32. LAS CARTAS

Campamento stark.

Algún lugar al Norte de Noruega.

Lara asomó la cabeza con interés fuera de la tienda atraída por la alegría de Evelett, que no paraba de reír desde hacía diez minutos. A pesar de que las temperaturas estaban por debajo de los quince grados, tanto la niña como Scott parecían inmunes al frío, y retozaban como si tuvieran demasiada energía en el cuerpo y necesitaran gastarla.

El niño estaba en ese instante en su arquetipo runier, como casi siempre cuando jugaba con Evelett. Sean jamás lo había visto convertirse con tanta facilidad como cuando estaba cerca de la pequeña humana, y después de mucho preguntar Scott le había revelado la verdad con un poco de vergüenza. A Evelett le gustaba acariciarlo cuando era un lobezno, le decía que parecía un j

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