¿Enamorado de mí? Sokolov enamorado de mí, esto tiene que ser una jodida broma.
Este es el momento donde salen las cámaras y el “te lo creíste wey” Pero no, no aparece nada.
— ¿Cómo? ¿Cuándo? —lo miro incrédula, aun sin poder creer lo que acabo de escuchar.
—Desde el primer día me gustaste, enamorarme de ti fue solo cuestión de tiempo —su mirada está llena de cariño. Nunca pensé que Sokolov llegaría a mirarme así.
—Esto no puede ser, está todo mal —respondo nerviosa—. Además, lo único que has hecho es hacerme de mi internado un infierno —veo en su mirada un atisbo de tristeza.
—Fue mi manera de alejarte y de hacerme saber que no debía enamorarme de mi interna, pero el corazón no escucha, solo siente Lena —me sorprendo al escuchar mi nombre, es la primera vez que se lo escuchó decir y déjenme decirles que se siente bien.
—Sí, eres guapo, caliente y sexy pero no siento nada por ti —lo miro con pena— ¿Cómo hacerlo cuando siempre pensé que me odiabas? —Muerdo mi labio inferior—. Se me es difícil creerte.
— ¿No me crees? —Niego—. Entonces me temo que tendré que convencerte con una de las mejores cosas que se hacer. Déjame decirte que jamás he estado tan loco por una mujer como lo estoy por ti —confiesa quedamente.
—Que c…—sus suaves labios son estampados contra los míos. Su mano libre desciende a mi cintura atrayéndome más a él. Joder, besa bien, pero no como los de Nikolav, esos besos si son únicos y malditamente ardientes—. So…Sokolov ... pa…para —intento quitármelo de encima pero el maldito gruñe.
—Pensé que tenía un personal eficiente en mi hospital.
Automáticamente nos separamos al escuchar esa furiosa voz. De todas las malditas personas que existen nos tuvo que ver Nikolav.
—Y lo tiene, se lo aseguró —habla firmemente Sokolov —. No volverá a pasar escenas como esta en horarios de trabajo —se acomoda su bata como si nada hubiera pasado.
Nikolav ríe y recién me atrevo a mirarle la cara. Joder que me hubiera quedado viendo la p**a pared de blanco a estar observando cómo nos mata lentamente con su mirada, la misma que me calienta y causa terror.
—Oh claro que no volverá a pasar —sonríe y no, no es de esas sonrisas que derriten, es de esas que prometen cosas y no muy buenas—. Hasta hoy trabajas para mí y señorita Petrov la quería en mi oficina... ¡ahora!
M****a.
—Los dos cometimos el error. Si él se va, entonces yo me tendré que ir, sería lo justo.
—Tranquila Lena, fue mi culpa.
Exacto, fue su culpa... no me quería ir.
— ¿Lena? —Se asombra Nikolav—. Ya se hablan hasta con el nombre de pila. ¿Acaso son novios?
—No.
—Si.
Contestamos al unísono. Me beso y ya piensa que tenemos algo idiota, además que no olvido las cantidades de veces que me envió hacer tactos rectales, aún tengo el amargo recuerdo del ano con pelos.
Nikolav aprieta tan fuerte su mandíbula que no me extrañaría que se rompiera en cualquier momento—Termine su jornada y lárguese addio— se voltea— Petrov a mi oficina— seguido se encamina con paso rápido y me tardo unos segundos para analizar el panorama y salir corriendo para alcanzarlo.
—Deja de caminar tan rápido que no, nos vienen siguiendo como si nos fueran a matar—sonrió tratando de bajar la tensión.
—Camino rápido para evitar un asesinato— responde mientras se pasa repetitivamente las manos por su cabello desordenándolo, haciéndolo ver más sexy. Trago fuerte.
El resto el camino no hable y me mantuve lo suficiente alejada para no encabronar más a Nikolav.
—Entra— abre la puerta. Me debato internamente si lo hago o no, no quería enojarlo aún más, además que tengo que hablar con él para que no se vaya el Doc. Sokolov — no lo volveré a repetir Lena— habla entre dientes.
—Ya, está bien— entro espaciosamente. Escucho como cierra con seguro y automáticamente siento pequeñas corrientes en mi vagina, puedo sentir su mirada quemándome, mi respiración agitarse y mi cuerpo desear un mínimo roce de su parte. Nikolav provoca tantas cosas en mí que me odio por ello, jamás sentí algo parecido a esto y me gusta, esta m****a me gusta más de lo que me gustaría admitir.
