado los chicos, son los mejores amigos, no sé qué haría sin ellos, bueno la verdad si se, me consigo otros.
Resulta que Nikolav estaba por hablar cuando yo llegue, así que no me perdí nada importante, la reunión se trató de explicaciones sobre los nuevos cambios que se darán en el hospital y para mi parecer son muy buenos también agregándole que construirán más salas de operaciones, la sala de urgencia quedara más grande y habrá nuevos instrumentos tecnológicos.
Ya se acabó la reunión y Nikolav está hablando con Sokolov por lo que veo le está advirtiendo algo
—Lena —me llama Lara —. La alarma no sonó —me afirma tan bajo que solo yo puedo escuchar.
— ¿Acaso no puedo ser robada? — pregunto indignada de que no me crea.
¿Tan mal actúo?
—Si claro que sí, pero eres Lena Petrov, si eso hubiera pasado no estarías así de tranquila. No te acuerdas como estabas cuando paso lo de tu casa —ruedo los ojos.
—Claro que me acuerdo, pero, ¿Cómo estaría según tú? — veo como Andrés y Tamara se acercan
—Estarías tirándole indecencias a cualquier ser que se te acercara y no le fueras respondido tan amablemente a Sokolov —afirma Andrés.
—Además de estar en la comisaria exigiendo que se haga justicia mientras sufres un ataque de ira — termina Tamara.
—Ok, está bien, no discutiré eso —llevó las manos en señal de derrota—. Pero en mi defensa era eso, o que mi mama sufrió un ataque de ansiedad.
Reímos todos. Cuando estábamos a punto de dejar el auditorio sujetan mi muñeca.
—Necesitamos hablar —me volteo a mirarlo.
—No tenemos nada de qué hablar señor Ivanov —Hace un movimiento con la cabeza al tipo que siempre está con él para que se retire y junto con ellos mis amigos.
—Solo son unos minutos.
—Tengo informes que hacer.
—Ya arreglé eso —cierra la puerta con seguro.
— ¿Para que el seguro?
Me violara y estaré feliz por ello.
—No quería interrupciones —confirmado me violara—. Solo hablaremos Lena— explica con un tono burlón.
— ¿Qué quieres? —inquiría tratando verlo fijamente sin sentirme intimidada por ese par de ojos azules.
— A ti —empieza acercarse—. En mi cama —su pecho toca el mío—. Debajo de mi — inclina su cabeza mientras sus manos sujetan mis caderas—. Gimiendo mi nombre —susurra en mi oído—. Mientras te embisto como nunca antes te lo habían hecho —una corriente eléctrica me atraviesa por todo el maldito cuerpo, haciendo que un pequeño gemido se me escape—. Quería muchas cosas señorita Petrov.
Me es incapaz de responder mientras él se encuentra tan cerca. Su perfume varonil está inundando completamente mis fosas nasales, llevándome a una especie de transe imposible de salir.
—Parece que la he dejado sin palabras, pero me temo que ese solo es el comienzo —me acorrala contra la pared—. He querido hacer esto en toda la m*****a reunión.
De un momento a otro, tengo sus labios sobre los míos en un beso exigente, fuerte y ardiente. Duro unos segundos hasta que me recompongo de aquella sorpresa, empiezo a besarlo, llevando mis manos a su pecho y cuello, su lengua empieza a explorar toda mi cavidad bucal y se empieza una batalla de quien tiene el mando con la mía, ganando el idiota, sus manos viajan por toda mi espalda terminando en mis piernas alzándolas. Capto el mensaje y las enrollo en su cintura. Este beso sin duda está en el puesto número uno.
—Es usted una exquisitez señorita Petrov —confiesa entre jadeos. Su boca baja a mi cuello dejando pequeños besos húmedos.
—Lo sé —susurro—. Nikolav —gimo mientras se rozan nuestras partes. Empieza a simular pequeñas embestidas y mi poca cordura se va al carajo.
—Dime Lena —me besa—. dime que quieres y te lo doy —termina mordiéndome el labio inferior.
¿Qué quería? joder lo quería a él, quería su polla en mi vagina
—Quería tu p…— me veo interrumpida por el sonido del celular avisándome que hay una emergencia. Automáticamente me lleva a la realidad, estoy en el hospital apunto de tener sexo con Nikolav, ¿qué me pasa m*****a sea? —. Me tengo que ir, él deber me llama —me bajo de él y empiezo arreglarme, Nikolav solo se queda mirándome fijamente—. Adiós.
