Nota mental comprar otro despertador o poner la alarma en el celular. Si voy tarde y ruego a Dios que no lo vayan a notificar.
Camino rápido por los pasillos para llegar al cuarto que tenemos asignados todos los internos y adivinen no hay nadie.
—¡Mierda! —me alisto y salgo corriendo a recepción—. Hola, buenos días — saludé—. ¿sabes dónde están los internos? —pregunto.
—Buenos días —sonríe—. Si el Señor Ivanov los llamo, están en el auditorio— al paso que voy reprobare el semestre.
—Gracias —corro esquivando varias enfermeras que se me cruzan.
Tomo un respiro y entro.
—Buenos días —salude por cortesía, aunque era lo menos que quería hacer dada las circunstancias.
—Buenos días, Lena —me responden mis compañeros. Nikolav está más adelante y tiene un traje hecho a la medida, de color negro que le queda jodidamente sexy.
—Srta.…— se lleva sus manos a su mentón mientras se hace el que piensa— Srta. Petrov, en mis empresas siempre tengo al mejor equipo y no será la excepción aquí. Mi regla número uno es la puntualidad algo que al parecer usted desconoce, así que es la última vez que llega tarde porque o si no, te largas, necesito un personal de internos competente en mi hospital, no mediocres— sus palabras son frías y duras— ¿Entendió? – porque pienso que se está desquitando, aunque tiene razón debo mejora mi puntualidad.
—Si Señor Ivanov— respondo mientras lo mato con la mirada, porque joder quería matarlo.
—¿Que espera? vaya y siéntese, estoy perdiendo mi tiempo por usted— si las miradas mataran oh Nikolav hace rato estuvieras bajo tierra. Me siento en el primer puesto vacío que encuentro y Nikolav continua.
—Len que paso con el Sr Ivanov— me habla Andrés. Acabamos de salir del auditorio.
—Porque debería de pasar algo con ese señor— respondo seca.
—Algo sucedió entre ustedes— me abraza— esperare el tiempo que quieras para que me cuentes, ¿sí? —me da un beso en la mejilla.
—Si.
—Yo que tu Andrés me alejo de Len— nos dice Lara alcanzándolos. Andrés y yo negamos.
— ¿Por qué debería de alejarme de una de mis niñas? — pregunta.
—El Sr Ivanov te esta asesinando con la mirada— volteo y si exactamente. Tiene sus manos hechas puño. Me abrazo más a Andrés.
—No importa que se vaya a la mierda— respondo provocando la risa de los dos— tenemos pacientes que atender, andando— empezamos a caminar cuando su voz nos detiene.
—Srta. Petrov necesito hablar con usted.
—No tenemos nada de qué hablar Sr Ivanov— volteo— si es por lo de minutos atrás, me quedo muy claro todo addio.
—No lo repetiré nuevamente— su tono de voz es amenazador.
—Chicos ya los alcanzo— les doy una mirada de esta todo bien.
—Nos vemos ahora— habla Andrés.
—Está bien— dice Lara. Ambos se van y cuando cruzan el pasillo rompo el silencio.
—¿Qué quiere señor?
—La verdad— asiento— a ti.
—Que mal, porque no se podrá—sonrió.—Claro que si— se intenta acercar, pero lo detengo.—Acaso es usted bipolar Sr Ivanov.—Te propongo algo Lena— su mano viaja a mi mejilla, pero, así como llega la esquivo.—¿Qué?—Sexo. Ayer no pude sacarme de la cabeza tu cuerpo, tus labios y como gemías cada vez que te penetraba duramente— soy yo o hace calor aquí— todo tú me atrae. Se me resulta imposible no volverme adicto a ti— susurra lo último.—No.—Lena tu respiración ahora es más pesada, anhelas tanto como yo un nuevo encuentro. ¿Por qué no darle a nuestro cuerpo lo que piden?—Estos juegos no son mi fuerte.—Admito que nunca que he estado en uno, la vida se trata de riesgos princesa— me acaricia la mejilla y esta vez no se lo impido&m
—Llegamos —anuncia Adriano.Se baja del auto y en tres segundos ya lo tengo abriendo la puerta del auto para mí.—Gracias —sonrió.—Vamos, bella dama —me ofrece su brazo y engancho mi brazo en el.Entramos. Adriano da su nombre y nos llevan a nuestra mesa en el camino observo todo y es muy elegante se ve que una reservación aquí es muy costosa.—Te gusta— habla Adriano cuando ya estamos en nuestra mesa.—Si es muy lindo, por lo que veo vale mucho una reservación aquí— lo miro.—Te mereces lo mejor Lena— su tono de voz es muy dulce— cuéntame cómo te va en tu trabajo—miramos la carta y en dos minutos ya estamos ordenando.—No es un trabajo en sí, aun no me graduó de medicina, estoy en prácticas— asiente. Bebo un poco de vino—¿y tú?