—Respira tranquila Lena, no te haré nada— por su tono de voz sé que también esta excitado— a menos que me lo pidas— esto último lo dice mientras me voltea, quedando cara a cara.
—Sokolov es uno de los mejores doctores de este hospital, no lo puedes sacar Nikolav.
—Claro que puedo Lena, además ya lo hice— responde burlón
—¿Por qué? —pregunto.
—¿Por qué, que?
—Sacarlo. Es injusto.
—No voy a dejar que ocurran esas estúpidas escenas en mi hospital— arruga su entrecejo mientras de nuevo aprieta su mandíbula.
—Entonces yo también estoy fuera— me mira
—No Lena— sus manos ascienden a mis mejillas acariciándolas— solo te advierto que no me controlare si te vuelvo a ver besándote con alguien que no sea yo—lo miro confundida.
—¿Acaso estas celoso? —pregunto incrédula.
—¿Celoso, yo? —dice sarcástico— no, porque debería cuando tú sabes que soy mejor que el Princesa— me acorrala contra el escritorio— tu hermosa, eres mía y solo mía—rosa sus labios con los míos.
—¿Desde cuándo soy tuya? — susurro.
—Desde que te subiste a mi automóvil— me quita la bata— la próxima vez que te beses con alguien lo mato— de nuevo esa mirada fría que te hiela todo— ¿entendiste Lena? — su tono de voz es amenazador y sé que debería de asustarme, pero m*****a sea estoy mojada.
Mi garganta esta seca se me hace imposible siquiera responderle— no me gusta repetir Lena, ahora responde— sus manos se meten bajo mi camisa, acariciando la piel debajo de ella mientras un escalofrió me recorre junto con descargas eléctricas que terminan en mi vagina.
—No soy tuya— mi voz sale ronca.
—Eres muy mía Srta. Petrov— su pecho choca con el mío— y te lo mostrare—sus manos viajan al borde de mi camisa quitándomela para después seguir con mi pantalón—. Es usted muy hermosa y completamente mía —dijo mientras me recorre con la mirada— te voy a tomar aquí y ahora. Hoy veras las estrellas Lena— ni siquiera alcanzo a responder porque me veo atacada por sus labios callando todo, incluido el gemido que sale de mí.
La textura de sus labios es suaves y carnosos, nunca antes había probado unos labios tan exquisitos ni los de Sokolov. Empieza a marcar un ritmo lento mientras su lengua abre paso atacando toda mi cavidad bucal, en el momento en que se encuentra con la mía siento un calor inexplicable, su mano viaja a mi espalda con el solo objetivo de desabrochar mi sostén mientras la otra me arranca de un solo tirón mis bragas. Gruño.
—Tu…es...estas...con...muc...mucha ropa— hablo entre cada beso mientras mis manos torpemente quitan su saco, corbata y camisa. Me separo lentamente para admirar el adonis que tengo enfrente y joder debería de ser un delito ser tan malditamente hermoso y caliente. Mis manos viajan a su abdomen mientras toco cada uno de sus cuadros, su abdomen se contrae y suelta un gruñido cuando masajeo su erección.
—No lo hagas, perdería el control— me amenaza.
—¿Quién dice que te tienes que controlar? —pregunto.
Me mira fijamente como un depredador a su presa mientras una perfecta sonrisa aparece en esa estúpida cara— no tienes idea a quien desataste Lena, la oficina esta insonorizada así que grita y gime sin privarte— observo como se quita rápidamente todo quedando desnudo. Su miembro, nunca antes había visto uno así de grande.
Me sube al escritorio mientras sus labios me atacan el cuello dando leves mordiscos y chupando sé que dejará marcas, pero en este preciso momento no puedo pensar con claridad, además no me importa solo quería seguir sintiéndolo. Poco a poco va descendiendo empezándole a dar atención a mis senos, los masajea chupa muerde y lo único que puedo hacer es gemir me siento en la cúspide donde solo Nikolav es capaz de llevarme. Mi cuerpo arde y estoy tan caliente que me vengo cuando solo introduce de golpe tres dedos en mi interior arrancándome un gran gemido, perdiendo la poca cordura que me quedaba.
—Eso fue rápido Lena— habla mientras se lleva los dedos a su boca y los empieza a chupar—. Es usted una delicia, andante.
—Ni...Nikolav por…favor—gimo.