Le quito el seguro a la puerta y cuando estoy por salir habla.
—Un adiós no Lena es un hasta luego—no volteo a verlo solo sigo.
En qué diablos pensaba cuando casi tenía sexo en el auditorio del hospital donde realizo mi internado, aunque sería excitante, pero no, ese idiota ruso ciega cualquier uso de razón en mí y eso está mal, muy mal.
Me tengo que alejar de él, nada bueno saldrá de todo esto, además que no se nada sobre quién es verdaderamente, solo lo básico, estoy cayendo como estúpida en su maldito juego y soy mala jugando estos juegos.
Esperen…
Había una...
¡Había una emergencia!
¡HABÍA UNA EMERGENCIA MALDITASEA!
Salgo corriendo como alma que lleva el diablo y juro que en estos momentos podría estarle ganando a volt, llego a urgencias mientras localizo a Lara.
— ¿Que tenemos?
—Pensé que no llegarías —me recrimina en su tono maternal—. Accidente automovilístico el paz...— no termina porque se ve interrumpida por Sr odio.
—Hoy no estarás en urgencias Petrov, yo acompañare a Lombardi —le pide a Lara la historia clínica del paciente y seguido empieza a leerla.
— ¿Qué? No, este es mi paciente —exclamo enfadada.
Ya me cansé de Sokolov y su m****a que tiene contra mí.
—Era Petrov era —empieza a ordenar radiografías y otros exámenes para descartar posibles problemas.
—No lo puede hacer —chillo siguiéndolo—. Ya no aguanto más esa m****a de actitud que tienes conmigo, te estas desquitando por algo que no tengo idea, ¿Por qué me odias tanto Lara? —ya en este punto tengo toda su atención.
—Yo no te odio, aunque quisiera no podría hacerlo —camina hasta donde estoy.
—Entonces, ¿Por qué? — su mano viaja hasta mi mejilla acariciándola. Arrugo mi entrecejo.
¿Qué carajos?
—Porque no me perdono haberme enamorado de una de mis internas.
¿Enamorado de mí? Sokolov enamorado de mí, esto tiene que ser una jodida broma.Este es el momento donde salen las cámaras y el “te lo creíste wey” Pero no, no aparece nada.— ¿Cómo? ¿Cuándo? —lo miro incrédula, aun sin poder creer lo que acabo de escuchar.—Desde el primer día me gustaste, enamorarme de ti fue solo cuestión de tiempo —su mirada está llena de cariño. Nunca pensé que Sokolov llegaría a mirarme así.—Esto no puede ser, está todo mal —respondo nerviosa—. Además, lo único que has hecho es hacerme de mi internado un infierno —veo en su mirada un atisbo de tristeza.—Fue mi manera de alejarte y de hacerme saber que no debía enamorarme de mi interna, pero el corazón no escucha, solo siente Lena —me sorprendo al escuc
Nos quedamos por varios minutos en silencio, cada uno ensimismado en sus pensamientos, mientras poco a poco nuestras agitadas respiraciones se normalizan. Acabo de cumplir una de mis fantasías sexuales sin querer y diablos fue mejor de lo que me imagine.—Nikolav…. saca tu pene—ríe— lo digo enserio.— Estamos muy cómodos dentro ti— me susurra al oído— incluso podríamos empezar la segunda ronda— empieza a moverse lentamente y me es imposible no gemir.—Nikolav, deja que Sokolov se quede.—NO— responde— y no me harás cambiar de opinión nadie lo hace.—Solo dale una oportunidad, fue injusto y lo sabes— trato de convencerlo.—No— me empujó hacia delante sacando su pene. Me volteo para seguido cogerlo con una mano y empezar a darle placer.— ¿se quedará? —pr
Nota mental comprar otro despertador o poner la alarma en el celular. Si voy tarde y ruego a Dios que no lo vayan a notificar.Camino rápido por los pasillos para llegar al cuarto que tenemos asignados todos los internos y adivinen no hay nadie.—¡Mierda! —me alisto y salgo corriendo a recepción—. Hola, buenos días — saludé—. ¿sabes dónde están los internos? —pregunto.—Buenos días —sonríe—. Si el Señor Ivanov los llamo, están en el auditorio— al paso que voy reprobare el semestre.—Gracias —corro esquivando varias enfermeras que se me cruzan.Tomo un respiro y entro.—Buenos días —salude por cortesía, aunque era lo menos que quería hacer dada las circunstancias.—Buenos días, Lena —me responden mis compañeros. Nikolav