—Princesa —me sonríe Nikolav y dice algo que nunca pensé escucharlo y menos viniendo de este frio hombre—. Dios, cuanto te extrañé —me abrazó de repente.Tardo unos momentos en reaccionar y me aferro a él dejándome invadir por ese delicioso perfume varonil que tanto lo caracteriza. Me dijo que me extrañaba y yo no le he dicho nada.¡Mierda!—Yo también te extrañe idiota— hablo haciendo causar ese precioso sonido que tanto me gusta de él, su risa. Me permito disfrutar unos segundos de la calma que me da escuchar esos fuertes latidos de su corazón.—Por primera vez en mi vida trato de ser cariñoso con alguien que no sea mi madre y tu dañas el momento— se hace el indignado. Su mano busca mi mentón para alzarlo un poco. Nuestras miradas se encuentran y ahora solo somos nosotros dos&mdas
Nunca en mi vida había presenciado una situación como esta, mi mente se imagina posibles escenarios con un Nikolav herido o muerto, mientras un dolor crecía con el pasar del tiempo y se instalaba en mi pecho. Aunque lo siga negando me gusta, ese dios del sexo me gusta. Nikolav me ha hecho sentir tantas sensaciones con apenas poco tiempo de conocernos, algo que ni siquiera logró mi ex con dos años de relación. Me encanta todo, como mi cuerpo reacciona con un mínimo rose de su parte, los hormigueos constantes que empiezo a sentir.¡Rayos! Me gusta mucho Nikolav, ni un mes desde que acepté su propuesta y ya me quemé. Que mierda. Ahora lo importante no son mi sentimientos es que estará pasando. En esta habitación no se logra escuchar nada. ¿Por qué atacarían a Nikolav? ¿Nikolav sabía que pasaba? ¿Por eso la cantidad de hombres que custodiab
Había olvidado cual era la sensación de complacencia al saber que has llegado temprano, aun no me lo creo, yo Lena Petrov llegando temprano seguro y hoy me pasa algo malo.—Lena llegando antes de tiempo, pensé que no viviría para presenciar esto— habla Sokolov con burla.—Sabes los milagros existen Roman — sonrió.—¿Cómo estás? — me pregunta mientras nos saludamos como lo hacemos últimamente, un abrazo y un beso.—No me puedo quejar —me encojo de hombros. Asiente—. ¿Tienes para mí una extraordinaria cirugía a la cual deba asistir? —pregunto con mis adorables pucheros.—Sabes que no me puedo negar cuando haces ese gesto tan tierno— habla mientras aprieta mis cachetes. Asiento sonriendo— tal v…No termina porque se ve interrumpido por una potente voz que hace erizar y est
Nikolav cumplió….Cumplió cada maldita palabra que prometió.Nos entregamos a la pasión y lujuria donde nos llevaron a múltiples orgasmos arrasadores, que lo único que hacían era activar esa sed y hambruna que ambos teníamos. Removiendo de nuevo ese fuego intenso el cual la única manera de apagarlo era fundiéndonos el uno al otro para intentar disipar esa pasión que al pasar el tiempo no disminuía al contrario se prendía cada vez más. Claramente nuestros cuerpos se estaban desquitando por el largo tiempo que tuvieron el uno sin el otro, parecíamos unos ninfómanos, aunque Nikolav no está lejos de serlo, era impresionante la manera en cómo su miembro flácido en cuestión de minutos retomaba vida.— Detén tu mano ahora mismo —exijo mientras una mano recorre mi ombligo con destino a mi
Pov NikolavAcabo de ir a dejar a Lena y ya la extraño. Maldita sea esa caliente gringa se me está metiendo hasta en los huesos y no estoy haciendo nada para impedirlo, también es que no quería. Su cuerpo, su voz, sus ojos, su personalidad todo en ella me atrae de una manera inexplicable.—Señor.—Dime Cipriano.—Acaba de llegar este sobre— mi ceño se arruga— no tiene remitente— lo deja encima del escritorio.—¿Quién lo trajo? — pregunto mientras lo abro.—Un mensajero. Lo interrogamos, pero no sabía quién lo enviaba, solo recibió órdenes de su jefe— asiento.Leo una y otra vez, no creyéndome lo que veo. Miro las fotos que en este contiene y veo rojo. Me llevarla rápidamente saliendo de mi despacho.—Cipriano —gruño—. T
¿Cómo se puede pasar de querer matar a una persona a querer comérselo a besos en unos simples minutos? Solo el estúpido hace eso posible.—Porque eres así— golpeo suavemente su pecho— parezco una jodida embarazada con las hormonas a mil— reímos mientras limpio mis lágrimas— es muy tierno cuando se lo propone Sr. Ivanov.—Solo para usted Srta. Petrov— lo abrazo, mientras guardo en mi corazón y mente aquellas palabras tan hermosas que sé que recordare siempre. No todo el tiempo Nikolav es romántico.—Yo también…me enamore de ti— susurro. No sé si lo han notado, pero soy un poquito difícil para esto de confesar los sentimientos, pero por Nikolav haré lo mejor— hace un…un tiempo atrás entregue todo de mí, ame con un ímpetu que no sabía que tenía, lo d