—Dímelo y te lo daré— se abre paso entre mis piernas. Gimo cuando siento su gran erección rozando mi entrada.
—Follame Nikolav, follame duro— lo beso en el cuello erizándose inmediato.
—Estamos para complacer, cariño — y así como termina entra de golpe soltando un gruñido mientras doy un pequeño grito de dolor, joder se siente más grande aun—¡Mierda!
—Muévete—gimo. Empieza con un ritmo lento pero certero mientras empezamos una guerra con nuestras lenguas donde ninguno está dispuesto a perderla, saca por completo su miembro metiéndolo de golpe y juro que lo sentí en mi estómago. Enrosco mis piernas en su cintura sintiéndole aún más adentro de mí. Jalo de su cabello escuchando gruñidos de su parte. Baja la intensidad para seguido aumentarla—. Oh…Nikolav… así…si —chillo. Continuamos varios minutos con el mismo ritmo hasta que para y quería morir.
—Voltéate y abre las piernas— exige— te follare desde atrás. Hago exactamente lo que me dice y parezco una p**a sumisa. Recoge mi cabello con su mano y tira del mientras sus labios se posan en mi oído—. Eres mía… solo mía.
No sabía que m****a acababa de decir, pero que me cayera un rayo si ese acento ruso combinado con el francés no me había calentado aún más.
—Ah —gimo. En esta posición lo siento más, mis paredes lo succionan apretando fuerte su miembro.
—Sostente Lena —sus embestidas son fuertes duras y rápidas una de sus manos viaja a mi botón de placer y no aguanto— Vamos Lena dámelo, vente para mi cara—solo basto con susurrármelo para llevarme a un orgasmo delirante donde toco todas las putas estrellas por varios segundos. Es el orgasmo más largo que he tenido. Gimo cuando lo siento venirse fuertemente dentro de mí, mientras sigue moviéndose llenándome por completa de él, terminando con un fuerte gruñido.
Nos quedamos por varios minutos en silencio, cada uno ensimismado en sus pensamientos, mientras poco a poco nuestras agitadas respiraciones se normalizan. Acabo de cumplir una de mis fantasías sexuales sin querer y diablos fue mejor de lo que me imagine.—Nikolav…. saca tu pene—ríe— lo digo enserio.— Estamos muy cómodos dentro ti— me susurra al oído— incluso podríamos empezar la segunda ronda— empieza a moverse lentamente y me es imposible no gemir.—Nikolav, deja que Sokolov se quede.—NO— responde— y no me harás cambiar de opinión nadie lo hace.—Solo dale una oportunidad, fue injusto y lo sabes— trato de convencerlo.—No— me empujó hacia delante sacando su pene. Me volteo para seguido cogerlo con una mano y empezar a darle placer.— ¿se quedará? —pr
Nota mental comprar otro despertador o poner la alarma en el celular. Si voy tarde y ruego a Dios que no lo vayan a notificar.Camino rápido por los pasillos para llegar al cuarto que tenemos asignados todos los internos y adivinen no hay nadie.—¡Mierda! —me alisto y salgo corriendo a recepción—. Hola, buenos días — saludé—. ¿sabes dónde están los internos? —pregunto.—Buenos días —sonríe—. Si el Señor Ivanov los llamo, están en el auditorio— al paso que voy reprobare el semestre.—Gracias —corro esquivando varias enfermeras que se me cruzan.Tomo un respiro y entro.—Buenos días —salude por cortesía, aunque era lo menos que quería hacer dada las circunstancias.—Buenos días, Lena —me responden mis compañeros. Nikolav
—Que mal, porque no se podrá—sonrió.—Claro que si— se intenta acercar, pero lo detengo.—Acaso es usted bipolar Sr Ivanov.—Te propongo algo Lena— su mano viaja a mi mejilla, pero, así como llega la esquivo.—¿Qué?—Sexo. Ayer no pude sacarme de la cabeza tu cuerpo, tus labios y como gemías cada vez que te penetraba duramente— soy yo o hace calor aquí— todo tú me atrae. Se me resulta imposible no volverme adicto a ti— susurra lo último.—No.—Lena tu respiración ahora es más pesada, anhelas tanto como yo un nuevo encuentro. ¿Por qué no darle a nuestro cuerpo lo que piden?—Estos juegos no son mi fuerte.—Admito que nunca que he estado en uno, la vida se trata de riesgos princesa— me acaricia la mejilla y esta vez no se lo impido&m
—Llegamos —anuncia Adriano.Se baja del auto y en tres segundos ya lo tengo abriendo la puerta del auto para mí.—Gracias —sonrió.—Vamos, bella dama —me ofrece su brazo y engancho mi brazo en el.Entramos. Adriano da su nombre y nos llevan a nuestra mesa en el camino observo todo y es muy elegante se ve que una reservación aquí es muy costosa.—Te gusta— habla Adriano cuando ya estamos en nuestra mesa.—Si es muy lindo, por lo que veo vale mucho una reservación aquí— lo miro.—Te mereces lo mejor Lena— su tono de voz es muy dulce— cuéntame cómo te va en tu trabajo—miramos la carta y en dos minutos ya estamos ordenando.—No es un trabajo en sí, aun no me graduó de medicina, estoy en prácticas— asiente. Bebo un poco de vino—¿y tú?