—Que mal, porque no se podrá—sonrió.—Claro que si— se intenta acercar, pero lo detengo.—Acaso es usted bipolar Sr Ivanov.—Te propongo algo Lena— su mano viaja a mi mejilla, pero, así como llega la esquivo.—¿Qué?—Sexo. Ayer no pude sacarme de la cabeza tu cuerpo, tus labios y como gemías cada vez que te penetraba duramente— soy yo o hace calor aquí— todo tú me atrae. Se me resulta imposible no volverme adicto a ti— susurra lo último.—No.—Lena tu respiración ahora es más pesada, anhelas tanto como yo un nuevo encuentro. ¿Por qué no darle a nuestro cuerpo lo que piden?—Estos juegos no son mi fuerte.—Admito que nunca que he estado en uno, la vida se trata de riesgos princesa— me acaricia la mejilla y esta vez no se lo impido&m
—Llegamos —anuncia Adriano.Se baja del auto y en tres segundos ya lo tengo abriendo la puerta del auto para mí.—Gracias —sonrió.—Vamos, bella dama —me ofrece su brazo y engancho mi brazo en el.Entramos. Adriano da su nombre y nos llevan a nuestra mesa en el camino observo todo y es muy elegante se ve que una reservación aquí es muy costosa.—Te gusta— habla Adriano cuando ya estamos en nuestra mesa.—Si es muy lindo, por lo que veo vale mucho una reservación aquí— lo miro.—Te mereces lo mejor Lena— su tono de voz es muy dulce— cuéntame cómo te va en tu trabajo—miramos la carta y en dos minutos ya estamos ordenando.—No es un trabajo en sí, aun no me graduó de medicina, estoy en prácticas— asiente. Bebo un poco de vino—¿y tú?
—Princesa —me sonríe Nikolav y dice algo que nunca pensé escucharlo y menos viniendo de este frio hombre—. Dios, cuanto te extrañé —me abrazó de repente.Tardo unos momentos en reaccionar y me aferro a él dejándome invadir por ese delicioso perfume varonil que tanto lo caracteriza. Me dijo que me extrañaba y yo no le he dicho nada.¡Mierda!—Yo también te extrañe idiota— hablo haciendo causar ese precioso sonido que tanto me gusta de él, su risa. Me permito disfrutar unos segundos de la calma que me da escuchar esos fuertes latidos de su corazón.—Por primera vez en mi vida trato de ser cariñoso con alguien que no sea mi madre y tu dañas el momento— se hace el indignado. Su mano busca mi mentón para alzarlo un poco. Nuestras miradas se encuentran y ahora solo somos nosotros dos&mdas
Nunca en mi vida había presenciado una situación como esta, mi mente se imagina posibles escenarios con un Nikolav herido o muerto, mientras un dolor crecía con el pasar del tiempo y se instalaba en mi pecho. Aunque lo siga negando me gusta, ese dios del sexo me gusta. Nikolav me ha hecho sentir tantas sensaciones con apenas poco tiempo de conocernos, algo que ni siquiera logró mi ex con dos años de relación. Me encanta todo, como mi cuerpo reacciona con un mínimo rose de su parte, los hormigueos constantes que empiezo a sentir.¡Rayos! Me gusta mucho Nikolav, ni un mes desde que acepté su propuesta y ya me quemé. Que mierda. Ahora lo importante no son mi sentimientos es que estará pasando. En esta habitación no se logra escuchar nada. ¿Por qué atacarían a Nikolav? ¿Nikolav sabía que pasaba? ¿Por eso la cantidad de hombres que custodiab
Había olvidado cual era la sensación de complacencia al saber que has llegado temprano, aun no me lo creo, yo Lena Petrov llegando temprano seguro y hoy me pasa algo malo.—Lena llegando antes de tiempo, pensé que no viviría para presenciar esto— habla Sokolov con burla.—Sabes los milagros existen Roman — sonrió.—¿Cómo estás? — me pregunta mientras nos saludamos como lo hacemos últimamente, un abrazo y un beso.—No me puedo quejar —me encojo de hombros. Asiente—. ¿Tienes para mí una extraordinaria cirugía a la cual deba asistir? —pregunto con mis adorables pucheros.—Sabes que no me puedo negar cuando haces ese gesto tan tierno— habla mientras aprieta mis cachetes. Asiento sonriendo— tal v…No termina porque se ve interrumpido por una potente voz que hace erizar y est