La Casa de la Noche

Marsella

Lara ni siquiera tuvo que forzar la sonrisa mientras miraba a Siena con ojos de velada satisfacción. La craig estaba a escasos segundos de perder la paciencia y eso podía significar irremediablemente su muerte; pero a pesar de sus brazos adoloridos y encadenados; a pesar del olor a tortura y a sangre que se cocía a su alrededor; y por encima de cualquier intención de la Primera Oficial de Ius, Lara sabía que todas las cartas estaban aún a su favor.

No estaba sola. Dominic estaba allá afuera.

Craig la había atrapado viva, y la única razón por la que aún continuaba en ese estado era porque el regente se divertía torturándola. Muchos eran los desvelos que Ius acumulaba como resentimiento, demasiados insomnios en los que el temor de ser asesinado por la muchacha le habían