—Princesa —me sonríe Nikolav y dice algo que nunca pensé escucharlo y menos viniendo de este frio hombre—. Dios, cuanto te extrañé —me abrazó de repente.Tardo unos momentos en reaccionar y me aferro a él dejándome invadir por ese delicioso perfume varonil que tanto lo caracteriza. Me dijo que me extrañaba y yo no le he dicho nada.¡Mierda!—Yo también te extrañe idiota— hablo haciendo causar ese precioso sonido que tanto me gusta de él, su risa. Me permito disfrutar unos segundos de la calma que me da escuchar esos fuertes latidos de su corazón.—Por primera vez en mi vida trato de ser cariñoso con alguien que no sea mi madre y tu dañas el momento— se hace el indignado. Su mano busca mi mentón para alzarlo un poco. Nuestras miradas se encuentran y ahora solo somos nosotros dos&mdas
Nunca en mi vida había presenciado una situación como esta, mi mente se imagina posibles escenarios con un Nikolav herido o muerto, mientras un dolor crecía con el pasar del tiempo y se instalaba en mi pecho. Aunque lo siga negando me gusta, ese dios del sexo me gusta. Nikolav me ha hecho sentir tantas sensaciones con apenas poco tiempo de conocernos, algo que ni siquiera logró mi ex con dos años de relación. Me encanta todo, como mi cuerpo reacciona con un mínimo rose de su parte, los hormigueos constantes que empiezo a sentir.¡Rayos! Me gusta mucho Nikolav, ni un mes desde que acepté su propuesta y ya me quemé. Que mierda. Ahora lo importante no son mi sentimientos es que estará pasando. En esta habitación no se logra escuchar nada. ¿Por qué atacarían a Nikolav? ¿Nikolav sabía que pasaba? ¿Por eso la cantidad de hombres que custodiab
Había olvidado cual era la sensación de complacencia al saber que has llegado temprano, aun no me lo creo, yo Lena Petrov llegando temprano seguro y hoy me pasa algo malo.—Lena llegando antes de tiempo, pensé que no viviría para presenciar esto— habla Sokolov con burla.—Sabes los milagros existen Roman — sonrió.—¿Cómo estás? — me pregunta mientras nos saludamos como lo hacemos últimamente, un abrazo y un beso.—No me puedo quejar —me encojo de hombros. Asiente—. ¿Tienes para mí una extraordinaria cirugía a la cual deba asistir? —pregunto con mis adorables pucheros.—Sabes que no me puedo negar cuando haces ese gesto tan tierno— habla mientras aprieta mis cachetes. Asiento sonriendo— tal v…No termina porque se ve interrumpido por una potente voz que hace erizar y est
Nikolav cumplió….Cumplió cada maldita palabra que prometió.Nos entregamos a la pasión y lujuria donde nos llevaron a múltiples orgasmos arrasadores, que lo único que hacían era activar esa sed y hambruna que ambos teníamos. Removiendo de nuevo ese fuego intenso el cual la única manera de apagarlo era fundiéndonos el uno al otro para intentar disipar esa pasión que al pasar el tiempo no disminuía al contrario se prendía cada vez más. Claramente nuestros cuerpos se estaban desquitando por el largo tiempo que tuvieron el uno sin el otro, parecíamos unos ninfómanos, aunque Nikolav no está lejos de serlo, era impresionante la manera en cómo su miembro flácido en cuestión de minutos retomaba vida.— Detén tu mano ahora mismo —exijo mientras una mano recorre mi ombligo con destino a mi