—Llegamos —anuncia Adriano.
Se baja del auto y en tres segundos ya lo tengo abriendo la puerta del auto para mí.
—Gracias —sonrió.
—Vamos, bella dama —me ofrece su brazo y engancho mi brazo en el.
Entramos. Adriano da su nombre y nos llevan a nuestra mesa en el camino observo todo y es muy elegante se ve que una reservación aquí es muy costosa.
—Te gusta— habla Adriano cuando ya estamos en nuestra mesa.
—Si es muy lindo, por lo que veo vale mucho una reservación aquí— lo miro.
—Te mereces lo mejor Lena— su tono de voz es muy dulce— cuéntame cómo te va en tu trabajo—miramos la carta y en dos minutos ya estamos ordenando.
—No es un trabajo en sí, aun no me graduó de medicina, estoy en prácticas— asiente. Bebo un poco de vino—¿y tú?
—Princesa —me sonríe Nikolav y dice algo que nunca pensé escucharlo y menos viniendo de este frio hombre—. Dios, cuanto te extrañé —me abrazó de repente.Tardo unos momentos en reaccionar y me aferro a él dejándome invadir por ese delicioso perfume varonil que tanto lo caracteriza. Me dijo que me extrañaba y yo no le he dicho nada.¡Mierda!—Yo también te extrañe idiota— hablo haciendo causar ese precioso sonido que tanto me gusta de él, su risa. Me permito disfrutar unos segundos de la calma que me da escuchar esos fuertes latidos de su corazón.—Por primera vez en mi vida trato de ser cariñoso con alguien que no sea mi madre y tu dañas el momento— se hace el indignado. Su mano busca mi mentón para alzarlo un poco. Nuestras miradas se encuentran y ahora solo somos nosotros dos&mdas
Nunca en mi vida había presenciado una situación como esta, mi mente se imagina posibles escenarios con un Nikolav herido o muerto, mientras un dolor crecía con el pasar del tiempo y se instalaba en mi pecho. Aunque lo siga negando me gusta, ese dios del sexo me gusta. Nikolav me ha hecho sentir tantas sensaciones con apenas poco tiempo de conocernos, algo que ni siquiera logró mi ex con dos años de relación. Me encanta todo, como mi cuerpo reacciona con un mínimo rose de su parte, los hormigueos constantes que empiezo a sentir.¡Rayos! Me gusta mucho Nikolav, ni un mes desde que acepté su propuesta y ya me quemé. Que mierda. Ahora lo importante no son mi sentimientos es que estará pasando. En esta habitación no se logra escuchar nada. ¿Por qué atacarían a Nikolav? ¿Nikolav sabía que pasaba? ¿Por eso la cantidad de hombres que custodiab
Había olvidado cual era la sensación de complacencia al saber que has llegado temprano, aun no me lo creo, yo Lena Petrov llegando temprano seguro y hoy me pasa algo malo.—Lena llegando antes de tiempo, pensé que no viviría para presenciar esto— habla Sokolov con burla.—Sabes los milagros existen Roman — sonrió.—¿Cómo estás? — me pregunta mientras nos saludamos como lo hacemos últimamente, un abrazo y un beso.—No me puedo quejar —me encojo de hombros. Asiente—. ¿Tienes para mí una extraordinaria cirugía a la cual deba asistir? —pregunto con mis adorables pucheros.—Sabes que no me puedo negar cuando haces ese gesto tan tierno— habla mientras aprieta mis cachetes. Asiento sonriendo— tal v…No termina porque se ve interrumpido por una potente voz que hace erizar y est
Nikolav cumplió….Cumplió cada maldita palabra que prometió.Nos entregamos a la pasión y lujuria donde nos llevaron a múltiples orgasmos arrasadores, que lo único que hacían era activar esa sed y hambruna que ambos teníamos. Removiendo de nuevo ese fuego intenso el cual la única manera de apagarlo era fundiéndonos el uno al otro para intentar disipar esa pasión que al pasar el tiempo no disminuía al contrario se prendía cada vez más. Claramente nuestros cuerpos se estaban desquitando por el largo tiempo que tuvieron el uno sin el otro, parecíamos unos ninfómanos, aunque Nikolav no está lejos de serlo, era impresionante la manera en cómo su miembro flácido en cuestión de minutos retomaba vida.— Detén tu mano ahora mismo —exijo mientras una mano recorre mi ombligo con destino a mi
Pov NikolavAcabo de ir a dejar a Lena y ya la extraño. Maldita sea esa caliente gringa se me está metiendo hasta en los huesos y no estoy haciendo nada para impedirlo, también es que no quería. Su cuerpo, su voz, sus ojos, su personalidad todo en ella me atrae de una manera inexplicable.—Señor.—Dime Cipriano.—Acaba de llegar este sobre— mi ceño se arruga— no tiene remitente— lo deja encima del escritorio.—¿Quién lo trajo? — pregunto mientras lo abro.—Un mensajero. Lo interrogamos, pero no sabía quién lo enviaba, solo recibió órdenes de su jefe— asiento.Leo una y otra vez, no creyéndome lo que veo. Miro las fotos que en este contiene y veo rojo. Me llevarla rápidamente saliendo de mi despacho.—Cipriano —gruño—. T
¿Cómo se puede pasar de querer matar a una persona a querer comérselo a besos en unos simples minutos? Solo el estúpido hace eso posible.—Porque eres así— golpeo suavemente su pecho— parezco una jodida embarazada con las hormonas a mil— reímos mientras limpio mis lágrimas— es muy tierno cuando se lo propone Sr. Ivanov.—Solo para usted Srta. Petrov— lo abrazo, mientras guardo en mi corazón y mente aquellas palabras tan hermosas que sé que recordare siempre. No todo el tiempo Nikolav es romántico.—Yo también…me enamore de ti— susurro. No sé si lo han notado, pero soy un poquito difícil para esto de confesar los sentimientos, pero por Nikolav haré lo mejor— hace un…un tiempo atrás entregue todo de mí, ame con un ímpetu que no sabía que tenía, lo d
—Nikolav— abro mis ojos sorprendida mientras corro rápidamente los metros que nos separan.Quito su camisa para así tener una mejor visión de la herida, cuando la revise.—Sabía que te gustaba esa mierda del BDMS, pero no sabía que tLara — gruñe.—Lo siento, enserio— lo ayudo a levantarse— No sabía que eras tú. No debes de correr así estúpido— lo regaño.—Nunca me imaginé que tendrías una maldita arma en tu casa y menos que me dispararas estúpida— alzo mi ceja, mientras le doy una mirada letal— puedo sentir esa mirada de muerte que justo ahora me estás dando Lena.—Tenemos que ir al hospital.—Aun no. Mis hombres se están corroborando que no queden más.—Tengo que sacarte ya mismo esa bala— cuestiono.—Lo har&a
—Nunca nadie había hecho lo que acabas de hacer. Y si lo llegara hacer, moriría — exclama.—No soy nadie…. Soy tu novia —me cruzo de brazos.Se acerca lo suficiente para inclinarse y susurrarme.—No te aproveches cara. No lo hagas.Eso sonó a una clara advertencia.—¿Me estas advirtiendo? — pregunto incrédula.—Solo te informo Lena —sube su mano para acariciar mi cabello — estoy demasiado estresado y no quería tener que descargar mi ira contigo.—Yo descargare mi ira contigo si no me dices porque llamaste a Britney la creadora de toda perra habitante en la tierra.Emite una pequeña risa, pero mi mirada de advertencia lo hace callarse rápidamente.—¿Se conocen?—No tienes derecho a preguntar, no ahora — lo señalo. A