Algún lugar al Norte de Noruega
Sobre la llama palpitante Moyra había dejado caer un delgado hilo de sangre, proveniente de la diminuta herida de su antebrazo. El líquido oscuro se endureció al instante, dibujando sobre la palma de su mano izquierda finos e irregulares caracteres.
_ ¿Qué son? _ la voz de Maureen no solo se escuchaba preocupada sino también confusa.
_ Fronteras. _ declaró la anciana sin demasiados preámbulos _ El joven sorian me ha llamado, y ahora lo busco.
_ ¿Qué es lo que quiere?
_ Ser encontrado, evidentemente, porque de lo contrario jamás hubiera hecho uso de la herida de su brazo para convocarme. _ Moyra sonrió _ No te inquietes, Maureen, querida. Ya he visto que los cazadores se nos unirían, esta no es una sorpresa para mí, y no tiene por qué ser motivo de desasosie
Lara lo observó con detenimiento. Parecía imposible que un humano pudiera alcanzar el tamaño y corpulencia de aquel hombre. Debía medir cerca de dos metros, y su espalda y su pecho parecían nada menos que un caparazón blindado. Su rostro era severo y adusto, pero en el fondo se le adivinaba la firmeza considerada del líder, que obliga a la fidelidad de sus hombres por respeto.Durante un largo momento no lo reconoció, pero la Memoria vino en su ayuda, y Lara se maravilló de lo mucho que medio milenio de constante lucha habían cambiado al muchachito que la Madre recordaba._ Una intrusa. _ repitió Brago, situándose a dos pasos de ella y mirándola de arriba a abajo como si se tratara de un indefenso animalito silvestre y no de un atacante, pero algo llamó al punto su atención.Los ojos del Primer Oficial se concentraron en el cabello de fuego que ca&iacut
La casa de la Noche.MarsellaLa oscura habitación parecía demasiado chica para la agitación que dominaba a Ius. Caminaba de un lado a otro con rapidez, mientras hojeaba la lista de más de quince páginas llenas de nombres que Selana acababa de poner en sus manos. La rectora había hecho un excelente trabajo recopilando las genealogías de los hombres craig que habían tenido descendientes, y la sorpresa había resultado grata: la progenie de los machos craig era mucho mayor de lo que se hubiera imaginado.Con las mujeres del Cenáculo era diferente, siempre habían estado bajo el estricto control de Selana, pero con los hombres no podían hacer lo mismo. Hacía años que el regente les había dado permiso para reproducirse, siempre que lo mantuvieran en el más estricto secreto, y nadie hasta el momento se había preocupado d
Algún lugar al Norte de Noruega_ Ya eres toda una guerrera stark. _ le dijo Khan, admirando con actitud paternal el atavío negro que Lara había decidido volver a usar.A lo largo de los últimos siglos los stark habían hecho algunos cambios en el uniforme, la lucha se había hecho más cruda y el escape más apresurado, de modo que el traje prescindía ya de cualquier ornamentación, pero el diseño era básicamente el mismo, y Lara se sentía tan cómoda con él como si hubiera nacido vestida. Además, era importante que las familias sintieran que estaba comprometida con la causa stark, aunque ni ella misma estuviera muy segura de lo que sentía.Las horas nocturnas habían pasado claras y agotadoras. Moyra tenía razón en eso de que el exceso de luz los fatigaba más de la cuenta, la mañ
Lara no hizo el menor movimiento, pero al instante sus ojos se perdieron en el temible índigo y sobre sus mejillas se desplazaron veloces y rojizas franjas._ ¡Sosiégate, por favor! _ le suplicó la anciana _ Sé que es difícil de entender, pero son nuestros aliados ahora.La muchacha le dirigió un gesto de exasperada incomprensión, y la regente se apresuró a explicarle cómo había conocido a Dominic y cómo lo había liberado para que la salvara, a pesar de haber sido considerado siempre como un peligroso enemigo. Le contó del lazo de sangre que tenían, y de la llamada del Comandante después de su último encuentro con ella. Lara parecía serenarse a medida que el relato avanzaba, hasta adquirir una expresión de indiferente pasividad._ Y ha vuelto con nosotros. _ terminó la regente _ Siempre ha sido su destino proteger a la Madre
Ciudad de Trondheim.Noruega_ ¿Me llevas? ¿Por favor, me llevas? _ Evelett era la niña más dulce y más cariñosa del mundo cuando quería conseguir algo de su hermana, pero esta vez Lara no estaba dispuesta bajo ningún concepto a consentirla en sus deseos.El viaje sería corto, y esperaba no tener que pasar más de dos días fuera del campamento, pero ni ella ni los sorian podían estar seguros de cuánto peligro correrían, de modo que cualquier presencia menos fuerte que la de un cazador o de criaturas de alto rango quedaba descartada. Evelett e incluso Evan deberían perderse este paseo.Lara se despidió de ella prometiéndole que regresaría con Scott. Sean había decidido seguir los consejos de Moyra, y después de extender la invitación de la Madre a los rectores de las
El cónclave se ahogó en un silencio sepulcral, mientras agónicas y fieras lágrimas se diluían en los ojos de la nihil. Nadie parecía preparado para reiniciar una conversación que prometía traer atroces recuerdos para todos. Solo Sean se libró de su indecisión y se dirigió a Lara con acento en apariencia controlado. Y era solo en apariencia porque alguien que no debía escapar del cuidado de su madre estaba muy cerca, tras la puerta de entrada, escuchando cada palabra._ Antes de salir a convocar a los rectores me dijiste que sabías cómo había muerto mi padre. _ murmuró el runier _ Ya te he jurado fidelidad, y decidan lo que decidan los demás, la raza runier te seguirá, pero quiero saber qué sucedió con mi padre. Dime qué pasó con él.La Madre miró fijamente a cada criatura de la estancia. Los ánimo
Campamento stark.Algún lugar al Norte de Noruega.Lara asomó la cabeza con interés fuera de la tienda atraída por la alegría de Evelett, que no paraba de reír desde hacía diez minutos. A pesar de que las temperaturas estaban por debajo de los quince grados, tanto la niña como Scott parecían inmunes al frío, y retozaban como si tuvieran demasiada energía en el cuerpo y necesitaran gastarla.El niño estaba en ese instante en su arquetipo runier, como casi siempre cuando jugaba con Evelett. Sean jamás lo había visto convertirse con tanta facilidad como cuando estaba cerca de la pequeña humana, y después de mucho preguntar Scott le había revelado la verdad con un poco de vergüenza. A Evelett le gustaba acariciarlo cuando era un lobezno, le decía que parecía un j
Lara se dejó caer sobre dos almodones con tanta pereza que ni siquiera se tomó el trabajo de sacarse las botas. La cacería había salido mal, tan mal que después de toda una jornada no solo no había logrado alimentarse, sino que además se había dejado ver por un humano cazador de pieles, y se había convertido de perseguidora en presa. Dominic había tenido que hacerse cargo de poner a dormir al hombre de forma permanente, y el hecho de haber puesto a sus compañeros en una situación tan compleja la trastornaba.Se suponía que ella era la Madre y su deber era proteger a las criaturas de la noche bajo su tutela, no ponerlas en peligro. Sin embargo la juventud de su cuerpo y de sus nuevas habilidades no estaba de su lado. Cierto era que los Mensajeros la habían enseñado a cazar, y que no lo hacía mal. Tenía el instinto y la fuerza, pero la de